El presidente de Colombia, Gustavo Petro, volvió a lanzar fuertes declaraciones contra el excanciller Álvaro Leyva durante su intervención en la jornada “Juntos por la transformación del Catatumbo, para la vida, la productividad y las economías lícitas”, realizada el viernes 9 de mayo en Tibú, Norte de Santander.
Petro no dudó en arremeter contra Leyva, al que acusó de conspirar en su contra y de trabajar con grupos ilegales. En su discurso, el mandatario afirmó que Leyva habló con el ELN, pero no precisamente para hacer la paz.
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El mandatario aprovechó para destacar que, a pesar de los intentos del excanciller por socavar su Gobierno, seguiría firme en su mandato. “Lo hicimos y pase lo que pase, así me lleven a la cárcel o como quiere Leyva, tumben con los narcos, Leyva también habló con el ELN y habló en Caracas con otros, no para ver cómo hacemos la paz, sino para ver cómo tumba el presidente, lo que tiene rabia de oligarca”, expresó Petro en un claro ataque a la figura de Leyva.
El nuevo round de acusaciones entre el presidente y el excanciller hace referencia al viaje de Leyva a Caracas, en agosto de 2024, para reunirse con Nicolás Maduro y el canciller venezolano Yvan Gil. En ese entonces, comenzaron a circular especulaciones sobre la naturaleza de sus encuentros, particularmente con relación a la posible reactivación de los diálogos de paz con el Ejército de Liberación Nacional.
A pesar de la falta de confirmaciones oficiales sobre los detalles de esa reunión, la sombra de la desconfianza ya se había instalado entre Petro y Leyva. La situación empeoró cuando Leyva hizo públicas dos cartas dirigidas al presidente Petro en las que denunció episodios hasta ahora desconocidos como ausencias, relaciones cuestionables y problemas de adicción del mandatario a sustancias psicoactivas.
En un encuentro con estudiantes en la Plaza de Armas de la Casa de Nariño el 6 de mayo, Petro rechazó de manera vehemente las acusaciones del exfuncionario, calificando las revelaciones como parte de un “complot” en su contra.
“Lo que ha salido el día de hoy no es un chisme, es un complot, es peligroso porque es un atentado a la democracia colombiana”, subrayó el presidente, aludiendo a las cartas y denuncias presentadas por Leyva.
Petro, visiblemente molesto, explicó que las acusaciones no solo carecían de fundamento, sino que estaban orientadas a responsabilizarlo por su salida del Gobierno, un hecho que, según el presidente, fue consecuencia de una decisión tomada por la Procuraduría General de la Nación.
“Dice que quería hablar conmigo y yo nunca supe. Lo echó la Procuraduría, yo qué culpa tengo. Me la está cobrando a mí”, agregó el mandatario.
Más allá de estas desmentidas personales, Petro centró su crítica en lo que consideró una estrategia orquestada por Leyva, que, según el jefe de Estado, buscó la ayuda de miembros de la Comisión de Acusaciones de la Cámara para promover su salida del cargo.
Además, Petro denunció que Leyva estaba articulando esfuerzos con sectores internacionales para presionar su Gobierno. “Está coordinando el plan. (…) Y saben quién dirige la reunión y no es un colombiano. Es el senador de los Estados Unidos, Díaz-Balart, de extrema derecha”, acusó, sugiriendo que la conspiración tenía respaldo político del país norteamericano.
El presidente recibió apoyo por parte de varios miembros de su coalición, el Pacto Histórico. Roy Barreras, exembajador en el Reino Unido, se solidarizó con el mandatario y rechazó el contenido de las cartas de Leyva; mientras tanto, el representante a la Cámara Alejandro Ocampo envió una misiva en la que calificó a Leyva como una figura “fantasmal” y acusó al hijo del excanciller de haber tenido un control excesivo sobre la Cancillería durante su tiempo en el Gobierno.
“Usted esperaba que el presidente nombrara a su hijo como sucesor. Lo esperaba como quien reclama una herencia. Pero Colombia ya no es el feudo de las familias políticas. El presidente no le debía nada: ni a usted, ni a su apellido, ni a sus nostalgias”, expresó el congresista.