
Un grupo de investigadores de la Universidad de Aalto en Finlandia ha presentado un avance que podría transformar la manera en que se procesa la inteligencia artificial: el uso de una técnica óptica capaz de realizar computación tensorial a la velocidad de la luz.
Este método, liderado por científicos de la casa de estudios mencionada y descrito recientemente en la revista Nature Photonics, se perfila como una alternativa al hardware tradicional, habilitando nuevas posibilidades de eficiencia y velocidad en el desarrollo de modelos de IA basados en computación óptica.
Procesamiento tensorial con luz: el principio detrás de la técnica
El núcleo de esta innovación radica en su capacidad de ejecutar múltiples operaciones matemáticas, fundamentales para las redes neuronales artificiales, en un solo disparo utilizando luz coherente.

La técnica, llamada procesamiento tensorial directo, convierte números en variaciones de la onda lumínica, permitiendo que la propia propagación óptica realice las operaciones esenciales: multiplicaciones de matrices y otros cálculos que hoy requieren cientos o miles de ciclos electrónicos.
Mientras los procesadores convencionales dependen de ejecutar estas tareas paso a paso, el enfoque óptico resume todo el proceso en el lapso que tarda la luz en cruzar un chip especializado.
Esto significa que la información, en lugar de ser procesada secuencialmente, se transforma y calcula de manera simultánea, lo que equivale a analizar y clasificar grandes volúmenes de datos en paralelo.

Ventajas en velocidad y eficiencia energética para la IA
Uno de los mayores atractivos de este método es la eficiencia energética lograda gracias a su funcionamiento pasivo. Al no requerir conmutación electrónica activa durante los cálculos, el consumo de energía y la generación de calor se reducen significativamente en comparación con los chips tradicionales.
Es pertinente indicar que el uso de múltiples longitudes de onda amplía aún más la capacidad del sistema, posibilitando operaciones tensoriales cada vez más complejas.
Según los investigadores, este enfoque abre la puerta a implementar bloques fundamentales de modelos de visión y lenguaje en tiempo real, con ventajas claras para el despliegue en centros de datos, dispositivos móviles y eventualmente vehículos autónomos.
La velocidad alcanzada —equivalente al tiempo de desplazamiento de la luz a través del chip— establece un nuevo estándar en el procesamiento de IA.

Desafíos pendientes y perspectivas a corto plazo
Aunque el estudio finlandés marca un hito experimental y teórico, todavía existen barreras en materia de ingeniería y escalabilidad. Entre los retos mencionados figuran la fabricación precisa de los componentes ópticos, el control del ruido en los sistemas fotónicos, la integración con infraestructuras electrónicas actuales y el desarrollo de arquitecturas programables y versátiles.
A pesar de estas dificultades, el panorama resulta prometedor. Los autores del estudio estiman que es posible empezar a incorporar esta tecnología en modelos de IA existentes dentro de un plazo de 3 a 5 años si se mantienen el ritmo de inversión y la innovación técnica.
De concretarse, la computación óptica tensorial revolucionará áreas como el análisis de imágenes, el procesamiento de lenguaje y la optimización del consumo energético en grandes instalaciones y dispositivos electrónicos.

Qué es la computación tensorial y por qué es clave para la IA
La computación tensorial es una rama de la matemática aplicada y la informática que se centra en el uso de tensores, estructuras que generalizan los conceptos de vectores y matrices a dimensiones superiores. Estas operaciones permiten representar y manipular grandes volúmenes de datos de manera eficiente, facilitando el cálculo simultáneo de múltiples relaciones complejas, algo fundamental para los modernos algoritmos de inteligencia artificial.
En la práctica, la computación tensorial resulta esencial para el entrenamiento y funcionamiento de redes neuronales profundas, ya que permite realizar multiplicaciones y sumas a gran escala en modelos de visión artificial, procesamiento de lenguaje natural y análisis de datos. Gracias a estos cálculos, los sistemas de IA pueden interpretar imágenes, entender texto o reconocer patrones en grandes conjuntos de información.
