
La Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) anunció la protección del carriel antioqueño como Denominación de Origen (DO), una decisión que marca un hito para la identidad cultural de Colombia y respalda el oficio artesanal de la región andina.
La declaratoria, oficializada mediante la Resolución 72998 de septiembre de 2025, reconoce a este accesorio tradicional como símbolo de la cultura paisa, lo que condiciona que solo los carrieles elaborados en zonas específicas de Antioquia, siguiendo procesos y técnicas tradicionales, puedan ostentar este nombre.
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Para tomar la decisión, la SIC verificó que el carriel cumpliera con los requisitos de calidad, reputación y vínculo geográfico exigidos por la normativa nacional de propiedad industrial y la Decisión 486 de la Comunidad Andina.
El organismo delegó a la Asociación de Fabricantes del Tradicional Carriel Antioqueño la facultad de autorizar el uso de la denominación, reforzando así la protección frente a imitaciones o versiones fabricadas fuera del territorio original o sin los estándares reconocidos.

Esta medida salvaguarda la autenticidad del producto y contribuye a evitar la competencia desleal, según explicó la superintendente Cielo Rusinque Urrego durante el evento oficial en Jericó, Antioquia.
La ceremonia de socialización de la resolución se llevó a cabo en Jericó, cuna del carriel, con la participación de autoridades, representantes de Artesanías de Colombia y artesanos reconocidos.
Durante el acto, Rusinque subrayó que la protección responde a la importancia histórica y cultural del carriel: “Con orgullo, anunciamos la declaración de denominación de origen del carriel de Jericó.
Esta pieza excepcional de la cultura artesanal colombiana sintetiza la historia y los valores del pueblo antioqueño y recibe así una protección que le permite conservar su singularidad y garantizar ingresos dignos para las familias que transmiten esta tradición”.
Adriana Mejía, gerente de Artesanías de Colombia, celebró que la decisión impulsa la preservación de los oficios tradicionales y fortalece la identidad nacional.
Resaltó durante la ceremonia que el carriel es resultado del esfuerzo colectivo de generaciones de artesanos y constituye un homenaje a “quienes, con paciencia y amor, han mantenido viva una tradición que nos une como país”.
La designación de Denominación de Origen implica para los artesanos múltiples beneficios.
Por un lado, otorga prestigio y diferenciación al producto, sumando al carriel a una lista de bienes protegidos en Colombia, como el bocadillo veleño, la cerámica negra de La Chamba o el bizcocho de achiras del Huila.
Actualmente, el país suma 13 DO artesanales y 17 agroalimentarias. Además, la protección refuerza el turismo cultural, la economía popular y el relevo generacional, al incentivar a nuevas generaciones de artesanos a preservar la tradición marroquinera.
Santiago Agudelo Cardona, representante de la tercera generación de una familia dedicada a la elaboración del carriel en Jericó, explicó que la fabricación local cuenta con una tradición continua de 140 años.
Agudelo afirmó que la denominación permitirá combatir la competencia desleal y las imitaciones, a la vez que abre oportunidades en nuevos mercados, tanto nacionales como internacionales.
La historia del carriel antioqueño se remonta a los arrieros que recorrían las trochas andinas y necesitaban un accesorio resistente para portar herramientas, alimentos y objetos personales.
Su diseño funcional, por lo general con doce bolsillos (cinco de ellos secretos), fue evolucionando con el tiempo: aunque se fabricaba originalmente con madera y cuero, incorporó posteriormente otros materiales como la fibra de fique y la lona, adaptando influencias europeas a la geografía y necesidades locales.
Estos elementos, sumados a los saberes transmitidos de generación en generación en municipios como Jericó, Envigado, El Retiro, Támesis y Fredonia, consolidaron su reputación y vínculo con el territorio.
Para la superintendente Rusinque, la decisión de la SIC muestra la madurez institucional del Estado colombiano para comprender la cultura como un derecho legítimo.
A través de la articulación con Artesanías de Colombia y la Asociación de Fabricantes, se desarrolló un proceso técnico y humano que honra la historia de los arrieros y refuerza la ética del trabajo honesto que caracteriza al pueblo antioqueño.
Durante el evento, los asistentes realizaron homenajes a artesanos ya fallecidos y visitaron a los más experimentados fabricantes en Jericó, reiterando el valor de la memoria colectiva en la preservación de la tradición.
Desde la SIC recalcaron que el carriel antioqueño reúne condiciones singulares gracias a sus materiales, técnicas y reputación, requisitos indispensables para la obtención de la Denominación de Origen y el acceso a nuevos mercados.

La obtención de este reconocimiento convierte al carriel en un emblema protegido de Colombia y refuerza su lugar en la economía local, el turismo cultural y la proyección internacional del país. De acuerdo con la SIC, la nueva denominación promueve la justicia económica y la dignidad laboral para cientos de familias que continúan fabricando este símbolo del espíritu paisa.
