QUITO.- Por una diferencia que superó todas las expectativas, el mandatario ecuatoriano Daniel Noboa se alzó este domingo con una contundente victoria en el baloje presidencial, derrotando por más de diez puntos a la candidata de izquierda Luisa González, quien rechazó lo resultados denunciando fraude. Con más de 92% de los votos escrutados, Noboa le ganaba a González por 55,87% a 44,13%.
“No reconocemos los resultados presentados por el CNE”, dijo González ante sus seguidores. “Vamos a pedir el recuento de los votos y que se abran las urnas”. “Denuncio ante mi pueblo, ante los medios y ante el mundo que Ecuador está viviendo una dictadura y estamos enfrentando el peor y mas grotesco fraude electoral de la historia de Ecuador”, agregó.
“¿Cómo puede ser creíble los números que están mostrando (…) que 11 encuestas se equivocaron?”, bramó la candidata, abriendo una caja de pandora de imprevisibles consecuencias .
La abrumadora distancia del escrutinio selló una campaña electoral que mantuvo a los dos rivales en paridad absoluta, y dejó con las manos vacías por segunda vez a González, quien buscaba la jefatura de Estado tras fallar en su intento de 2023 frente al mismo rival.
Las elecciones se desarrollan en el marco de la violencia que azota al país derivada del crimen organizado, y que llevó a Noboa a declarar el estado de emergencia y el cierre de las fronteras con Colombia y Perú.
González ya había abierto el paraguas insinuando en la previa que habría fraude. Tras emitir su voto, González lanzó una advertencia señalando en particular a las fuerzas de seguridad.
“Hago un llamado a las fuerzas del orden, a la Policía y a las Fuerzas Armadas, a no intervenir a favor ni en contra del recuento de votos en las urnas, sino a garantizar la correcta democracia”, dijo la candidata.
“Debemos rechazar con firmeza la narrativa de fraude, las acusaciones sin pruebas (…) minan la confianza en la democracia”, dijo por su parte la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Diana Atamaint, saliendo al cruce de las declaraciones de los candidatos.
El jefe de la misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Ecuador, el excanciller chileno Heraldo Muñoz, destacó la “normalidad” y “tranquilidad” con que transcurrió la votación.
La victoria de Noboa en 2023 lo había convertido en uno de los líderes más jóvenes de la historia. Ahora era González quien quería marcar la diferencia, siendo la primera mujer en acceder al Palacio de Carondelet, la sede del gobierno.
González se presentó como la mujer promedio que desafiaba al niño rico, al hijo nacido en cuna de oro, distanciado de las necesidades de la gente. “En este año y medio (de gobierno de Noboa), la violencia, la pobreza y el desempleo ha sido más profundo en nosotras las mujeres”, dijo en el cierre de campaña en Guayaquil.
González criticó a Noboa por la continua violencia en las calles y su “improvisación” para gobernar. Y dijo que respondería con firmeza contra la delincuencia, incorporando a miles de nuevos policías y tecnología para las fuerzas del orden.
Puestos a hablar de herencias, sus críticos subrayaron la adhesión incondicional de González a su mentor, el controvertido expresidente Rafael Correa (2007-2017), una figura divisiva en Ecuador que desde el exilio sigue siendo determinante en el movimiento Revolución Ciudadana, la agrupación que creó cuando se lanzó al poder y que sigue siendo la estructura de mayor alcance en el país.
En la primera vuelta de febrero, los dos candidatos quedaron en empate técnico que los dejó con solo 17.000 votos de diferencia. Las encuestas producidas desde entonces reiteraban esa misma paridad, con diferencias mínimas que en muchos casos no superaban un punto. Y fue ese el argumento de González para declararse una víctima.
Noboa entró y salió sin hacer comentarios en su lugar de votación en Guayaquil esta mañana, y se quedó esa ciudad costera, siguiendo la evolución de los comicios y esperando los resultados. González, candidata por la izquierdista Revolución Ciudadana, votó en su pueblo de Canuto, en la también costera provincia de Manabí.
La gravísima situación de inseguridad estuvo en el primer lugar de la preocupación ciudadana y de la agenda de los candidatos, en un país donde se han producido en estos primeros meses de 2025 un asesinato por hora, producto del crimen organizado, dividido en un creciente número de bandas que se expanden en territorio y ferocidad.
Los partidarios de Noboa buscaban darle un mandato completo, de cuatro años, para controlar la delincuencia y reactivar la economía, con apertura comercial y empresa privada. González, por su parte, quería devolver a la izquierda al poder, apadrinada por Correa, un viejo aliado del chavismo venezolano.
Mónica, una quiteña de 42 años que caminaba con su hijo en una de las principales avenidas de Quito, dijo que votaba por Noboa “por cómo ha destapado las cosas”.
“Toda la delincuencia que estamos viviendo no es de ayer, esto lleva muchos años, durante el correísmo. Noboa está poniendo un alto a todo esto. No es que sea fácil, a lo mejor en cuatro años no lo va a lograr, pero ya es un camino. Es más que nada para que no regrese ese señor que nos hizo tanto daño”, dice.
Los desafíos de Noboa van más allá de los proyectos de seguridad pública. La economía y el mercado laboral no pasan por su mejor momento. El PBI decreció en 2024 y se prevé un crecimiento del 2% para este año, tras un año recesivo donde, si bien aumentó la recaudación fiscal, no creció la productividad, junto a un mercado laboral planchado.
El Banco Mundial recomendó a Ecuador modernizar el marco laboral, fomentar el crecimiento y la productividad de las empresas para impulsar la creación de más empleos. Según economistas, se trata en parte de impulsar la minería legal, el turismo y la agricultura, de los sectores que más aportan al PBI y que generan más trabajo.