La familia de Valeria Afanador, niña de 10 años encontrada sin vida en Cajicá, Cundinamarca, interpuso una tutela contra la Fiscalía General de la Nación solicitando que se investigue a fondo los hechos ocurridos el 12 de agosto.
Una nueva línea de investigación fue revelada por su abogado, Julián Quintana, que aseguró que existe un detalle que podría dar un giro importante al caso.
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El 28 de agosto, tras varios días de búsqueda, el cuerpo de Valeria fue hallado flotando en el río Frío por un campesino. La menor, que tenía síndrome de Down, había sido vista por última vez en el colegio Gimnasio Campestre Los Laureles, ubicado en la vereda Canelón, sector Bebedero de Cajicá. Posteriormente, el dictamen de Medicina Legal estableció que no se encontraron signos de violencia en su cuerpo; sin embargo, la familia y su representante legal no descartan la participación de un tercero en los hechos.
El 22 de septiembre, mediante la representación de Quintana, la familia presentó una acción de tutela en la que se solicita a la Fiscalía avanzar en varias diligencias que consideran fundamentales para esclarecer la muerte de la menor. Entre ellas, se encuentra la verificación de la compra de unas gelatinas, una prueba que, según el abogado, no ha sido debidamente investigada.
Detalle clave en la investigación
En el texto de la tutela se expone la petición concreta relacionada con este nuevo elemento de investigación. “Solicitamos se realicen labores investigativas en el supermercado paisa donde, por declaración informal de su tendero, aparentemente para el día de los hechos un masculino realizó la compra de dos gelatinas, solicitando copia de la factura o inventario donde se logre verificar que el lote de la gelatina encontrada en el lugar de los hechos no haya sido una de las adquiridas en este punto. En el mismo sentido, solicitamos se realice la recolección de las cámaras de seguridad ubicadas en el punto”, se lee en el documento conocido por El Tiempo.
Esta solicitud busca determinar si el envase de gelatina encontrado en la zona donde desapareció Valeria coincide con el producto adquirido en el establecimiento mencionado. Según Quintana, este hallazgo podría aportar elementos determinantes sobre la hipótesis de que la menor fue atraída mediante engaños por una persona desconocida.
El abogado explicó al medio citado que el día en que la niña desapareció se encontró en el lugar un envase de gelatina; sin embargo, aclaró que este elemento “lamentablemente se contaminó”, aunque la defensa logró recolectarlo para preservarlo como evidencia.
Testimonio de un tendero
Además del hallazgo del envase, la tutela menciona la declaración de un testigo que podría reforzar la hipótesis de la participación de un tercero. Según Quintana, “un señor de una tienda dijo que el día que desapareció Valeria, un masculino desconocido había ido a comprar una gelatina”.
Este testimonio, junto con la presencia del envase en el lugar de los hechos, llevó a la familia y a su abogado a considerar que la niña pudo haber sido engañada. El jurista explicó que Valeria tenía una preferencia especial por este tipo de producto, lo que la habría hecho vulnerable a un posible rapto mediante engaños.
“Tal vez la niña, como le gustaba la gelatina, algún adulto, quizá ese tercero que decimos que de pronto estaba detrás de la reja, utilizó la gelatina para llamar su atención y la gelatina tenía alguna sustancia; pudo haberla drogado”, manifestó Quintana al medio citado.
En este contexto, la defensa de la familia solicitó que la Fiscalía verifique si el lote de la gelatina hallada coincide con los productos adquiridos en el supermercado señalado, además de recolectar los registros de las cámaras de seguridad del establecimiento.