Otra polémica en Aquarium: el Centro de Rescate de Fauna Marina, un servicio crucial para la costa sur, amenazado de cierre

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MAR DEL PLATA.– La denuncia por la presunta situación de abandono de diez delfines del Aquarium Mar del Plata, cerrado desde marzo de este año, abrió una gran polémica que una inspección municipal en el predio parece haber saldado, al encontrar a estos y otros animales en buen estado. Pero la noticia también dio lugar a otra controversia, acerca de la posibilidad de salvar el Centro de Rehabilitación de Fauna Marina que allí funciona.

El Centro de Rehabilitación de Fauna Marina fue inaugurado en 1994, un año después de la apertura del acuario

LA NACION viajó a Mar del Plata para conocer la situación de los animales y recorrer el centro de rescate, ubicado en el extremo sur y límite del predio. El equipo profesional del servicio, uno de los tres habilitados en la provincia de Buenos Aires para el tratamiento de fauna marina, aspira a continuar con la actividad, a pesar del final del acuario.

El Centro de Rehabilitación de Fauna Marina (Crfma) del Aquarium Mar del Plata era una entidad sin fines de lucro, patrocinada por el mismo oceanario, lo que implica que con el cierre del mismo también perderá el apoyo económico y desaparecerá al ritmo de las topadoras. Fue inaugurado en 1994, un año después de la apertura del Aquarium.

Suelta de un elefante marino rehabilitado en Aquarium

Si bien es común que los acuarios y los zoológicos cuenten hoy con centros de rescate, con el objetivo de mostrar la contracara de su propia actividad condenada por el proteccionismo de animales, la importancia del Crfma deviene de ser la estación de recuperación de fauna marina más austral del continente americano, en el Atlántico sudoccidental, amén de estar implantado en un rincón de aparición de fauna marina en estado traumático durante todo el año. Su área de acción directa era de una franja costera de aproximadamente 300 kilómetros, pero recibían animales derivados de otras zonas más lejanas del país, principalmente de la Patagonia.

El centro tiene una sala de cirugía, una zona de internación, un área especialmente diseñada para el lavado de pingüinos empetrolados y un laboratorio de análisis clínicos. También hay cinco recintos, con sus respectivas piletas, para el tratamiento de pinnípedos; uno con piso de arena y pileta para recuperación de pingüinos y una docena de jaulas individuales para aves en general.

El recinto para la recuperación de pingüinos

Allí se desarrollaban proyectos de conservación in situ, dirigidos al tratamiento de ejemplares de fauna marina encontrados con problemas para sobrevivir. Recibían asistencia médico-veterinaria para ser rehabilitados y reinsertados en su medio. El centro, hoy desmantelado, con unos pocos animales que todavía permanecen allí (una tortuga ciega, algunos pingüinos y rayas), corre serio riesgo de desaparecer.

Diariamente se recibían llamados por algún animal en problemas y el personal acudía a ver si el caso podía ser evaluado, determinar si se trasladaba o si podía ser tratado en la playa. “Los animales que entraban con más frecuencia eran los pingüinos empetrolados hasta hace algunos años”, recuerda Alejandro Saubidet, director del Crfma. “Luego fueron reemplazados por pingüinos desnutridos por no tener como alimentarse, debido a la pesca indiscriminada. Los problemas van cambiando, hoy son la desnutrición y las bolsas de plástico que se comen, además de las redes”, afirma. La mayor frecuencia de aparición en estas costas es de pingüinos de Magallanes, con un promedio de 200 por año en estas condiciones.

Las especies que más habitualmente ingresaban al centro de rescate eran el lobo marino de un pelo (Otaria byronia) y el lobo marino de dos pelos o lobo peletero (Arctocephalus australis). Con menor frecuencia, los elefantes marinos (Mirounga leonina) y lobos marinos de dos pelos antártico (Arctocephalus gazella) y subantártico (Arctocephalus tropicalis), con un promedio de 20 a 30 ejemplares de pinnípedos anualmente.

“El ingreso de cetáceos es muy puntual y sin época definida”, afirma Saubidet, que menciona el emblemático desvaramiento de ocho orcas, de las cuales una no pudo ser salvada.

Rehabilitación de falsa orca en el centro de rescate de Aquarium

Mientras tanto, en el predio del Aquarium, luego del traslado de muchos animales a distintos zoológicos y centros de rescate, quedan diez delfines, treinta pingüinos y otros treinta lémures, oriundos de Madagascar; Rayas, una tortuga ciega, y un lobo marino llamado Cairo, rescatado y castrado luego de que en su interior se hallaran bolsas de plástico. El destino que tendrán la mayoría de estos ejemplares se desconoce, aunque se sabe que los pingüinos y los lémures quedaran en nuestro país y los delfines ya tienen preparadas las cajas de maderas –recubiertas por dentro con material especial para mantener la humedad durante el viaje en avión– en las que serán trasladados hacia otro acuario propiedad de la misma empresa Dolphin, que posee predios dispersos alrededor del mundo.

Un tortuga ciega permanece en las instalaciones a la espera de que se decida el futuro del lugar

Mientras tanto, el equipo de cuidadores procesa y suministra diariamente aproximadamente 160 kilogramos de alimento entre pescado, frutas y alimento balanceado que componen las diferentes dietas de los animales. Al no tener lugar los históricos shows, no es necesario agregar transparencia al agua mediante productos químicos, que por otra parte no hacen bien a los animales. El agua entra desde el mar, se procesa y se llenan las piletas; la temperatura se mantiene a 20 grados. Esto explica el color turbio que generó alarma la semana pasada respecto de los diez delfines, siete de ellos nacidos en cautiverio y tres provenientes de Cuba (de un acuario de la misma empresa), cuyo origen difícilmente se pueda asegurar, aunque supuestamente también nacieron en cautiverio, advierten desde Aquarium. Existen muy pocos santuarios de delfines en el mundo y todavía una gran dificultad para poder rehabilitarlos luego de haber vivido toda su vida en cautiverio, lo que obstaculiza su reinserción.

La toma de agua mediante la cual alimentan los piletones donde viven los delfinesEl color del agua generó una polémica la semana pasada

La única y real solución a este negocio que implica condenar a animales salvajes al cautiverio es que la gente deje de acudir, cautivada por estos seres que debido a su inteligencia, sociabilidad y simpatía, resultan irresistibles para el público, que generalmente ignora las consecuencias.

En cuanto al Centro de Rehabilitación de Fauna Marina, de gran importancia para nuestras costas, un eventual acuerdo para salvarlo incluiría tanto a los dueños de la tierra como a la empresa y la municipalidad.

Liberación del tortugo Jorge

El tortugo Jorge, con más de treinta años en cautiverio luego de haber sido capturado en el mar, pudo ser liberado tras ser rehabilitado durante dos años en los que se le enseñó a cazar, entre otras cosas, gracias al Crfma, cuya permanencia está hoy amenazada.

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