En la rutina de cuidado del pelo tenemos los imprescindibles: champú, acondicionador, peine. A estos se suman instrumentos y productos para estilizarlo, tanto si lo tenemos corto como si está largo. El secador de pelo es uno de ellos, con sus opciones de aire frío, tibio y caliente. ¿Cuál es mejor?
El uso del secador de pelo se popularizó y no solo por razones de estética e imagen. Por supuesto que nos ayuda a peinarnos como nos gusta, desde muy liso hasta ondas en tendencia, y a hacer magia con el flequillo cuando lo tenemos. Pero, también es recomendado por dermatólogos para evitar que el pelo permanezca mojado por mucho tiempo. Mantenerlo húmedo puede hacer que se debilite, se rompa y aparezca el frizz.
Esa humedad prolongada también crea el ambiente propicio para la proliferación de bacterias y hongos (como el de la caspa), además, hay riesgo de infecciones en el cuero cabelludo.
- Para el secado diario se aconseja: aplicar protector de calor, usar a unos 15 centímetros de distancia y secar con aire tibio y frío para no dañar el pelo.
Las cutículas del cabello se abren con el calor y esto hace que sea más vulnerable a daños. El frío puede sellar las cutículas, por eso, quizás te preguntaron en la peluquería si pueden terminar el enjuague con agua fría o notas que finalizan el secado con un poco de aire frío. El pelo se mantendrá más fuerte, sin frizz y con brillo.
La opción de aire frío puede ser indicada para el secado del día a día y así evitar exponer el pelo al calor frecuente. Absorbe la humedad con una toalla de microfibra sin frotar para no romperlo. Si no querés secarlo con aire frío únicamente, aplica protector térmico, secá con temperatura media y finalizá con la fría. Uno de los mayores beneficios de usar el aire frío del secador es que evita el frizz o encrespamiento. Si empleás temperaturas altas para secar y estilizar, termina el proceso con aire frío para sellar la cutícula y evitar el encrespamiento.
No solo ayuda a prevenir el frizz, sino que también prolonga la forma de tu peinado. Así que tanto en casa como en la peluquería, cuando te peines cuidadosamente, no olvides pasar un poco de aire frío para fijar el peinado y mantener la forma. “Un truco de profesional es utilizar el aire frío al día siguiente del peinado para levantar tus raíces y evitar el apelmazamiento”, comparten en la publicación Vanitatis.
El calor puede estimular la producción de sebo. Considerá que el aire frío puede ayudar a que el pelo se vea más limpio y menos graso por más tiempo. También usa más agua fría en la ducha, al menos en el enjuague. Si tu objetivo es despedirte de las puntas abiertas, lo mejor es que emplees más la opción de aire frío de tu secadora. Las puntas abiertas suelen aparecer en el cabello fino y dañado.
No se trata de no usar nunca el aire caliente, sino de minimizar su uso porque, en exceso, daña el pelo (cuando lo elijas, usa protector térmico sí o sí).
*Por Penélope Silva