
Diputados del PAN cuestionaron que ni la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ni la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México hayan fijado postura sobre la actuación policial durante la protesta de jóvenes de la Generación Z en el Zócalo capitalino el pasado sábado.
El diputado panista Federico Döring criticó especialmente la ausencia de respuesta de la nueva titular del organismo local, María Dolores González Saravia.
Recordó que su designación ocurrió hace apenas unas semanas y que fue aprobada por unanimidad en el Congreso capitalino, lo que —dijo— la obliga a actuar con independencia y a rendir cuentas a todas las fuerzas políticas, no solo al bloque oficialista.

Según Döring, el silencio de la comisión frente a los testimonios y las imágenes de la intervención policial constituye una falta grave a su mandato.
Expresó que, pese a la visibilidad de los hechos, el organismo no ha emitido ningún comunicado ni mensaje en redes sociales.
“Después de ver cómo policías golpearon a ciudadanos que se manifestaban pacíficamente, ella no ha dicho una sola palabra”, afirmó.
Advirtió que, a menos de un mes de su nombramiento, la legisladora ya estaría defraudando la confianza que los legisladores depositaron en ella.
PAN denuncia autoritarismo y exige condena a la violencia
Además de Döring, otros integrantes del PAN manifestaron su rechazo a lo ocurrido y exigieron una postura clara de los organismos de derechos humanos.

El dirigente nacional del partido, Jorge Romero Herrera, emitió una condena enérgica a lo que calificó como una “respuesta violenta del Estado” contra jóvenes que se manifestaron en distintas ciudades del país.
En un comunicado, Romero sostuvo que la represión refleja el temor del gobierno ante una generación que “ya despertó” y que no está dispuesta a vivir bajo amenazas ni bajo autoridades que, aseguró, les mienten diariamente.
Apuntó que los jóvenes que protestaron lo hicieron cansados de la inseguridad, del autoritarismo y de un clima de violencia que se ha vuelto cotidiano.
El dirigente acusó al gobierno de responder a una movilización pacífica con golpes y gas, lo que consideró un signo preocupante de autoritarismo.

Subrayó que las autoridades deberían escuchar las demandas de los manifestantes en lugar de actuar con fuerza desmedida.
“Esa generación no se va a dejar callar y está lista para defender a México”, afirmó.
Los legisladores reiteraron su llamado a que tanto la CNDH como la comisión capitalina se pronuncien de inmediato, investiguen lo ocurrido y establezcan responsabilidades.
Señalaron que el silencio institucional no solo vulnera su obligación de proteger los derechos de los ciudadanos, sino que también envía un mensaje de permisividad frente a posibles abusos de autoridad.
La oposición insistió en que cualquier agresión contra manifestantes pacíficos debe ser denunciada y sancionada, y advirtió que permanecerán atentos a la actuación de los organismos autónomos ante este tipo de casos.
