El 23 de septiembre de 2025, la intervención del presidente dela República, Gustavo Petro, en Nueva York, Estados Unidos, durante un evento centrado en la defensa de la democracia y la lucha contra el extremismo, giró en torno a una reflexión sobre los temores que atraviesa la humanidad frente a la crisis climática y sus implicaciones sociales.
El mandatario colombiano abordó en la Asamblea General de las Naciones Unidas la relación entre el confort moderno y la necesidad de transformar los modelos de bienestar para enfrentar el cambio climático.
Durante su exposición, el jefe de Estado identificó tres grandes miedos que, a su juicio, marcan el debate contemporáneo. El primero de ellos, según sus palabras, es el temor a la crisis climática, un fenómeno que, en su opinión, resulta innegable y cada vez más evidente.
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“Los miedos, yo los resumo en tres grandes miedos. Miedo a la crisis climática. Es evidente, se ve todos los días. Así se niegue, aparece. No hay necesidad de explicarlo mucho y cada vez será peor, por lo que sabemos de la ciencia. Nos acercamos al colapso, eso da miedo”, expresó el mandatario colombiano.
El segundo miedo que señaló Petro se relaciona con la supervivencia y la protección de los seres queridos. En su análisis, el presidente planteó que el miedo a la muerte y a la pérdida de los hijos es una preocupación universal, presente en cualquier madre de Nueva York o de cualquier parte del mundo. “El miedo a morir, miedo a que los hijos mueran, cualquier señora de Nueva York con hijos tendrá miedo, pero como la superación de la crisis permite no generar miedo, entonces tendríamos una alianza en la humanidad”, afirmó.
En su intervención, Petro propuso una revisión profunda del concepto de confort asociado con el bienestar moderno. Sostuvo que la lucha contra la crisis climática implica renunciar a ciertos elementos que definen el estilo de vida actual, como el uso del automóvil, la vivienda y el transporte impulsado por combustibles fósiles. “Proponemos, en cierta forma, acabar con el confort. Vamos a quitar el carro, vamos a quitar la casa, vamos a quitar el transporte movido por gasolina, etc.”, manifestó el presidente.
El mandatario colombiano profundizó en la idea de que la mayoría de los objetos y servicios que componen el bienestar contemporáneo están vinculados con el petróleo, lo que, en su opinión, convierte el mundo del bienestar en un entorno “carbonizado”. Al abordar la necesidad de descarbonizar la economía, Petro advirtió sobre la percepción de que este proceso podría equivaler a eliminar el bienestar, aunque planteó la posibilidad de crear nuevas formas de confort a partir de la descarbonización.
“Vamos a quitar todo lo que se haga con petróleo y todo está casi hecho con petróleo. Entonces el mundo del bienestar está carbonizado. Cuando hablamos de descarbonizar entonces se iguala quitar el mundo del bienestar y obviamente esto implica un discurso diferente, porque como se puede crear confort con la descarbonización…”, señaló el presidente colombiano.
En otro tramo de su discurso, Petro reflexionó sobre el papel de la belleza y la inteligencia en la transformación social, y cómo estos conceptos pueden desafiar estructuras de poder históricas. “Pero cuando se junta la belleza, y no me refiero a la belleza que nos imponen, sino a la belleza que cada ser humano tiene en su propio espacio cuando lo expresa a la inteligencia, entonces asusta al hombre la P del poder que lo ha tenido por milenios y esa P del poder lleva al hombre a otro de los miedos que hay en la humanidad”, indicó el mandatario.
El tercer miedo identificado por Petro está vinculado a la figura del migrante. Según su análisis, la discusión sobre la migración ha servido para desplazar el debate sobre la crisis climática, ya que el tema migratorio genera réditos políticos en sociedades con tendencias racistas. El presidente sostuvo que, en estos contextos, se distorsionan los principios de igualdad, libertad y solidaridad. “Entonces, un discurso en Europa, sobre todo, progresista para el enfrentar el racismo, es no convivir con una política anti igual en Estados Unidos e igual en Colombia”, concluyó el jefe de Estado colombiano.