MADRID.– Hace un año que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sorprendió a los ciudadanos con su Carta a la Ciudadanía. La publicó en las redes sembrada de ampulosas fórmulas y una emocionalidad impostada que revelaba la personalidad histriónica de un mandatario fuera de control. El paso del tiempo ha confirmado algunas perspectivas judiciales y políticas sobre el asombroso suceso que no podemos más que lamentar.
Atendiendo al principal objeto de la carta, el tiempo ha tratado muy mal las quejas de Sánchez sobre las primeras investigaciones de las actividades privadas de Begoña Gómez. Lo que el presidente denunciaba como bulos inventados por medios de comunicación que habrían llevado a una excéntrica investigación judicial se han confirmado y se han ampliado a su entorno familiar, laboral y presidencial. Las investigaciones tienen cada vez más frentes abiertos. El cerco que entonces apuntaba a la mujer del presidente ahora compromete también a su hermano y sus cargos de confianza, además del propio fiscal general del Estado. De aquellas informaciones, que merecieron una campaña de descrédito contra los medios, nada se desmintió. Al contrario, se crearon nuevas dudas que están lejos de resolverse.
Fuente: ABC, de España