ABUYA, Nigeria.- El país de África Occidental recibiría con satisfacción la ayuda de Estados Unidos en la lucha contra los insurgentes islamistas, siempre que se respete su integridad territorial. Así lo afirmó este domingo Daniel Bwala, vocero de la presidencia nigeriana, después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, amenazara con lanzar una acción militar “rápida y feroz” contra Nigeria, acusando a su gobierno de permitir el asesinato de cristianos.
“Damos la bienvenida a la ayuda de Estados Unidos siempre y cuando reconozca nuestra integridad territorial”, declaró Bwala a la agencia Reuters. “Estoy seguro de que cuando estos dos líderes se reúnan y se sienten, habrá mejores resultados en nuestra determinación conjunta de luchar contra el terrorismo”.
Nigeria stands firmly as a democracy governed by constitutional guarantees of religious liberty.
Since 2023, our administration has maintained an open and active engagement with Christian and Muslim leaders alike and continues to address security challenges which affect… pic.twitter.com/mRb9IqKMFm
— Bola Ahmed Tinubu (@officialABAT) November 1, 2025
El presidente nigeriano Bola Ahmed Tinubu también rechazó las acusaciones de intolerancia religiosa y defendió los esfuerzos de su país por proteger la libertad de culto. “Nigeria se opone a la persecución religiosa y no la fomenta”, afirmó Tinubu en un comunicado. “Seguiremos garantizando la seguridad de todos los ciudadanos, sin importar su fe, y estamos abiertos a cooperar con Estados Unidos y la comunidad internacional en la lucha contra el extremismo”.
De todas maneras, Tinubu intentó evitar una escalada diplomática, insistiendo en la necesidad de diálogo y cooperación. “No necesitamos amenazas, sino colaboración”, dijo un funcionario de su gabinete que prefirió mantener el anonimato. “Nigeria ha sufrido enormemente por el extremismo y no aceptará que se cuestione su compromiso con la libertad religiosa”, afirmó la misma fuente.
La amenaza de Trump
El sábado, el presidente Trump encendió las alarmas diplomáticas al publicar en Truth Social una serie de mensajes en los que acusó a Nigeria de permitir la “masacre de cristianos” y amenazó con enviar tropas para “borrar por completo” a los “terroristas islámicos” responsables. “Si el Gobierno de Nigeria continúa permitiendo el asesinato de cristianos, Estados Unidos cesará de inmediato toda ayuda y puede muy bien ir a ese país ahora en desgracia con una lluvia de fuego”, escribió el mandatario.
Trump aseguró que había ordenado al Departamento de Defensa preparar un plan de contingencia y advirtió que una posible intervención sería “rápida, feroz y dulce”. También anunció que había designado a Nigeria como un “país particularmente preocupante” por la supuesta persecución contra cristianos, afirmando —sin presentar fuentes verificadas— que “miles” de ellos estaban siendo asesinados.
Las declaraciones del presidente estadounidense se produjeron tras la difusión de informes no verificados y declaraciones de legisladores republicanos, como el senador Ted Cruz, y algunas figuras públicas que denunciaron un supuesto “genocidio cristiano” en Nigeria. Expertos y organizaciones humanitarias, sin embargo, desmienten esa narrativa.
“Las víctimas de la violencia en Nigeria son tanto cristianos como musulmanes. La geografía del conflicto, más que la religión, determina quién resulta afectado”, explicó Taiwo Hassan Adebayo, investigador del Instituto de Estudios de Seguridad (ISS, por sus siglas en inglés).
Por su parte, el vocero presidencial Daniel Bwala calificó las afirmaciones de Trump como “engañosas” y parte del “estilo de hablar duro” característico del mandatario. “Cuando se trata de operaciones militares en Nigeria, es un asunto que solo puede decidirse entre líderes soberanos. No es algo que se haga unilateralmente”, subrayó.
El propio Tinubu reiteró que Nigeria tiene “garantías constitucionales” para proteger a los ciudadanos de todas las religiones. Joseph Hayab, pastor y exdirigente de la Asociación Cristiana de Nigeria en Kaduna, también negó la existencia de una persecución sistemática: “No hay un genocidio cristiano, aunque el gobierno debe hacer más para proteger a las comunidades rurales”, afirmó.
Riesgos diplomáticos, legales y de seguridad
En Washington, la amenaza de una intervención militar generó preocupación entre legisladores de ambos partidos. Analistas recordaron que el uso de la fuerza requeriría un marco legal y la aprobación del Congreso, así como la cooperación del Consejo de Seguridad de la ONU. “Una operación unilateral violaría la soberanía nigeriana y el derecho internacional”, señaló un experto en política exterior del Instituto Brookings.
Además, una suspensión de la ayuda estadounidense tendría consecuencias graves en un país que depende del apoyo internacional para programas sociales y operaciones antiterroristas. Nigeria es un socio clave de Estados Unidos en África Occidental, tanto por su rol en la seguridad regional como por su peso económico y demográfico.

Nigeria, el país más poblado de África con más de 220 millones de habitantes, está dividido casi equitativamente entre un norte mayoritariamente musulmán y un sur cristiano. En el noreste, grupos insurgentes como Boko Haram y su escisión, el Estado Islámico de África Occidental (Iswap), mantienen desde hace más de 15 años una campaña de violencia que ha dejado decenas de miles de muertos y millones de desplazados.
La violencia también se extiende a regiones del centro y noroeste, donde bandas armadas —formadas en su mayoría por antiguos pastores convertidos en milicianos— atacan aldeas agrícolas en medio de disputas por tierra y recursos. Estos conflictos suelen tener causas económicas y territoriales, aunque con frecuencia adquieren tintes religiosos o étnicos.
“Reducir la crisis de Nigeria a un enfrentamiento entre cristianos y musulmanes es una simplificación peligrosa”, advirtió Adebayo. “La realidad es una red de conflictos locales, pobreza estructural y falta de presencia estatal”.
Agencias AFP, ANSA y Reuters
