ROMA.- Otro verano con oleadas de calor sofocantes, incendios, temperaturas altísimas -termómetros que alcanzan los 40 grados Celsius-, capitales como hornos y bajo alerta, y hasta una víctima mortal sacude Europa.
En las afueras de Madrid, la capital española, un incendio mató a un hombre que trabajaba en un establo de caballos y alcanzó algunas casas y granjas, pero fue contenido este martes, según informaron las autoridades regionales a la agencia Reuters.
Al sur, en Tarifa, en la costa española cercana a Marruecos, bañistas y el famoso chef, José Andrés, filmaron llamas y humo negro en las colinas sobre elegantes villas.
Más de 2000 personas fueron evacuadas de Tarifa a medida que el incendio, que se cree que se originó en bosques de eucaliptos y pinos, se propagaba, informaron las autoridades. Helicópteros extinguieron las llamas con agua de mar.
Como se pronosticaron temperaturas que alcanzarían los 44 °C en algunas regiones, según el servicio meteorológico Aemet, el ministerio del Interior de España declaró la preemergencia y puso a los servicios militares en alerta para la eventual extinción de incendios, que suelen desatarse debido a la sequía y a los fuertes vientos. Casi 1000 efectivos de las Fuerzas Armadas ya están prestando ayuda, sobre todo después de que, en la región más extensa de España, Castilla y León, se registraran 32 incendios forestales, con más de 1200 bomberos involucrados.
Cinco de los incendios se clasificaron como una amenaza directa para las poblaciones cercanas. En la provincia de León, alrededor de 3780 residentes fueron evacuados, mientras que más de 600 residentes de siete localidades de Zamora también recibieron la orden de abandonar sus hogares.
Más fuego
Escenas parecidas -que se vieron también en los últimos días alrededor del Vesubio, en Nápoles-, también aterraron el norte de Portugal, donde los bomberos luchaban desde hace días para detener tres incendios.
“Nos estamos cocinando vivos, esto no puede continuar”, dijo Alexandre Favaios, alcalde de Vila Real, una de las zonas afectadas, en el norte del país. “Han sido 10 días de una lucha durísima contra las llamas, 10 días en los que nuestra población está en pánico, sin saber cuándo el fuego llamará a su puerta”, dijo Favaios a la emisora RTP. En el área, más de 1300 bomberos, apoyados por 14 aviones combatían tres grandes incendios.
Ante la necesidad de reparar dos aviones antiincendios, las autoridades portuguesas solicitaron el lunes ayuda a Marruecos, que envió dos aviones de reemplazo. La ola de calor que trajo temperaturas de alrededor de 40 °C al norte de Portugal la semana pasada, de todos modos, parecía este martes calmarse, con lluvias y tormentas eléctricas previstas, según el servicio meteorológico local.
En una Europa similar a un gran horno, también Grecia y Turquía, países que son meta de miles de veraneantes, se vieron obligados a combatir decenas de incendios forestales. Avivados en algunos casos por vientos huracanados, los incendios provocaron la evacuación de varias aldeas y un hotel en las islas turísticas de Zante y Cefalonia, en el mar Jónico, junto con otras cuatro zonas del continente.
“Los vientos son fuertes y el incendio forestal está fuera de control”, dijo el alcalde de Zante, Yiorgos Stasinopoulos, a la emisora pública griega ERT.
Otros 85 bomberos y 10 aviones lucharon para contener un incendio que alcanzaba viviendas cerca de la ciudad de Vonitsa, en el oeste de Grecia.
La situación era calcada en Turquía, donde un gran incendio en la provincia noroccidental de Canakkale ardía por segundo día consecutivo después de que cientos de residentes fueran evacuados por precaución.
Los incendios forestales en los distritos de Ezine y Ayvacik de Canakkale, que obligaron al cierre del aeropuerto de Canakkale y del estrecho de los Dardanelos el lunes, estaban prácticamente controlados este martes. Sin embargo, los incendios en el centro de la ciudad, en la parte sur del estrecho, todavía seguían activos, dijo el ministro de Agricultura y Silvicultura, Ibrahim Yumakli, en una publicación en X.
En alerta
Al igual que Alemania, Francia, Albania y Montenegro, también en Italia las autoridades emitieron una alerta -aquí llamada “bollino rosso”-, por una nueva ola de calor en dieciséis ciudades, entre las cuales, esta capital.
Ya este lunes, en efecto, el Vaticano adelantó que la tradicional audiencia general del papa León de este miércoles, “debido a las elevadas temperaturas previstas”, no será en la Plaza de San Pedro, sino bajo techo, en el Aula Pablo VI, donde se espera que funcione el aire acondicionado.
Debido a las temperaturas elevadas previstas, la audiencia general del miércoles 13-8 tendrá lugar en el Aula Pablo VI. Después, @Pontifex_es pasará a saludar en la Basílica Vaticana a quienes no encontraron sitio en el Aula y siguieron la audiencia por las pantallas 👇🏻🥵 pic.twitter.com/vpVjr7x7hB
— Elisabetta Piqué (@bettapique) August 11, 2025
Lo cierto es que en Italia todo el mundo se prepara para un “Ferragosto” -el emblemático feriado del 15 de agosto, cuando se celebra la fiesta de la asunción de la Virgen- más que caluroso. Se espera que las temperaturas en los próximos días alcancen los 40 grados, algo considerado no sólo una emergencia meteorológica, sino, sobre todo, sanitaria. Después, según los meteorólogos, la ola debería ceder, con máximas de todos modos superiores a los treinta grados.
En la ciudad eterna, ya vacía de romanos (la mayoría se fue de vacaciones), los grupos de turistas resisten al calor bochornoso con abanicos, paraguas para protegerse del sol -insoportable-, gorros, botellitas de agua y refrescándose en algunas famosas fuentes barrocas del centro histórico. O refugiándose en museos que cuentan con aire acondicionado. Para los romanos que se quedaron, una minoría, la consigna es tomar agua todo el tiempo “aunque uno no tenga sed” y no salir de casa en horas pico.
“Adentro de las casas el uso de acondicionadores y ventiladores debe ser regulado con atención: no deben direccionarse sobre las personas, sino posicionarse de modo de favorecer la recirculación del aire en el ambiente”, recomendó Luigi Bertoletti, médico de la comuna. En declaraciones al diario Il Messaggero, Bertoletti, que aconsejó asimismo comer liviano -mucha fruta y verdura- y evitar bebidas alcohólicas porque aumentan la sudoración y la sensación de calor, recordó que en estas situaciones quienes más corren riesgos son las personas más frágiles, como los mayores y enfermos crónicos. Aunque advirtió que “nadie es inmune al llamado golpe de calor”.