Las recientes declaraciones del presidente Gustavo Petro en la Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) generaron un intenso debate internacional tras comparar el impacto de la gasolina con el del fentanilo, calificando ambos como “venenos totales de la vida en el mundo” y afirmando que es “peor la gasolina que el fentanilo”.
Estas palabras, pronunciadas el 23 de septiembre de 2025 en Nueva York, Estados Unidos, durante su intervención en la ONU, marcaron un punto álgido en su discurso sobre los desafíos globales relacionados con el consumo de combustibles fósiles y drogas sintéticas.
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En su intervención, Petro no solo abordó la problemática de las adicciones, sino que también criticó abiertamente la estrategia antidrogas de Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump.
Minutos antes de su participación en la 80°. Asamblea General de las Naciones Unidas, el mandatario colombiano declaró a los medios de comunicación que el presidente estadounidense “está cometiendo errores” en la lucha contra las drogas y que, lejos de erradicar el narcotráfico, “lo está impulsando”.
A propósito, profundizó en su análisis sobre el tráfico de drogas, cuestionando la eficacia de los bombardeos en altamar dirigidos a lanchas sospechosas de transportar estupefacientes. Según Petro, “la droga va en contenedores y en flota mercante, y el crucero y los aviones no sirven para detectar la cocaína en esos contenedores. La droga sale de los puertos y llega a los puertos de Europa y de Estados Unidos”. De este modo, el presidente colombiano subrayó que los métodos actuales no logran interceptar los cargamentos más significativos de cocaína.
En la misma línea, sostuvo que tanto la cocaína como el fentanilo “no va en realidad en lancha rápida, ahí van migrantes y narcotraficantes pequeños, pero no va en las lanchas. Los narcotraficantes viven en Miami, Nueva York, París, Madrid, Dubái”. Con esta afirmación, el presidente Petro puso en evidencia que los grandes capos del narcotráfico residen en ciudades cosmopolitas y no en las embarcaciones atacadas por las fuerzas de seguridad.
El mandatario fue más allá al señalar que “muchos (narcotraficantes) tienen ojos azules y pelo rubio, y no viven en las lanchas donde caen los misiles, no viven en los sitios donde campesinos muy pobres y alejados cultivan la hoja de coca, y es allí donde quieren llevar los misiles, y solo matan pobres, y solo matan migrantes latinoamericanos. Los narcotraficantes viven al lado de la casa de Trump en Miami”. Esta declaración, resaltada por su tono crítico, pone el foco en la desigualdad y en las consecuencias letales de las políticas antidrogas en las poblaciones más vulnerables.
Sumado a sus críticas a la política antidrogas, el presidente colombiano lanzó una advertencia sobre el agravamiento de la crisis climática y el aumento de los conflictos derivados de la inmigración. En ese sentido, afirmó que la postura de Trump “la va a agudizar”, y que, frente a la inmigración, “va a crear más guerras y, en el fondo, frente a una enorme crisis que ya la humanidad vive y que tiene que frenar de inmediato, si queremos que los hijos de todas y de todos, en todos los puntos del planeta, vivan, por lo menos vivan y ojalá vivan mejor que nosotros”.
En su discurso, Petro insistió en la necesidad de enfrentar las fuerzas que considera contrarias al progreso y la vida. “Hoy se ha mostrado en Naciones Unidas esa fuerza negativa, que es una fuerza contraria a la vida, una fuerza profundamente ignorante, oscurantista, que nos trata de volver a los tiempos de Hitler y, siguiendo el ejemplo de la humanidad en esos tiempos de Hitler, pues hay que derrotar a Hitler”, manifestó el jefe de Estado colombiano.