“Utilizar hisopos para higienizarte los oídos es una mala costumbre”. De esa forma el médico Jorge Tartaglione desmitificó en su visita a LN+ una de las prácticas más habituales de muchos argentinos. “El uso de cotonetes tiene tres grandes riesgos: puede provocar sordera, irritación e infección”, detalló el especialista.
“Lo más peligroso de este hábito es que, al emplear un hisopo, estás empujando la cera para adentro del oído”, explicó Tartaglione. “Eso puede ser el inicio de una serie de malestares, como por ejemplo la aparición de zumbidos”, detalló.
Sobre las alternativas para una correcta higienización, el especialista enumeró: “Podés utilizar un trapo o una toalla mojada”. De esta forma, se evita una potencial inflamación o escocedura en el área del oído.
Otros riesgos del empleo de hisopos
- Lesiones externas e internas: Con el uso de hisopos, la piel del canal auditivo y el tímpano pueden sufrir raspaduras, cortes o perforaciones.
- Lastimadura de tímpano: Un hisopo puede ser lo suficientemente largo como para perforar el tímpano, provocando un dolor agudo y posterior pérdida de audición.

Cómo lograr una correcta limpieza
- Limpieza externa: La limpieza de los oídos debe limitarse a la parte externa. Se puede secar la entrada del canal auditivo con una toalla suave antes o después de la ducha.
- Consulta médica: Si experimentás dolor, zumbido, pérdida de audición u otros síntomas, consultá a un médico. Un profesional puede retirar el cerumen (cera del oído) de forma segura mediante un lavado o instrumental especializado.
- Probar gotas para los oídos: para quienes tienen cerumen seco, muchos profesionales recomiendan el uso de gotas para los oídos disponibles sin receta. Estas ayudan a ablandar la cera, lo que facilita su expulsión natural. Aunque algunas personas no encuentran estas gotas particularmente efectivas, son una opción más segura comparada con los hisopos.
¿Para qué sirve la cera en los oídos?
Contrario a la creencia popular, la cera de los oídos no es un enemigo a eliminar. La Dra. Alexandra Quimby, del Upstate University Hospital de Nueva York, enfatizó que cumple una función protectora vital. “Esta sustancia, compuesta por secreciones cutáneas, sudor y células muertas, actúa como una barrera natural contra irritantes, bacterias y hongos”, explicó la especialista a New York Times.
Además de su función protectora, el cerumen participa activamente en el proceso de autolimpieza del oído. El Dr. Schwartz otorrinolaringólogo de Virginia Mason Franciscan Health en Seattle, en un intercambio con el diario neoyorquino, añadió: “El movimiento natural de la mandíbula al hablar o masticar, junto con la ducha diaria, ayuda a que el cerumen transporte las células muertas desde el interior del canal auditivo hacia el exterior, donde serán eliminadas naturalmente”.
Interferir con este proceso natural, especialmente con herramientas como hisopos, puede alterar el equilibrio y causar más problemas.
