La cocina italiana se caracteriza por su capacidad para combinar tradición y sencillez en platos que han trascendido sus fronteras y se han integrado en la gastronomía global. La pasta con calabacín es un ejemplo de esta filosofía culinaria, que prioriza preparaciones rápidas y accesibles sin sacrificar el sabor ni la calidad. Este plato refleja además la importancia que tiene la temporada en la elección de ingredientes, pues el calabacín es una verdura propia del verano que aporta frescura y ligereza a las recetas.
Asimismo, la receta destaca por la facilidad de sus pasos. Eso, sumado a su textura suave y sabor equilibrado, hace que sea una opción casero apto para distintos públicos y situaciones, desde una comida informal hasta una cena ligera. En cuanto a la pasta, aunque se sugiere la de sémola corta, la elección puede adaptarse a preferencias personales, lo que ofrece aún más flexibilidad sin perder la esencia del plato.
Ingredientes
- 400 g de pasta de sémola
- 500 g de calabacines
- 1 cebolla dorada pequeña
- 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 70 g de Parmigiano Reggiano DOP
- sal al gusto
- pimienta al gusto
La mejor forma de elaborar una pasta con calabacín
La pasta con calabacín aprovecha la versatilidad de la verdura, que se puede combinar con carnes, pescados, embutidos, quesos y hierbas como albahaca, orégano o perejil. Esto hace que se pueda cocinar de distintas formas: salteado con cebolla o licuado para obtener una crema. Para intensificar su sabor, el blog de Giallo Zafferano indica que se pueden añadir especias como azafrán, jengibre o curry, así como ingredientes como tocino o speck.
Del mismo modo, el uso del Parmigiano Reggiano, un queso protegido por denominación de origen, añade un toque distintivo que vincula el plato a la identidad culinaria italiana. Mientras, el empleo del aceite de oliva virgen extra realza el perfil saludable y genuino de esta receta.
De esta manera, su sencillez y saludabilidad reflejan la esencia de la cocina italiana, que privilegia ingredientes de calidad y sabores equilibrados. Para ponerse manos a la obra, los cocinillas deberán tener a mano algunos utensilios básicos como una olla, sartén, tabla de cortar y colador. Además, se aconseja seguir los siguientes pasos para obtener un resultado de calidad y exquisito.
- Lavar los calabacines, quitar los extremos y cortarlos en dados pequeños.
- Picar finamente la cebolla.
- Calentar el aceite de oliva virgen extra en una sartén y sofreír la cebolla hasta que esté dorada.
- Añadir los calabacines a la sartén y cocinarlos durante 6 o 7 minutos a fuego medio, removiendo con frecuencia. Se pueden dejar ligeramente crujientes o más tiernos, según preferencia.
- Condimentar con sal y pimienta al gusto.
- Cocer la pasta en abundante agua con sal hasta que esté al dente.
- Escurrir la pasta y verterla en la sartén con la salsa de calabacín, añadiendo un cucharón del agua de cocción para facilitar la mezcla.
- Remover y dejar aromatizar durante unos segundos. Apagar el fuego.
- Añadir el Parmigiano Reggiano rallado y mezclar hasta obtener una salsa cremosa que envuelva la pasta.
- Emplatar y servir caliente.