QUITO.- El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, prestó juramento este sábado para un segundo mandato con la promesa de “salvar” de las “mafias” al país, golpeado por bandas locales aliadas con grupos ilegales extranjeros que lo volvieron el más violento de la región.
“Esta es una confrontación directa con estructuras criminales organizadas”, dijo el mandatario de 37 años tras tomar posesión en Quito ante la Asamblea Nacional. Noboa garantizó que “no habrá tregua contra la delincuencia”.
Noboa, reelegido en abril tras derrotar en balotaje a la izquierdista Luisa González, ejercerá un mandato de cuatro años. La oposición, liderada por el expresidente en el exilio, Rafael Correa, continúa denunciando fraude sin presentar ningún indicio y se ausentó del acto. Las acusaciones de fraude electoral fueron desestimadas en su momento por observadores internacionales.
El millonario empresario llegó por primera vez a la presidencia de esta nación de 18 millones de habitantes en 2023 tras unas elecciones anticipadas y en medio de una ola de violencia sin precedentes atribuida al narcotráfico.
Los grupos criminales dedicados al tráfico de cocaína desafiaron al Estado y ubicaron a Ecuador como el país con los peores índices de homicidios en América Latina, de acuerdo con el centro de estudios Insight Crime.
Durante su primer año de mandato los homicidios cayeron, lo que atribuyó a su política de mano dura contra el crimen y a la declaratoria de conflicto armado interno, que le permitió al presidente desplegar a las Fuerzas Armadas en las calles y cárceles.
Noboa utilizó esas cifras como bandera de campaña. Pero fue sobre todo el rechazo de buena parte del electorado hacia el controvertido Correa, cuya presidencia (2007-2017) estuvo aliada al chavismo venezolano, lo que impulsó su reelección.
Pese a las proclamas de Noboa, las cifras de la violencia volvieron a subir y desde el año pasado se hicieron nuevamente agobiantes. Entre enero y abril de 2025 Ecuador registró 3084 homicidios, lo que convierte este inicio de año en el más violento desde que se tiene registro.
“Yo sé que mi deber no es alejarme de un conflicto porque nunca se había resuelto antes. No es mirar hacia otro lado para ahorrarme el desgaste que significa luchar contra criminales que se han creído dueños del país durante años”, subrayó.
Presencia extranjera
Al acto asistieron los presidentes de Colombia y Perú, Gustavo Petro y Dina Boluarte, respectivamente, el secretario de Salud de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., en representación del presidente Donald Trump y los cancilleres de Brasil, Bolivia y Costa Rica.
Para combatir el crimen organizado, Noboa buscó estrechar su alianza con Estados Unidos, anunció que permitiría el ingreso de fuerzas extranjeras, y recientemente afirmó que Israel quiere “ayudar” con inteligencia para aplicar en esa lucha.
Otro de los grandes desafíos del nuevo mandato será reactivar la economía y reducir el desempleo, dos necesidades cruciales del electorado. Solo el 33% de ecuatorianos tienen empleo pleno, según estadísticas oficiales, mientras el resto se desenvuelve en la informalidad.
Desde el exterior del Palacio de Carondelet, el jefe de Estado resaltó el compromiso del gobierno con los sectores marginados y dijo que su administración devolverá la fuerza a quienes “han vivido en la desolación durante demasiado tiempo”.
Mauricio Alarcón, director de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, criticó la administración de Noboa, que le “faltó hacer gestión pública porque se dedicó a hacer campaña”. Y agregó que “ahora ya no tiene excusas, ya tiene un mandato de cuatro años, tiene mayoría en la Asamblea. Ahora debe empezar a trabajar”.
El analista señaló la urgencia de atender la inseguridad y dejar “la visión securitista” y “de dádivas de bonos” y trabajar en el problema de fondo, que es “la falta de oportunidades, de nuevas fuentes de empleo que lleva a sectores de la población a ir por el lado del crimen organizado”.
Agencias AFP y AP