No es ninguna novedad decir que, desde el comienzo de la explotación intensiva de Vaca Muerta, la Argentina escaló muchas posiciones en el ranking de países productores de energía. Por eso, cada año se dan cita en el summit del sector, organizado por LA NACION, los expertos y los referentes de las principales compañías del área que operan en el país para dar cuenta de la evolución del desarrollo energético, de las inversiones que se vienen y, sobre todo, de los desafíos que deben afrontar.
La apertura del evento contó con la voz de Daniel Dasso, socio líder de Industria y Energía de EY Argentina, quien analizó el rol del país en la matriz energética global. “Hay un movimiento geopolítico importante que no se puede ignorar: la matriz energética mundial depende en más de un 80% de los hidrocarburos. Y la Argentina tiene 19 cuencas en el territorio y en el mar, donde solamente cinco están produciendo, y entre esos está Vaca Muerta, que ya no es una promesa, sino que está probada y que contribuye a la producción del país de forma extraordinaria”, señaló al inicio de la charla. Y, en ese sentido, remarcó que, para que se convierta en una industria sostenible, es imprescindible garantizar la seguridad en el suministro y que sea asequible económicamente.
Sobre el impacto de la caída de los precios internacionales y los conflictos geopolíticos de los países que están en guerra en la sostenibilidad de la explotación, Dasso fue contundente: “Probablemente afecta en la velocidad, en el ritmo. Cuando el precio baja US$5 por barril, implica US$2400 millones menos disponibles para inversión en la Argentina. Es un punto de atención para las empresas”.
La mirada de los números uno
Enseguida, líderes de empresas muy destacadas del sector, como Pampa Energía, Vista Energy, Schneider Electric y Compañía Mega, y también de Banco Comafi, abordaron diferentes temáticas.
Gustavo Mariani, CEO y vicepresidente de Pampa Energía, precisó cuánto se ahorraría la Argentina si dejara de importar gas, posibilidad certera si se amplía el gasoducto Perito Moreno. “El país sigue importando gas licuado o combustibles líquidos que podrían ser reemplazados por gas natural local a una fracción del costo, porque nos falta infraestructura: no tenemos capacidad de transporte para hacer llegar el gas que se produce en Neuquén al centro de consumo que es la zona de Buenos Aires y el Litoral”, explicó. El proyecto, que demandará una inversión de alrededor de US$700 millones, “generaría un ahorro de alrededor de US$500 o US$600 millones por año”, completó.
Desde Vista Energy, el cofundador y CFO Pablo Vera Pinto se metió de lleno en uno de los ejes más discutidos: el futuro del petróleo y el concepto de transición energética. Para Vera Pinto, no se trata de una transición, sino de una adición energética. “El mundo necesita cada vez más energía. Todas las formas que se desarrollen y sean económicamente viables se van a sumar para suplir esa demanda creciente. Y el petróleo tiene un rol clave que está lejos de desaparecer. La demanda sigue creciendo”, sostuvo. Y señaló que el gran desafío es atraer al “capital grande”, que está fuera de la Argentina. “Necesitamos fuentes de financiamiento nuevas. Tenemos que atraer a los grandes jugadores, que son los que tienen los balances más grandes y el acceso a capital más barato. Hay que atraer a los jugadores de private equity, que hoy en el país prácticamente no están”, dijo.
Schneider Electric es una empresa con presencia en más de 120 países que tiene como objetivo central ayudar a clientes y usuarios a ser más eficientes en el uso de la energía a través de la digitalización, la automatización y la electrificación. La CEO para la Argentina, Uruguay y Paraguay, Marcela Romero, explicó el concepto de “Electricidad 4.0”, que se basa en obtener información en tiempo real mediante sensores, automatizar procesos y así lograr decisiones más inteligentes. “Lo que no se mide no se puede gestionar. La medición es la base para después tomar decisiones productivas y sostenibles”, subrayó, y destacó que más del 60% de la energía a nivel mundial se pierde en las etapas de generación, transporte, distribución y consumo. Parte de ese desperdicio ocurre al transformar combustibles fósiles en electricidad; otra parte se disipa en calor por la resistividad de los materiales en la red; y en América Latina, además, existe un problema de fraude eléctrico que llega al 15% en algunos países.
Tomás Córdoba, CEO de Compañía Mega, con foco en la industria del gas y la petroquímica, comentó que “así como los recursos naturales son una bendición, hay que encontrar el financiamiento”. La empresa transporta los componentes ricos de los hidrocarburos líquidos del gas natural (GNL) desde Neuquén hacia la planta de fraccionamiento en Bahía Blanca, que es donde se dividen los componentes en etano, propano, butano y gasolina natural, para luego ser comercializados. Y allí está justamente la principal inversión: un nuevo tren de fraccionamiento para poder producir más cantidad de los componentes ricos del GNL. “La obra va a estar lista entre enero y febrero del año que viene y nos permitirá incrementar la producción en un 20% y 25%”, dijo.
Y respecto del financiamiento para el sector, Alejandro Haro, CEO de Comafi Bursátil, dijo: “Las compañías tienen muy fuertes desafíos a la hora de hacer inversiones en un sector con muchísimo potencial. En algunos casos tenemos la plata, en otros casos los ayudamos a conseguirla de otro lado. Por eso tratamos de estar cerca de nuestros clientes y en este sector de energía tenemos un compromiso de años”.
