El 15 de agosto de 2025, el presidente de la pública, Gustavo Petro, se refirió a las honras fúnebres de Miguel Uribe Turbay, cuestionando el sentido de los actos conmemorativos. Según sus consideraciones, se revictimizó a miles de personas que han perdido a un familiar o ser querido por causa de la criminalidad.
“Usaron un entierro para agredir a decenas de miles de víctimas que vieron sus seres queridos caer bajo las balas”. Esta declaración, recogida por las redes oficiales de la Presidencia, evidenció la incomodidad del jefe de Estado por la narrativa dominante en los homenajes al político opositor.
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Durante su intervención, el primer mandatario hizo referencia a Mariela Barragán, directora de la Función Pública, que fue esposa del senador y precandidato presidencial Bernardo Jaramillo Ossa, asesinado en 1990. Aludiendo a la experiencia de Barragán y de otros familiares de víctimas, Petro subrayó la persistencia del dolor: “Ustedes sufrieron eso, y volvieron a ser agredidos. Es un tema a analizar, no quisiera usar este consejo para eso, pero indudablemente tiene que tener una respuesta, y es que la Cidh nos ordenó pedir perdón como Estado”.
Cabe recordar que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh), que recientemente condenó el magnicidio de Miguel Uribe Turbay y exigió garantías de seguridad para los líderes políticos, solicitó al Gobierno colombiano un acto de perdón institucional hacia los militantes de la Unión Patriótica (UP).
Por ello, Petro abordó esta exigencia con una reflexión sobre el alcance real de los gestos oficiales: “A mí me ha tocado pedir perdón a nombre del Estado en las masacres que son de otros gobiernos, y con la complicidad de otros gobiernos. Mal para la hoja. Ahora yo no sé qué tanto ese perdón del Estado en mi boca sea de verdad, porque yo lo siento en el corazón, pero el Estado no, no llegan los congresistas, no llegan las cortes, no llega el Estado”.
El gobernante de los colombianos aprovechó el espacio para responder a las declaraciones del expresidente Álvaro Uribe Vélez durante el sepelio de Miguel Uribe Turbay. Petro interpretó las palabras del exmandatario como una muestra de la continuidad de la estigmatización y la amenaza de venganza política contra la Unión Patriótica, advirtiendo sobre el riesgo de que el Estado repita patrones de persecución si no se logra una transformación política a través de las urnas.
“Le dejan a Petro es que pida perdón, pero pareciera que para el Estado es más bien hipócrita, y se demuestra a través del expresidente Álvaro Uribe Vélez, volviendo a hablar de venganza y de criminalizar la Unión Patriótica. Eso es lo que nos están avisando, si no somos capaces de ganar las elecciones; es una venganza”, advirtió.
Petro y su relación con Carlos Ramón González
El presidente Petro negó que su administración hubiera protegido a Carlos Ramón González, exdirector del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), para ayudarlo a salir del país mientras avanzaba su proceso por presuntamente haber participado en el escándalo de corrupción de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd).
“La prensa quiere hacernos ver, es como si estuviéramos protegiendo a un amigote que se robó una plata. Yo no protejo amigotes que se roban la plata, siempre he pedido que vayan a la cárcel. Y le pido a mis amigos que ni se les ocurra, porque no van a tener amigo para defenderse”, afirmó.
El gobernante de los colombianos también se refirió al papel del exembajador en Managua, León Fredy Muñoz, aclarando que “trabajó hasta una fecha en donde Carlos Ramón no era llamado por la justicia. Hasta el 21 de enero tuvimos embajador en Nicaragua”. Con esto, intentó desmontar versiones que apuntaban a la supuesta complicidad de funcionarios del servicio exterior colombiano en el caso.