Las protestas del miércoles 28 de mayo del 2025 en diferentes sectores de Bogotá tuvieron un capítulo especial en el barrio Verbenal, que antes de las movilizaciones convocadas por el presidente de la República, Gustavo Petro, y las centrales obreras, ya era epicentro de violentos enfrentamientos. Los mismos, protagonizados por grupos de encapuchados que quisieron combatir por mano propia el supuesto abuso policial y, justamente, los uniformados que resguardaban, entre otros, el Centro de Atención Inmediata (CAI) de la zona.
El caso de un presunto abuso sexual contra una niña de 10 años por parte de un sujeto que residía en el sector fue el que encendió la “mecha” el domingo 25 de mayo, cuando estuvo a punto de ser linchado por la comunidad en medio de las refriegas. De hecho, no era la primera vez que este populoso sector de la localidad de Usaquén, empotrado entre la calle 183 y la autopista Norte, albergaba la violencia en las calles; solo basta con rememorar la negra jornada del 9 de septiembre del 2020, cuando tres jóvenes fueron asesinados.
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Una fecha marcada por el dolor, y que es recordada mes a mes por la manera en que, en medio de las balas provenientes de armas oficiales, fueron asesinados Andrés Felipe Rodríguez, Cristian Hernández y Jaider Fonseca, cuando expresaban su rabia por el crimen del abogado Javier Ordóñez; en un caso que aquella vez desató una ola de protestas en la ciudad. Ese nefasto antecedente sin duda hace que cada vez que hay disturbios en este sector, se tema lo peor, como había ocurrido en jornadas anteriores.
Por ello, precedidos de dos días en las que sus cuadras se convirtieron en un verdadero campo de batalla, y los gases lacrimógenos sacaron a sus residentes de sus casas en búsqueda de auxilio, fue una mujer la heroína que evitó que por tercer día el Verbenal fuera blanco de los violentos. Los mismos que, al bloquear sus calles, ya habían impedido el normal tránsito de las rutas del sistema masivo que movilizan a sus habitantes hacia diferentes partes de la capital de la República, como el alimentador 2-10 y los Sitp 291 y 330.
Se trata de Yaneth Franco, una vendedora ambulante de comidas rápidas que durante dos décadas ha hecho suya una de las esquinas del parque del sector, y que es reconocida por los residentes de esta zona; pues no en vano su humilde puesto es uno de los más concurridos durante las noches para calmar los antojos de una empanada, una papa o un chorizo. Cansada de ver sus ventas perjudicadas por las protestas, y perder los ingresos con los que, incluso, le ha dado estudio a sus hijos, decidió enfrentar a los vándalos.
Mujer le hizo frente a los encapuchados en el Verbenal y recibió el reconocimiento del alcalde Galán
En videos que se hicieron virales en las redes sociales, se puede ver cómo la mujer se atravesó en plena calle y encaró a los manifestantes que pretendían impedir, una vez más, el tránsito de automotores. Y con ello forzar un escenario de confrontación que en la víspera había dejado destrozos, con escombros por doquier, ventanales afectados y, sobre todo, el fuerte impacto de los gases lanzados por los miembros de la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden (Undmo) que, en respuesta, intentaron resguardar el orden.
En las imágenes replicadas en las plataformas digitales se escucha a la mujer, en tono enérgico, reclamarle a los ‘capuchos’. “No vamos a permitir que el barrio nos lo conviertan en violencia. Eso se llama vandalismo”, expresó Franco con evidente molestia, mientras recibía las aparentes justificaciones de los protestantes, al parecer algunos menores de edad. “Vea noticias”, agregó la vendedora indignada, que se llevó el aplauso de los presentes por su determinación para frenar los sucesos que se pretendían cometer en el barrio.
“Son unos desadaptados, y les digo yo a ellos: ‘Quien de ustedes tiene esposa, hijos’. No podemos permitir que nos vandalicen el barrio, que nos sigan molestando. Yo siempre he sido entregada con todo el mundo en mi barrio. Ustedes tienen que proteger la vida de un ser humano, si no lo hacen los destituyen”, le comentó Franco a uno de los miembros de la Policía Metropolitana de Bogotá, que le agradeció su valentía al medirse con los que buscaban fomentar el desorden.
Según pudo conocer Infobae Colombia, Franco fue contactada por el alcalde mayor de Bogotá, Carlos Fernando Galán, que reconoció su valor y le agradeció, en nombre de los habitantes del sector, que le hiciera frente a los que querían, una noche más, generar el caos en el sector. Una llamada que la llenó de emoción, pues sin esperarlo fue elogiada por el mandatario distrital, en medio de una jornada que significó todo un reto no solo para los residentes de barrios como el Verbenal, sino para cientos de miles de bogotanos.