“¿Vos qué me compraste de regalo del día de la madre? Quiero un pedacito de luna”, le dijo ayer una señora a su hijo, de poco más de veinte años. Sin dudar, él se lo trajo. Bastó pagar los 50.000 pesos que pide la galería Crudo por un trozo de la gran panóramica realizada con fotocopias A4 por Marcos Calvari, que exhibe en su stand de Pinta BAphoto. Tras haber destinado un día a invitados especiales, la feria de fotografía más importante de América Latina abrió al público hoy en La Rural, donde continuará hasta el domingo.
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“Ya vendimos diez pedacitos. Otro de ellos los compró un hombre para regalarle a su pareja por su 19° aniversario”, dijo hoy a primera hora a LA NACION “Yuyo” Gardiol, artista y directora del espacio, mientras señalaba unos stickers pegados sobre la misma imagen en menor dimensión: indican qué parte del satélite se llevó cada uno. “Les entregamos también un certificado y un archivo digital con la imagen –agregó-, para que puedan imprimirla todas las veces que quieran”. “Yo le compré una a mi sobrino de doce años, Salvador –dijo la coleccionista Sofia Weil de Speroni-. Te guste o no el arte, la luna es algo que nos interesa a todos”.
Junto con “pinturas realizadas con luz” por Juan Ignacio Cabruja, la propuesta de Crudo forma parte de una decena con obras de quince artistas, convocada por Carlos Gutiérrez y Joaquín Rodríguez para la sección Next. “Busca expandir lo que se entiende por fotografía o proceso fotográfico -explicó este último-. Trabajamos con la idea de campo expandido, interpretado como de varias maneras: por un lado, como el campo territorial, salir de Buenos Aires e incorporar producciones de otras partes del país. Y también dentro de la fotografía, producciones que toman a la fotografía como herramienta, pero no necesariamente como fin”.
Un gran ejemplo es el de Agustina Puricelli, fotógrafa originaria de O’Higgins que apeló a su propia sangre y a un sistema especial de bombeo sobre la lente para crear las imágenes reproducidas en los elementos quirúrgicos que presenta Cecilia Caballero. El primer día ya había vendido un bisturí y cinco espejitos de cirugías. Muchos se acercaron también a ver a través de una lupa su autorretrato mutante, en un negativo fotográfico oxidado con su propio sudor.
La suya fue una de las dos propuestas reconocidas con el premio In Situ, de quinientos dólares no adquisición, otorgado por el propio Rodríguez y Abel Guaglianone. La pareja de coleccionistas, que en 2019 decidió subastar muchas de sus obras para fomentar la escena federal, ya entregó medio centenar de estos incentivos a proyectos artísticos y galerías de todo el país. “Buscamos apoyar a quienes impulsan formas de gestionar distintas -explicó Rodríguez-, vinculadas con sus territorios y con las herramientas que tienen a su disposición”.
Como mejor galería fue elegida Almacén de arte, de San Nicolás de los Arroyos, que también tiene sede en Affair. Participa con fotografías de Santiago Estellano y María Paz Secundini, que abordan el paisaje con técnicas muy distintas: mientras él interviene con calados sus imágenes digitales, ella apela al revelado orgánico. En este caso, con menta.
Los curadores idearon duplas de proyectos vinculados por temas: diferentes miradas sobre el cuerpo masculino (Rusia, de Tucumán -becada por Pinta- y Estudio G, de Rosario); la pantalla y las imágenes digitales (Crudo, de Rosario, y Departamento 112, de Martínez); el paisaje y el territorio (Almacén de arte, y Yu&Va, de Santiago del Estero); herramientas no convencionales (Cecilia Caballero, y Aura, ambas de CABA), y trabajos con procesos y archivos (Gabelich Contemporáneo y Espacio Barraco, ambas de Rosario). Gracias al apoyo del Banco Hipotecario, tienen acceso a stands más accesibles y ocho de ellas ofrecen obras en 15 cuotas. Feliz día, mamá.