No lo tires: el pan duro puede arreglar tus cajones ruidosos

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CEl pan duro se convierte en un remedio casero eficaz para eliminar el rechinido de los cajones en el hogar. (Freepik)

En muchos hogares, los cajones que rechinan al abrirse se convierten en una molestia cotidiana. Aunque existen soluciones comerciales como lubricantes o herramientas especializadas, hay un truco casero poco conocido que puede resolver este problema sin gastar dinero ni dañar los muebles: utilizar pan duro.

Este método, simple y efectivo, aprovecha las propiedades del almidón seco para reducir la fricción entre superficies, eliminando el ruido sin dejar residuos grasos ni alterar el acabado de la madera.

La corteza de pan, especialmente cuando ha perdido humedad y se ha endurecido, actúa como un lubricante natural. Al frotarla sobre los bordes internos del cajón, donde se produce el contacto con la estructura del mueble, se genera una capa fina de almidón que suaviza el deslizamiento.

Frotar la corteza de pan duro sobre los bordes internos del cajón reduce la fricción y elimina el ruido sin dañar la madera. (Pixabay)

Este truco es ideal para muebles antiguos, escritorios de oficina o cajoneras que no cuentan con rieles metálicos ni sistemas de deslizamiento modernos. Además, es una alternativa ecológica que reutiliza un alimento que normalmente se desecha.

Para aplicar este método, basta con cortar un trozo de pan duro del tamaño de una moneda. Se recomienda usar pan tipo bolillo, baguette o cualquier pieza con corteza firme.

Luego, se frota directamente sobre las zonas de fricción del cajón, prestando atención a los bordes laterales y la base donde se genera el rechinido.

No es necesario aplicar fuerza excesiva ni cubrir toda la superficie; con unos segundos de contacto, el almidón comienza a actuar. El resultado es inmediato: el cajón se desliza con mayor suavidad y sin emitir ruidos molestos.

El método casero con pan duro es ideal para muebles antiguos, escritorios y cajoneras sin rieles metálicos modernos. - (Imágen Ilustrativa Infobae)

Este truco casero tiene varias ventajas. No deja manchas ni olores, a diferencia de productos como aceites o aerosoles. Tampoco requiere desmontar el mueble ni realizar ajustes técnicos.

Es seguro para superficies barnizadas, pintadas o de madera natural, y puede repetirse cada cierto tiempo sin efectos secundarios. Además, su carácter inesperado lo convierte en una solución creativa que puede compartirse en redes sociales, tutoriales domésticos o notas de servicio con enfoque práctico.

En un contexto donde la reutilización y la eficiencia son cada vez más valoradas, este tipo de consejos caseros adquiere relevancia. El pan duro, lejos de ser un desecho, puede convertirse en una herramienta silenciosa que mejora la funcionalidad del hogar.

Con solo unos minutos y sin inversión, es posible transformar una molestia cotidiana en una oportunidad para aplicar ingenio y sostenibilidad. Este truco, aunque poco convencional, demuestra que las soluciones más efectivas a veces están al alcance de la mano, en los objetos más simples y cotidianos.

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