Antes de emprender un viaje por rutas o autopistas, es fundamental realizar una revisión completa del vehículo. Esta preparación no solo previene posibles inconvenientes mecánicos, sino que también contribuye directamente a la seguridad de quienes viajan. Entre los distintos puntos que se deben verificar —como frenos, niveles de aceite y líquido refrigerante—, uno de los más importantes y muchas veces subestimado es el estado de los neumáticos, en particular su presión.
Contar con la presión adecuada no es solo una cuestión de eficiencia que permite un menor gasto de combustible, sino también un factor clave en la prevención de accidentes. Una rueda correctamente inflada garantiza un desgaste parejo de la banda de rodamiento, mejora el consumo de nafta y, sobre todo, asegura un mejor comportamiento del vehículo en ruta.
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Sin embargo, no existe una medida universal. La presión recomendada varía según el tipo de vehículo, el tamaño del neumático y las especificaciones técnicas del fabricante. En líneas generales, para un auto de tamaño mediano, la presión ideal ronda entre las 32 y 33 libras por pulgada cuadrada (PSI). En el caso de los SUV, el valor promedio suele ubicarse en torno a las 34 PSI.
Para conocer el número exacto correspondiente a cada modelo, se recomienda consultar el manual del vehículo o verificar las indicaciones que, en muchos casos, se encuentran en el marco de la puerta del conductor o en el reverso de la tapa del tanque de combustible.
Más allá de la presión, hay otros aspectos fundamentales que deben ser revisados antes de salir a la ruta. Uno de ellos es la profundidad del dibujo de la banda de rodamiento, que nunca debe ser inferior a 1,6 milímetros, tal como lo indica el Automóvil Club Argentino (ACA). Este relieve permite un mejor agarre, especialmente en superficies mojadas.
También es importante inspeccionar que los flancos del neumático no presenten grietas ni deformaciones. En cuanto a la rueda de auxilio, debe estar en óptimas condiciones y con la presión correspondiente, ya que podría ser determinante en caso de una emergencia.
Desde Neumen Performance Center, por su lado, hacen hincapié en que todas las ruedas deben estar en excelente estado antes de encarar un viaje. Asimismo, recuerdan que la alineación y el balanceo deben realizarse cada 10.000 kilómetros para garantizar una correcta estabilidad del vehículo.
Por último, si se produce una pinchadura en plena marcha, lo recomendable es evitar maniobras bruscas: hay que reducir la velocidad de forma paulatina, encender las balizas y buscar detenerse en una zona segura, como una banquina amplia. Solo entonces se debe proceder al reemplazo de la rueda.