Cada vez falta menos para el fin de semana XXL de Semana Santa, y mientras algunos aprovechan para viajar a destinos más lejanos, otros prefieren quedarse en la provincia de Buenos Aires y disfrutar de actividades más tranquilas. Para quienes buscan descansar y alejarse del ruido de la ciudad, hay un pueblo que se destaca por su paz y encanto, convirtiéndose en una opción ideal para una escapada.
A tan solo 91 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, Oliden, en el partido de Brandsen, se presenta como un destino imperdible para quienes desean conectar con la naturaleza y la historia. Este pintoresco pueblo, rodeado de paisajes rurales, ofrece una experiencia única, en la que la tranquilidad se combina con el disfrute de la gastronomía típica argentina. Además de su valor cultural e histórico, Oliden permite descubrir rincones con un encanto especial, lo que lo convierte en el lugar perfecto para desconectarse y disfrutar de un fin de semana diferente sin alejarse demasiado de la ciudad.
Turismo rural y gastronomía tradicional en un solo lugar
Oliden es una pequeña y encantadora localidad del partido de Brandsen, ubicada en el kilómetro 76 de la ruta 36. Su paisaje rural, sereno y pintoresco solo se ve alterado por el característico trazado urbano que rodea al antiguo predio de la estación de tren, hoy convertido en un punto de encuentro cultural. Allí, uno de los eventos más esperados del año es la Fiesta de la Galleta de Campo, impulsada por la panadería La Olidense. Esta celebración rinde homenaje a los primeros panaderos rurales y sus tradicionales recetas realizadas en horno de leña, donde se rescatan sabores auténticos y memorias del campo bonaerense.
Durante la fiesta, los visitantes pueden disfrutar de una amplia oferta gastronómica que incluye carnes asadas —de vaca y cordero—, embutidos caseros, miel, quesos, dulces regionales y más. Todo esto se complementa con espectáculos folclóricos, danzas tradicionales y una feria de artesanos y emprendedores locales.
Es importante tener en cuenta que la Fiesta de la Galleta de Campo también nació con el objetivo de revalorizar a los pueblos rurales y reconocer a la galleta de campo como parte del patrimonio cultural y gastronómico de la región.
La galleta de campo: un clásico argentino
La galleta de campo es un clásico de la panadería rural argentina, especialmente popular en las zonas del interior de la provincia de Buenos Aires. Se trata de un pan de miga compacto y con una corteza dorada, de forma redonda, elaborado a partir de ingredientes simples como harina, agua, levadura, sal y, en algunos casos, grasa o manteca. Su cocción tradicional en horno de barro le da una textura particular: crujiente por fuera y tierna por dentro, ideal para acompañar con mate, embutidos o simplemente sola.
Más allá de su sabor, la galleta de campo tiene un fuerte valor cultural. Es símbolo de las tradiciones rurales y de las reuniones familiares en el campo, donde no podía faltar en la mesa. Su elaboración artesanal, transmitida de generación en generación, mantiene viva una costumbre que todavía conquista paladares tanto en las zonas rurales como en las ciudades. Por eso, eventos como la Fiesta de la Galleta de Campo en Oliden buscan no solo rendirle homenaje, sino también preservar y difundir este legado gastronómico tan nuestro.
Qué más se puede hacer en Oliden
Con respecto al recorrido gastronómico, otro clásico imperdible de Oliden es el almacén de chacinados (La Piara de Oscar Etcheverri y familia). Además, para quienes buscan disfrutar de un fin de semana de descanso, en la zona hay opciones de alojamiento equipadas con todo lo necesario para una estadía confortable.
Por otro lado, el turismo rural en Oliden se presenta como una experiencia imperdible para los que desean reconectar con la naturaleza y la vida sencilla del campo. Esto si se tiene en cuenta que la localidad es especialmente elegida por ciclistas que se aventuran por sus caminos de tierra y senderos rodeados de verde, mientras disfrutan del aire puro y la calma del entorno.
El paseo por sus tranquilas calles, bordeadas por típicas casas campestres y árboles frondosos, ofrece un paisaje encantador que cautiva a turistas en busca de descanso, tranquilidad y seguridad. Sin lugar a dudas, Oliden invita a bajar el ritmo, disfrutar de la simpleza y redescubrir el placer de lo auténtico en un entorno donde el tiempo parece detenerse.
La historia del pueblo
Tal y como dieron a conocer en el sitio infobransen.com, el origen de este pueblo se dio gracias a Mariano Jose Fauvety, quien era administrador de las tierras de la zona, ya que para ese entonces se encontraban algunas estancias como la de Don Juan Manuel Larrazábal. En 1914, por orden del presidente Victorino de la Plaza, se ordenó la apertura del servicio de ferrocarril en la zona. De esta manera, se donaron tierras y se construyo la Estación Oliden, que pertenecía al ramal que recorría desde Elizalde a Lezama.
Tras la llegada del tren, se cedieron otros terrenos para la edificación de la Delegación Municipal, la escuela y la Capilla Inmaculada Concepción de María, que se pudo realizar gracias a la cooperación de los pobladores de la zona. Como otros pueblos de Argentina, la salida del transporte del lugar significo una caída significativa en la población. Actualmente, cuenta con 183 habitantes, lo que representa un incremento del 20% frente a los 152 habitantes del censo anterior.
Cómo llegar a Oliden
Para llegar a Oliden desde la Ciudad de Buenos Aires se debe tomar la Autopista Ricardo Balbín (ex Buenos Aires–La Plata) hasta la localidad de Hudson. Allí, se empalma con la Ruta Provincial 2 y, al llegar a la altura de El Pato, hay que tomar la salida hacia la Ruta Provincial 36. Luego, seguir por esa ruta, hasta el kilómetro 76 donde se encuentra la entrada a Oliden, perfectamente señalizada. El trayecto es cómodo y accesible, ideal para una escapada de fin de semana.