Utah, un estado con mayoría republicana, acaba de dar un paso inesperado que brinda una oportunidad de oro a los demócratas. Tal como hizo Gavin Newsom en California, aprobó un rediseño de mapas electoral que abre la puerta a volver dos escaños más disputados con el Partido Republicano.
El mapa congresional de Utah que reconfigura el equilibrio político, como hizo Newsom en California
La Legislatura de Utah sancionó el lunes 6 de octubre un nuevo mapa electoral que redefine los límites de los cuatro distritos congresionales del estado. El rediseño surgió después de un fallo federal de agosto pasado, que declaró inconstitucional el esquema anterior por violar una medida ciudadana que prohíbe el gerrymandering partidista.
El nuevo plan, aunque aún beneficia a los republicanos, presenta dos distritos más competitivos que los actuales, donde el margen de Donald Trump en las elecciones de 2024 fue de apenas dos y seis puntos porcentuales respectivamente, según indicó Politico.
El mapa es el menos favorable para los demócratas entre las seis alternativas que el comité legislativo evaluó. Sin embargo, en caso de superar los obstáculos judiciales y entrar en vigor, podría transformar a Utah en un inesperado campo de batalla electoral.
Según un análisis del Salt Lake Tribune, el nuevo 3º Distrito tendría una ventaja republicana de seis puntos, mientras que el 2º alcanzaría 11, cifras sensiblemente menores a las que garantizaban una hegemonía republicana hasta ahora inquebrantable.
Tensiones políticas y resistencia judicial en Utah: ¿entrará en vigor este nuevo mapa?
La medida provocó un inmediato rechazo de organizaciones que combaten la manipulación de distritos electorales. Elizabeth Rasmussen, directora ejecutiva del grupo Better Boundaries, anunció que su equipo prepara una nueva demanda contra la ley. Estas tensiones judiciales podrían retrasar la implementación del mapa hasta que el juez federal determine su validez para las elecciones de medio término en 2026, según indicó Politico.
El contexto político no es menor. Mientras en Texas y Missouri los republicanos diseñaron distritos más favorables a su partido, ahora enfrentan impugnaciones en los tribunales. Utah se convirtió, así, en un escenario singular: pese a ser un territorio conservador, la intervención judicial abrió la posibilidad de competencia real.
El movimiento fue seguido de cerca por figuras demócratas nacionales, especialmente por estrategas vinculados al Comité Nacional Demócrata, que ven en este rediseño una oportunidad de replicar la iniciativa californiana de Gavin Newsom en otros estados del oeste.
El presidente del National Democratic Redistricting Commission, John Bisognano, condenó la reforma: “Es vergonzoso que los republicanos del Parlamento intenten nuevamente engañar a los votantes de Utah. El mapa aprobado no cumple con los criterios establecidos en las reformas independientes de redistritación que los ciudadanos apoyaron”.
El precedente de California y el rol de Gavin Newsom en el rediseño de mapas electorales
El movimiento en Utah coincidió con la ofensiva política encabezada por Gavin Newsom en California, donde el gobernador demócrata firmó en agosto la Election Rigging Response Act, un paquete de leyes orientado a contrarrestar el rediseño de distritos impulsado por Donald Trump y Greg Abbott.
La medida, conocida como Propuesta 50, pretende dar a los californianos la posibilidad de decidir en las urnas si desean adoptar un nuevo mapa temporal de distritos que equilibre el efecto de las redistribuciones republicanas en otros estados.
La legislación californiana contempla tres proyectos clave:
- La Enmienda Constitucional de la Asamblea 8: autoriza a los votantes a adoptar un nuevo mapa temporal.
- El Proyecto de Ley del Senado 280: fija la fecha de votación para el 4 de noviembre de 2025 y garantiza los fondos necesarios.
- El Proyecto de Ley de la Asamblea 604: define los distritos que entrarían en vigor si la enmienda es aprobada.