Cuando se habla de los glúteos, la mayoría piensa en su efecto visual y en el boom que han tenido en las redes sociales y el fitness contemporáneo. Sin embargo, detrás de esa imagen inflada por las modas, se oculta un componente esencial para el bienestar y el rendimiento global del cuerpo.
Médicos, entrenadores y referentes científicos coinciden: unos glúteos fuertes pueden marcar la diferencia entre movilidad plena y lesiones crónicas, entre una postura erguida y dolores persistentes, entre un cuerpo funcional y uno vulnerable.
Publicaciones de referencia como GQ y especialistas de la Universidad de Harvard insisten en que los glúteos ejercen un papel mucho más relevante del que popularmente se les atribuye.
Son el motor oculto del movimiento diario, la base silenciosa de la prevención de molestias y el eje de una correcta biomecánica corporal. Descubrir su verdadero valor puede transformar para siempre la manera en que entrenamos y cuidamos el cuerpo.
Glúteos y postura corporal
Lejos de limitarse a lo estético, los glúteos sostienen la región lumbar y la pelvis. Como parte del core, que incluye el abdomen, la zona lumbar y la musculatura profunda de la columna, son clave para la estabilidad del tronco, el mantenimiento de la postura erguida y la ejecución de giros y flexiones.
Un déficit de fuerza en esta zona repercute en el alineamiento corporal, generando compensaciones que pueden conducir a molestias crónicas. Según Harvard Health Publishing, una debilidad glútea favorece lesiones por sobrecarga en la espalda baja y justifica la inclusión de ejercicios enfocados en piernas y glúteos en cualquier programa regular de entrenamiento.
Protección de la espalda baja
Uno de los aportes más relevantes, resaltado tanto por GQ como por expertos de Harvard, es la contribución de los glúteos fuertes a la prevención y reducción de los dolores lumbares.
Esta musculatura permite redistribuir las cargas entre la espalda baja y las piernas, facilitando la extensión adecuada de cadera y los movimientos coordinados del tronco y la pelvis. Este efecto protector puede derivar en la desaparición de ciertos dolores crónicos y mejorar la calidad de vida cotidiana.
Desde la Harvard Medical School enfatizan la importancia de fortalecer la cadena posterior —con especial enfoque en glúteos y piernas— para evitar molestias y proteger la columna durante la actividad física y las tareas diarias.
La fuerza de los glúteos resulta determinante en la salud de las rodillas y otras articulaciones de las piernas. Una musculatura glútea activa y potente garantiza mayor estabilidad pélvica y una distribución eficiente de fuerzas en las piernas y las rodillas, disminuyendo los riesgos de lesiones y molestias. Aunque no todo el dolor articular proviene de la pelvis, la debilidad de esta zona constituye un factor de riesgo, advierte GQ.
Harvard indica además que mantener glúteos y piernas activos protege frente a lesiones asociadas al sedentarismo, como la debilidad muscular y el acortamiento de cadenas musculares. La falta de fortaleza glútea restringe la eficacia de estos gestos y aumenta el gasto energético y el riesgo de lesiones, según advierten GQ y Harvard.
Salud integral y calidad de vida
Dar protagonismo a los glúteos y al tren inferior en la rutina de ejercicios se traduce en mejor calidad de vida, funcionalidad y salud integral. Facilitan desde movimientos básicos —levantarse, sentarse, subir escaleras— hasta mantener la postura en reposo y reducir molestias asociadas al sedentarismo.
Harvard Health Publishing destaca que el trabajo de piernas y glúteos contribuye de forma significativa a un envejecimiento saludable y activo.
La solidez científica que respalda estos beneficios se refuerza con investigaciones actuales. Un nuevo estudio científico confirmó que los adultos que incorporaban dos o más sesiones semanales de entrenamiento de fuerza para piernas y glúteos experimentaban una reducción de hasta 30% en el riesgo de caídas, lesiones musculoesqueléticas y deterioro funcional.
Además, los participantes reportaron mejoras significativas en movilidad, estabilidad y percepción de bienestar general respecto a quienes no entrenaban el tren inferior.
Los autores de la investigación señalan que el trabajo de piernas y glúteos no solo construye músculo, sino que protege la salud articular, previene dolencias crónicas y promueve la autonomía física en la adultez y la vejez.
Nueva perspectiva en el entrenamiento físico
Las evidencias expuestas por publicaciones especializadas y centros de investigación de prestigio impulsan un cambio de paradigma en la planificación del entrenamiento físico. Priorizar el fortalecimiento de los glúteos —y el trabajo completo de piernas— significa invertir en movimiento seguro, envejecimiento activo y bienestar global.
Los glúteos y las piernas intervienen en casi todos los movimientos del día. Su fortalecimiento representa una inversión directa en rendimiento físico, prevención de lesiones y mejora del bienestar, tal como destacan GQ, Harvard y los estudios científicos más recientes. Otorgarles el lugar central que merecen puede transformar la salud y la vida cotidiana a cualquier edad.