Orban busca bloquear el ingreso de Ucrania en la UE y aparece un rival europeísta de cara a un plebiscito

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PARÍS.– Viktor Orban afirma que la entrada de Ucrania en la Unión Europea (UE) provocaría la ruina de su país. Por esa razón, ha decidido bloquear el proceso de su adhesión al bloque y lanzar una compulsa nacional sobre la cuestión. Bruselas espera, no obstante, iniciar las negociaciones con Kiev antes de fin de año, para un ingreso en 2030.

El país está empapelado. El gobierno ultranacionalista de Viktor Orban lanzó un nuevo tsunami de afiches que recubren todo en vistas de una consulta popular. Esta vez no se trata de atacar al millonario George Soros. Ahora los carteles representan al presidente de Ucrania, de la Comisión Europea y del Partido Popular Europeo (PPE), mayoritario en el Parlamento de Estrasburgo. Respectivamente: Volodimir Zelensky, Ursula von der Leyen y Manfred Weber.

“No dejaremos que decidan por encima de nuestras cabezas”, proclaman. Según el Poder Ejecutivo húngaro, ese triunvirato trabajaría en las sombras para imponer a los pueblos europeos una entrada rápida de Ucrania en la UE.

En plena carrera electoral, Orban usa la ampliación como arma política y se enfrenta a una creciente presión interna y externa.

El argumento es la eventual “ruina” de Hungría y de toda Europa.

“Costaría fortunas a las familias húngaras. Perderíamos sumas importantes de fondos europeos. Los húngaros ya no tendrían subvenciones agrícolas. La mafia ucraniana azotaría Hungría, alimentando la criminalidad, el tráfico de armas y de droga. El mercado se vería inundado de productos alimenticios ucranianos de mala calidad y peligrosos. El sistema de jubilación será desmantelado, sin hablar de las epidemias importadas que pondrían en peligro a niños y ancianos”, lista el jefe de gabinete del primer ministro en un video que circula por las redes sociales.

La perspectiva de que entre en la UE su gran vecino oriental —seis veces más grande y cuatro veces más poblado— suscita una legítima inquietud entre los húngaros. El partido gobernante Fidesz, que acaba de lanzar su campaña electoral para las legislativas del año próximo, espera capitalizar simpatías denunciando esa adhesión, calificada de “inminente peligro”.

El Parlamento húngaro ha aprobado una enmienda a la Constitución que permite al gobierno prohibir los actos públicos de las comunidades LGBTQ+, en Budapest, Hungría, lunes 14 de abril de 2025. (Robert Hegedus/MTI via AP)

País agrícola, Hungría se inquieta sobre todo por la competencia de los productores ucranianos. En efecto, los llamados “corredores de la solidaridad” europeos, escapando al bloqueo del mar Negro hace dos años, llenaron a Europa Central de cereales ucranianos, dejando un gusto amargo en los productores locales.

La programada compulsa, que en realidad no es más que un sondeo no obligatorio, debe comenzar en los próximos días. Los húngaros recibirán una misiva firmada por el primer ministro, acompañada de una sola pregunta: “¿Apoya usted la adhesión de Ucrania a la Unión Europea?”.

Opinión pública dividida

En 15 años en el poder, Orban organizó 14 “consultas nacionales” con preguntas generalmente muy orientadas. Ninguna obtuvo mucho más de entre el 10% y el 15% de respuestas del cuerpo electoral, aunque hayan sido reivindicadas como plebiscitos, sobre todo ante la Comisión Europea.

La población húngara, por su parte, está dividida sobre esta ampliación de la UE a Ucrania. Según los institutos de sondeo alrededor de 58% se declara favorable a una adhesión. La línea de división es clara: los partidarios del Fidesz contra, los de la oposición a favor.

Peter Magyar, el joven adversario de Orban, se muestra muy prudente sobre la cuestión, sabiendo que se trata de terreno minado por el Ejecutivo, que lo describe constantemente como “submarino” del líder del PPE, Manfred Weber, y “a sueldo de los intereses belicistas de Bruselas”.

La gente se reúne en apoyo del político de oposición, Peter Magyar, el sábado 6 de abril de 2024, en Budapest, Hungría. (Foto AP/Justin Spike)

A pesar de todo —y acostumbrada al permanente sabotaje de Viktor Orban— la Comisión Europea espera lanzar el proceso de adhesión a fines de 2025 mientras que, en Ucrania, el Parlamento reforma a marcha forzada, a pesar de la guerra. Si bien algunos la estiman “demasiado optimista”, Ursula von der Leyen se declaró impresionada por la rapidez de esas reformas después de su visita a Kiev el 24 de febrero. Para ella, la adhesión podría concretarse en 2030.

“No hay forma de acortar los plazos de ese proceso. Pero Ucrania ha demostrado su voluntad de avanzar”, dijo la estonia Kaja Kallas, alta representante para la política exterior de la UE. El bloque, que cuenta con Ucrania y sus fuerzas armadas de un millón de hombres para garantizar durablemente la defensa de su flanco este frente a Rusia, se interroga ahora sobre cómo conseguir que Hungría manifieste una mejor disposición.

Porque Orban ha tomado la costumbre de tomar de rehén a Ucrania. Rechaza todo lo que concierne a ese país antes de ceder, contra el desbloqueo de fondos europeos. Desde la llegada al poder de Donald Trump, el primer ministro húngaro endureció aun más su posición. El argumento financiero ya no da resultados, al punto que ciertos líderes europeos estudian la posibilidad de utilizar el artículo 7, que permite a los miembros del Consejo Europeo suspender el derecho a voto a uno de los países miembros. Se trata, en todo caso, de una medida extrema, nunca utilizada hasta ahora.

El exfuncionario del gobierno húngaro Peter Magyar arriba a la oficina del procurador en Budapest, martes 26 de marzo de 2024. Magyar publicó un audio el martes que, dice, es la prueba de delitos cometidos en altos niveles del gobierno que encabeza el primer ministro populista Viktor Orbán. (AP Foto/Denes Erdos)

En esas condiciones, la Europa democrática pone todas sus esperanzas en Peter Magyar. El líder opositor proeuropeo que promete a sus simpatizantes que pondrá fin al aislamiento de su país dentro de la UE si derrota al primer ministro en las próximas elecciones legislativas.

Magyar, líder del partido Respeto y Libertad (Tisza), es un serio rival para Viktor Orban, en el poder desde 2010. Los sondeos sugieren que Tisza superó al Fidesz en intenciones de voto, en momentos en los que el país se ve marginalizado en la UE debido a la conducta prorrusa y anti-europea del gobierno.

“Nuestra patria, Hungría, será nuevamente un aliado orgulloso y confiable de la OTAN. Será otra vez un miembro a tiempo completo de la Unión Europea”, promete Magyar.

Orban, que se describe a sí mismo como un dirigente “iliberal”, es acusado por sus detractores de erosionar las instituciones democráticas, violando la independencia de la Justicia y tomando el control de gran parte de los medios húngaros. Sin embargo, a pesar de sus bloqueos y gesticulaciones, es consciente de que el 98% del 1,1 millones de húngaros apoyan la pertenencia de Hungría a la UE y que, sin los fondos provenientes del bloque, su país difícilmente podría sobrevivir.

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