El Día de la Asunción de la Santísima Virgen se conmemora el 15 de agosto desde hace 75 años, en honor a uno de los sucesos más importantes de la fe católica. Fue el Papa Pío XII quien en 1950 declaró este dogma mediante la Constitución Apostólica Munificentissimus Deus, que recuerda el ascenso al cielo del cuerpo y alma de la Santa Madre.
La Virgen María es una figura de suma relevancia de la Iglesia Católica, puesto que se trata de la madre de Jesucristo. Es patrona de cientos de ciudades, países y órdenes religiosas, a través de diferentes advocaciones.
Existen otras fechas que la celebran: el Día de la Inmaculada Concepción, que toma lugar cada 8 de diciembre; su Natividad el 8 de septiembre; el Día de María Madre de Dios cada 1° de enero; y el 25 de marzo con la Anunciación del Señor.
La historia de la Asunción de la Virgen María
La Asunción de la Virgen María es la creencia y doctrina católica que afirma que al final de la vida terrenal de María, madre de Jesús, ella fue llevada en cuerpo y alma al cielo. La tradición también habla de la “Dormición” de la Virgen, una especie de sueño o descanso de su alma antes de la Asunción, y se dice que los apóstoles se reunieron para despedirla.
En 1849, fieles del catolicismo presentaron peticiones ante la Santa Sede para solicitar que la Asunción de la Virgen sea declarada como una doctrina de la fe. Sin embargo, no fue hasta el 1° de noviembre de 1950 cuando el Papa Pío XII proclamó este dogma y promulgó esta jornada de manera oficial. El sumo pontífice publicó una Constitución Apostólica denominada Munificentissimus Deus, en la que establecía este hito como un nuevo dogma: “Pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado; que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celeste”.
Su objetivo se centraba en otorgar el sentido de vida de María como eterno, el cual expresaba también la promesa de resurrección humana. De esta manera, la Virgen era un símbolo de esperanza para todos los fieles a alcanzar este estado, fruto de su devoción y pureza.
Desde entonces, este día busca enfatizar en la voluntad divina de elevar el cuerpo de la Santa Madre al cielo. Este dogma es central a la fe católica, pues destaca la glorificación del cuerpo junto con el alma de María, y representa el destino prometido a todos los que están unidos a Cristo en fe y amor. Este acontecimiento refiere el final de su historia en el plano terrenal, lo que la hace cercana a todos los seres humanos.
Oración por la Asunción de la Santísima Virgen María
Dios todopoderoso y eterno,
que has elevado en cuerpo y alma a la gloria del cielo
a la inmaculada Virgen María, Madre de tu Hijo,
concédenos que, aspirando siempre a las realidades divinas,
lleguemos a participar con ella de su misma gloria.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos.
Amén.