El Gobierno sufrió durante varias semanas las incertidumbres del mercado por la demorada espera del nuevo acuerdo con el FMI y por los propios errores autoinfligidos.
Pero que dicho frente se haya clarificado y formalizado recién este viernes, al menos le trajo consigo algunos beneficios impensados, aunque ciertamente menores en comparación con la magnitud del desafío que enfrenta.
El primero es que el peso de las novedades desplazó a un segundo plano informativo el fuerte respingo inflacionario (del 2,4% de febrero al 3,7 de marzo, con picos de 5,9% en alimentos y un impresionante 21,6% en educación) que pone un delicado interrogante sobre el principal caballito de batalla de esta gestión, con el que se hacía fuerte ante la opinión pública. El segundo es la oportunidad de poder hacer anuncios tan sensibles en el comienzo de un fin de semana, lo que brinda un colchón de 48 horas hasta la apertura de los mercados este lunes. Y el tercero es que las “fuerzas del cielo” aportarán lo suyo con los feriados inminentes de Semana Santa, con solo tres días hábiles y cuatro de mercados cerrados, tiempo para hacer un rebalanceo con mayor tranquilidad, si algunas variables claves llegaran a desbordarse.
Para ser un viernes, noche en que las audiencias televisivas decrecen porque mucha gente suele hacer programas fuera de sus casas, le fue bastante bien a la cadena nacional del presidente Javier Milei. Superó las pobres performances de las dos anteriores (en septiembre, la presentación del presupuesto 2025 y en diciembre, el balance de su primer año de gestión). Ahora, el rating acumulado entre la TV abierta y el cable fue casi el doble: arrancó con 28,7 puntos y tras los 22 minutos que le insumió la veloz lectura de su discurso, terminó en 26,3. Lo hizo escoltado por el gabinete nacional, todos petrificados en sus gestos, salvo leves y fugaces cabeceos de aprobación por parte de Martín Menem, Luis Caputo y Karina Milei. Obviamente no fue invitada a esa foto de familia la vicepresidenta Victoria Villarruel.
La efervescencia y ansiedad copaban a media mañana de ayer los trending topics de la red social X. Nueve de los diez temas más mencionados hacían referencia a las noticias económicas. Pero ya sobre el mediodía, el primer puesto se lo llevaba el hash #FueraMilei. #CheMilei y #CheCristina también volaban después de que la expresidenta saliera a comentar con el habitual modo chicanero con el que se dirige al líder libertario que da por consumada una devaluación del 30%. Eso implicaría que de la banda en que flotará a partir de ahora el dólar, entre 1000 y 1400 pesos, la cotización se ubicaría en el extremo superior, según su opinión.
En su columna, publicada en LA NACION el 7 de febrero último, el presidente Milei aseguró que “no hay atraso cambiario” y cerró su texto con una frase que a partir de mañana quedará confrontada con la realidad: “Todas las apuestas devaluatorias de los economistas que intentan redimirse de sus malos pronósticos de 2024 están flojas de papeles, mientras que el Gobierno no devaluará para salvarles la ropa a sus clientes a costa del dolor de los argentinos de bien”. En algunas de las entrevistas a sus periodistas amigos llegó a aventurar que la cotización del dólar podría llegar a desinflarse hasta $600. Ver para creer.
Los reacomodamientos lingüísticos frente a la nueva situación tuvieron en las presentaciones del ministro de Economía, Luis Caputo, y en el titular del Banco Central, Santiago Bausili, a sus principales exégetas. El primero dijo que no se trata de una devaluación, sino de una “flotación”; el segundo, al referirse a los cargos que persistirán sobre consumos de tarjetas en el exterior, apuntó que no corresponde hablar de impuestos sino de “percepción”.
Tal como sucede cuando se producen noticias políticas y económicas de alto impacto, las redes sociales volvieron a mostrar dos caras bien diferenciadas. Las huestes libertarias celebraban con euforia el anuncio del fin del cepo (“para siempre”, subrayó Milei en su alocución nocturna). “Llueve. Son lágrimas de kukas”, escribió Santiago Oria, el documentalista oficial que les pone épica a las imágenes presidenciales.
Del otro lado, reproducían el helicóptero de Fernando de la Rúa tras su renuncia, pedían un cacerolazo que no fue y unos cuantos reproducían la tapa de Clarín del 27 de septiembre de 2018, cuyo título principal decía: “El FMI adelanta US$18.800 millones a Macri y el dólar flotará entre bandas”, entonces entre 34 y 44 pesos. “Solo se podrá intervenir cuando se perforen esos valores”, advertía el texto. El loop constante de la Argentina.
Milei se retiró en la noche del viernes de la sede gubernamental junto a Yuyito González. Solo faltó que dijera que vamos ganando y que la casa está en orden.