La presión policial sobre los puntos clave del tráfico de drogas en la frontera de Melilla ha dado nuevos resultados con la incautación de 34,5 kilogramos de hachís a lo largo de tres operaciones distintas por parte de la Guardia Civil. Dos de ellas tuvieron lugar junto a la doble valla fronteriza, donde volvió a utilizarse el método conocido como ‘volteo’ para introducir de manera ilegal la droga desde Marruecos. La tercera se localizó en la costa, gracias a la colaboración de un ciudadano.
Estos dispositivos de control han logrado no solo bloquear el acceso de las sustancias a la ciudad autónoma española, sino también desmantelar parte de la operatividad de los grupos criminales dedicados a este lucrativo negocio. Las intervenciones se han saldado con la detención de una persona por un delito de tráfico de drogas, según la información facilitada por portavoces oficiales de la Guardia Civil en Melilla.
El ‘volteo’ como método para burlar la frontera
La primera actuación tuvo lugar junto al perímetro fronterizo, caracterizado por sus dos vallas de diez metros de altura. En este entorno, los narcotraficantes recurrieron de nuevo al lanzamiento de paquetes de droga sobre la alambrada, intentando aprovechar la altura y la orografía para sortear el sistema de seguridad. Este procedimiento, ya conocido dentro del ámbito policial, continúa representando uno de los mayores desafíos para el control territorial en la ciudad, que, debido a su ubicación, resulta estratégica para las rutas del hachís hacia Europa.
En la segunda operación, la vigilancia en las inmediaciones del Centro Temporal de Inmigrantes permitió intervenir de manera eficaz ante un aviso ciudadano. Una patrulla de seguridad se dirigió a la zona tras ser alertada sobre el lanzamiento de un bulto desde el lado marroquí de la valla. Los agentes localizaron y aseguraron un paquete envuelto que contenía un total de 15 placas de hachís, con un peso de 1,5 kilogramos destinado al mercado ilícito, dato que pone de manifiesto la rapidez con la que los cuerpos de seguridad deben actuar ante este tipo de maniobras.
El papel de la colaboración ciudadana
El peso de la cooperación social se evidenció en la tercera de las intervenciones. Un vecino que transitaba por la playa de Horcas Coloradas alertó a la Guardia Civil de la presencia de un bulto de gran tamaño en la orilla. Tras comprobar el aviso, una patrulla de Vigilancia de Costas y Fronteras se desplazó al lugar y recuperó el paquete, que contenía en su interior 254 placas de hachís y arrojó un peso en báscula de 29 kilogramos. Esta sustancia fue llevada a dependencias oficiales con el objetivo de impedir su posterior distribución entre los consumidores.
La intervención evitó el reparto de más de 120.000 dosis de hachís, un dato que ilustra las dimensiones del tráfico en la zona litoral y el riesgo constante de que la droga alcance el mercado local y peninsular. La colaboración directa de los melillenses sigue siendo un factor clave en la lucha contra este fenómeno, según explican fuentes del Instituto Armado.
*Noticia elaborada con información de Europa Press