La comisión de Industria, Energía y Minas del Parlamento andaluz ha abordado este lunes, una vez más, la reactivación de la mina de Analcóllar (Sevilla) a manos de la alianza empresarial entre la multinacional Grupo México y la andaluza Minorbis, filial de Magtel; avisando la coalición de izquierdas de Por Andalucía de las voces del mundo científico que alertan de la «contaminación» del río Guadalquivir por el nuevo vertido al mismo con motivo de este proyecto; mientras el consejero del ramo, Jorge Paradela, ha asegurado que habrá «miles» y miles de pruebas analíticas para vigilar la evolución de la calidad del agua y suspender el vertido en caso necesario.
En concreto, durante la sesión, la diputada autonómica de Por Andalucía Esperanza Gómez ha señalado la creciente «preocupación» por el vertido implícito en la reactivación de este recinto minero marcado por el desastre natural de 1998 por la fractura de su balsa de metales pesados, cuando estaba gestionada por la multinacional sueca Boliden, a través de la sociedad Andaluza de Piritas SA (Apirsa).
Mientras la Junta de Andalucía ha concedido ya la autorización del nuevo proyecto de explotación de la corta minera a manos de la alianza conformada entre la multinacional Grupo México y la sociedad Minorbis, perteneciente a la andaluza Magtel; Esperanza Gómez ha rememorado las voces críticas de representantes de varios ayuntamientos de la ribera del Guadalquivir, de asociaciones de agricultores, pescadores, mariscadores y acuicultores; que el pasado mes de abril celebraban un acto ante el Palacio de San Telmo, sede de la Presidencia del Gobierno andaluz, avisando de que los vertidos al río implícitos en los nuevos proyectos mineros en la provincia de Sevilla suponen un «peligro» para la salud humana y las actividades económicas del estuario.
LA DIMENSIÓN DEL «PROBLEMA»
«No es un problema de cuatro ecologistas, sino de alcaldes, mariscadores o agricultores», ha dicho Esperanza Gómez avisando de que los mismos ven amenazado sus «métodos tradicionales de vida en los márgenes del río» Guadalquivir.
También ha esgrimido el estudio de la Universidad de Sevilla que recomienda no pescar albures por una posible contaminación por metales pesados procedente de la otra mina ubicada en suelos de Gerena, Salteras y Guillena, donde pesa el nuevo proyecto de mina subterránea con una planta polimetalúrgica que promueve la empresa Cobre las Cruces, participada por la multinacional Fisrt Quantum y responsable del anterior proyecto de mina de cobre a cielo abierto en este mismo enclave.
Ante ello, el consejero Jorge Paradela ha defendido el «proceso enormemente riguroso y exigente» seguido para conceder la autorización de nueva explotación del yacimiento aznalcollero de Los Frailes, detallando que lo autorización ambiental unificada contó con una tramitación y gestión de «más de seis años y cuatro meses», mientras el permiso de aguas tuvo una tramitación de «dos años y medio».
Así, Paradela ha defendido, una vez más, que la reactivación de la mina de Aznalcóllar, autorizada «27 años después del terrible accidente» derivado de la fractura de su balsa de metales pesados; cuenta con «la mejor tecnología disponible y los parámetros técnicos más exigentes de la legislación aplicable», destacando según ha dicho una nueva depuradora.
NUEVO PROYECTO
Además, ha reiterado que se trata de un proyecto totalmente nuevo que contempla una mina subterránea y no a cielo abierto y que no dispondrá de balsas de residuos, sino que una parte de los residuos procedentes del tratamiento del mineral se aprovecharán como relleno en el interior de la mina y otra se depositará en una de las antiguas cortas mineras a efectos de restauración.
Y especialmente, el consejero ha destacado que sólo en la fase previa a la nueva explotación del recinto, serán realizadas «4.465 analíticas» de agua en el mismo, con «más de 1.000 al año» en la etapa de operación como tal; sumadas a «miles» de pruebas también en el «medio receptor», o sea en el río, al objeto de controlar la calidad del agua e «interrumpir» el vertido en el caso de ser necesario.