Consultado puntualmente sobre las necesidades más frecuentes en este tipo de empresas, Haro remarcó que han cambiado en los últimos años. “El sector energético es demandante de capital de trabajo, es decir, pide dinero de corto plazo para financiar su operación. Pero, en los últimos años, es muy demandante de capital de largo plazo. Hoy están teniendo niveles de inversión que no se venían viendo y, para hacer frente a la demanda energética de los próximos años y a las nuevas tecnologías, va a hacer falta más inversión”, explicó. En ese sentido, agregó que una de las alternativas más habituales son las emisiones de obligaciones negociables (ON) y bonos corporativos, especialmente para proyectos de largo plazo.
Ganar competitividad
Que la Argentina cuente con recursos energéticos valiosos no significa que tenga el futuro asegurado. El mercado mundial cuenta con muchos actores y es muy competitivo. Por eso es clave analizar el panorama actual sobre la producción y las exportaciones de petróleo y gas de la Argentina. “Venimos de un ritmo récord de inversión desde el año pasado. Y, pese a que existe una cierta desaceleración desde abril, junio y julio batieron récords de producción”, contó Daniel Gerold, director de G&G Energy Consultants.
Según el analista, el 2 de abril marcó un punto de inflexión, cuando Estados Unidos impuso derechos de importación que modificaron los precios internacionales: “Hoy el Brent (la cotización del barril de petróleo que se toma de referencia en la Argentina) vale US$67, contra un promedio de US$80 el año pasado. Es lógico que eso impacte en una industria que ahora se alinea con precios internacionales”.
En un esquema sin precios subsidiados, cualquier caída en la cotización repercute directamente. “Cuando baja el precio del petróleo, los ingresos del productor caen. Y, si los costos en pesos aumentan, el margen para invertir se achica. No es que desaparece, pero se achica”, agregó Gerold.
Enseguida la charla viró hacia los proyectos en marcha. Uno de los protagonistas del último salto productivo en Vaca Muerta fue Fortín de Piedra, de Tecpetrol, que este año alcanzó un hito. “Llegamos al récord de 25 millones de metros cúbicos de gas por día”, anunció Ricardo Ferreiro, presidente de Exploración y Producción de la empresa. Con ese volumen consolidado, la compañía avanza ahora en petróleo. “Decidimos encarar Los Toldos II, un yacimiento con cuatro horizontes productivos. Esperamos que el precio del petróleo sea más saludable cuando pongamos el proyecto en producción. Pero ya estamos anticipando todo lo que tiene que ver con reducción de costos, optimización y disciplina”, indicó Ferreiro.
En paralelo, Pan American Energy (PAE) avanza con una lógica más progresiva. Fausto Caretta, upstream managing director de la compañía, explicó su enfoque: “Tenemos siete áreas en Vaca Muerta. Preferimos primero desrisquear y entender geológicamente cada zona. Eso llevó más tiempo, pero hoy ya conocemos bien la roca”. Con el diagnóstico técnico claro, PAE entra en fase de escalamiento: “Estamos produciendo 30.000 barriles por día. Ya construimos infraestructura, tratamos y evacuamos el crudo. Ahora viene el desarrollo masivo. Requiere de equipos, logística, tecnología. Y con volumen, bajamos los costos”.
Uno de los datos más repetidos fue el diferencial de costos con Estados Unidos. Según Ferreiro, un pozo comparable cuesta en la Argentina hasta 45% más. Para revertir eso, Tecpetrol viene desplegando una estrategia integral basada en tecnología y cultura operativa. Gerold retomó el tema con una advertencia macro: “Acá no cobrás Brent pleno. Hay un derecho de exportación del 8% que otros países no cobran. Además, el costo financiero es más alto, y no podés hacer coberturas a futuro –hedging– por regulaciones del Banco Central”. Con respecto al gas, Caretta fue claro: “Tenemos un precio fijo por contrato, así que la única forma de agregar valor es bajando costos. Encima competimos con el GNL de EE.UU., donde la vara está mucho más baja”.
Búsqueda de eficiencia
Por su parte, Mauricio Roitman, presidente de Energeia, sostuvo que, en términos internacionales, la Argentina es competitiva en materia de precios. “Un cliente industrial paga mucho menos que en países vecinos, como Uruguay, Chile o Brasil, e incluso está a niveles comparables con Estados Unidos. El problema no es necesariamente el precio de la energía, sino el contexto macroeconómico. Cuando las tarifas reflejan la realidad, las empresas se vuelven más conscientes de sus costos energéticos y empiezan a trabajar en eficiencia, nuevas contrataciones y oportunidades de exportación”, concluyó.
En tanto, la innovación es parte central de la agenda de este sector. En 2022, Metrogas puso en marcha su Programa de Innovación, del que participaron los empleados. Recibieron más de 150 propuestas, de las cuales 39 proyectos ya se implementaron y 10 están en curso. La participación fue transversal: más de 200 colaboradores de distintas áreas y niveles jerárquicos se sumaron a equipos multidisciplinarios. La iniciativa logró un ahorro estimado en $250 millones anuales. También se avanzó con la digitalización de documentación técnica, que implicó una reducción de los tiempos, eliminó el uso de papel y permitió al cliente seguir trámites online. “Hoy, la atención de los clientes mediante los canales digitales concentra más del 90% de las consultas, especialmente mediante la autogestión”, explicó Sebastián Mazzucchelli, CEO de la empresa.
Por otra parte, Naturgy trabaja a nivel local en la gestión de triple impacto, basada en criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG). “El desafío es medir y establecer indicadores que permitan fijar objetivos. Somos una empresa de servicios públicos y eso implica responsabilidad ambiental, desde el cuidado de la biodiversidad en los tendidos eléctricos hasta el uso eficiente del gas natural”, finalizó María Verónica Argañaraz, directora de Relaciones Institucionales de la empresa.