La producción está. Las máquinas también. Incluso el clima, tras varias semanas de lluvias intensas, comenzó a dar una tregua que permitiría retomar la cosecha. Pero hay algo que sigue frenando todo: los caminos rurales se encuentran destruidos y, según denunciaron los productores, “nadie hace nada”.
Esto es lo que ocurre en Daireaux, al oeste de la provincia de Buenos Aires, donde los productores agropecuarios viven con frustración la imposibilidad de sacar sus granos del campo. “Es una desidia y un abandono de años”, dijo, con impotencia, María Susana Azzi, una de las productoras afectadas.
“Los caminos están con muchísima agua y algunos campos también, porque las napas han subido mucho. Igual se puede cosechar. Lo que no podemos es sacar la producción. Entonces, el Gobierno pide que el campo liquide, y en realidad el campo no liquida: son los exportadores quienes lo hacen. Pero si los productores no podemos sacar la producción, el exportador no va a tener materia física para vender, o, como dice el Gobierno, para liquidar”, señaló.
En este partido en lo que va del año ya registraron 630 milímetros de lluvias. Unos 500 de esos milímetros fueron en apenas un mes y medio. Las precipitaciones dejaron anegados caminos y campos. Pero lo que más indigna a los productores no es el agua, sino la falta de mantenimiento y la falta de reacción del municipio.
“Los caminos solo se pueden transitar en camioneta. No pueden pasar camiones, no pueden pasar autos comunes. Es un problema enorme para sacar la producción y también para la vida cotidiana en el campo”, contó Azzi, que hace agricultura y ganadería. “Tenemos parte del trigo en el campo, todo el girasol en el campo, toda la soja que vamos a empezar a cosechar en breve en el campo, y el maíz también va a quedar en el campo”, enumeró.
La situación, aseguró, se repite en todo el partido. “Nos hemos cansado de hablar con el municipio. Es constante y no tenemos ninguna respuesta”, remarcó. Según explicó, además de que no hay respuesta política faltan equipos, personal capacitado y voluntad para atender más de 1300 kilómetros de caminos rurales. “En esta zona, que es solo una pequeña parte del partido, deberían salir unos 6000 camiones. Desde febrero no sale uno solo”, advirtió.
Daniel, otro productor de Daireaux, que pidió reserva de su apellido, solo pudo sacar 20 camiones de trigo hace 45 días, a pesar de tener vendida parte de la cosecha. “Tenemos casi un millón de kilos de trigo en bolsones, otro millón de girasol en el campo y estamos por empezar con la soja y el maíz”, detalló. Su campo está ubicado en el cuartel séptimo del partido, una zona limítrofe con Trenque Lauquen, Guaminí y Coronel Suárez, altamente productiva.
“En un radio de 25 kilómetros alrededor de este campo hay 20.000 hectáreas agrícolas. Solo con girasol, maíz y soja se produce un volumen inmenso que no puede salir”, explicó. Señaló que en la zona, en los últimos años, la agricultura ganó terreno sobre la ganadería. Sin embargo, esa transformación productiva no vino acompañada de mejoras en la infraestructura. “Una hectárea agrícola necesita seis veces más transporte que una ganadera, pero los caminos son los mismos de hace 30 años. Ahora circulan muchos más camiones y equipos, se fueron deteriorando con el uso y nadie hizo nada”, advirtió.
Destacó que la tasa vial aumentó un 400% en los últimos cinco años, pero eso no se vio reflejado en las obras. “Mucho dinero que se cobra, pero no se hacen los trabajos. Las máquinas están rotas, no hay equipos suficientes, y cuando viene una emergencia climática como esta, el municipio ya no tiene con qué responder porque todo está destrozado”, sostuvo. “El problema no es solo económico. También es social. Las familias con chicos que van a escuelas rurales no pueden salir. La gente mayor con problemas de salud tampoco puede moverse”, agregó.
A todo esto se sumó el reclamo por la llamada Ruta del Cereal, una obra clave para la logística regional que uniría varias localidades de la región con la ruta 33, la arteria que conecta Rosario con Bahía Blanca. “Faltan 45 kilómetros. Se inauguró tres veces. Hoy es solo un pozo en la tierra”, indicó.
Juan Cánepa, otro productor de Daireaux, aseguró que la situación ya es insostenible. “Los caminos son un desastre. Los cuarteles 7, 8 y 9 están completamente abandonados. Nos hartamos de no tener ningún tipo de servicio”, dijo. Por eso, contó, un grupo de 90 productores inició un reclamo administrativo y judicial contra el municipio.
“Esto afecta todo: la salida de cosecha, los caminos, las escuelas. Los chicos no pueden ir al colegio, las maestras tampoco. No destinan los fondos a donde tienen que ir, que son los caminos rurales. Esa es la realidad del partido”, expresó.
La consecuencia es directa: no hay caminos. “Tengo todo embolsado hasta que pueda sacarlo. Esto se viene agravando desde hace años. La desatención de los últimos cuatro o cinco años es peor que nunca. Pero hace mucho que no se destinan los fondos que nosotros pagamos a lo que corresponde”, insistió Cánepa.
Frente a esto, detalló que hay productores que decidieron suspender el pago de la tasa vial amparándose en la ley. “Todas las tasas municipales tienen como contrapartida un servicio. No son impuestos. Y como no hay servicio, no corresponde pagarlas”, explicó. “Nunca, que yo recuerde, en la historia de Daireaux estuvimos tan mal como ahora con los caminos”, concluyó Cánepa.