“Falta de pruebas”. Fue el fundamento para liberar a los 104 hinchas de la Universidad de Chile que habían sido detenidos en la cancha de Independiente la noche de la barbarie, cuando tras los graves incidentes, que terminaron con dos personas heridas de gravedad, se debió suspender el partido por los octavos de final de la Copa Sudamericana.
Así lo informaron a LA NACION fuentes de la investigación, a cargo del fiscal de Avellaneda Mariano Zitto.
El comisario inspector Javier Bibiano, jefe de LA Estación de Policía Departamental de Avellaneda, fue quien recibió el oficio judicial para liberar a los hinchas chilenos.
En cambio, dos hinchas de Independiente que habían sido detenidos afuera del estadio fueron procesados y continuarán presos.
S. F. E. L. y A L. M. L. fueron acusados de robo calificado por su comisión en poblado y banda, en marco de un espectáculo deportivo y por la participación de un menor, informaron fuentes judiciales.
La investigación del fiscal Zitto continúa para intentar determinar si hubo una “zona liberada” para que integrantes de la barra brava de Independientes irrumpieran en la tribuna donde estaban los hinchas de la U.
Los voceros consultados explicaron que por disposición del fiscal Zitto fueron clausuradas las tribunas donde ocurrieron los hechos de violencia que pudieron haber terminado en una tragedia.
La Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide), había informado que el operativo de seguridad para el partido que terminó en escándalo contemplaba la participación de 650 efectivos de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, 150 agentes de seguridad privada -de la empresa UP Seguridad-, 330 trabajadores de la Unión Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles (Utedyc), siete ambulancias—dos en el campo de juego y cinco para emergencias generales—, quince grupos de socorristas y una comisaría móvil en el estadio.
El ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, responsabilizó a la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), a Independiente y a la empresa de seguridad privado por los graves incidentes y dijo que el jefe del operativo de la policía bonaerense “tomó una decisión sabia” al no ordenar la irrupción de uniformados en las tribunas.
“La policía tiene que restaurar el orden, pero evaluando el uso racional de la fuerza y sin causar un daño mayor”, sostuvo a Alonso en declaraciones a Radio 10.
El funcionario bonaerense afirmó que el sector donde comenzaron los disturbios estaba a cargo de la empresa de seguridad privada y “el personal no estuvo” como “sí lo estuvo la noche anterior en el partido entre Racing y Peñarol donde no hubo incidentes”.
“La seguridad privada falló. El operativo en las afueras del estadio estaba a cargo de la policía bonaerense y no hubo incidentes”, afirmó el ministro de Seguridad. LA NACION se comunicó con la empresa UP Seguridad, pero al momento de publicación de la nota no había respondido. Alonso, además, habló de “falta de idoneidad” por parte del personal de la Conmebol.
Lo de ayer en Independiente fue una tragedia. El Gobierno de la Provincia de Buenos Aires dejó que la violencia se adueñe de la cancha porque les da miedo hacer intervenir a la Policía bonaerense para recuperar el orden. Se olvidaron de cuidar a las familias y a los hinchas de… https://t.co/1nxRb5vwKb
— Patricia Bullrich (@PatoBullrich) August 21, 2025
Por su parte, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, responsabilizó directamente a las autoridades bonaerenses por los incidentes. “Lo de ayer en Independiente fue una tragedia. El gobierno de la provincia de Buenos Aires dejó que la violencia se adueñe de la cancha porque les da miedo hacer intervenir a la Policía para recuperar el orden. Se olvidaron de cuidar a las familias y a los hinchas de bien. Conviven con los barras y sus negocios, igual que antes festejaban y trabajaban con los grupos piqueteros que llevaron a la Argentina al desorden. Recuperamos el orden una vez y ahora vamos a hacer lo mismo con los barrabravas, sean de donde sean”, aseguró Bullrich en su cuenta de X.
Pocos minutos después, Alonso le respondió: “Nuevamente, en modo campaña, la ministra y candidata miente. Conmebol y FIFA determinan desde hace años los partidos con hinchadas visitantes. Desconoce la aplicación de cualquier tipo de reglamento. El concepto de hinchada visitante del que habla tiene que ver solo con los torneos locales. Todos los protocolos que corresponden al Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires y a la Aprevide fueron controlados, supervisados y aprobados. La seguridad dentro del estadio depende solamente del organizador del partido, en este caso el Club Independiente y la Conmebol. Tantos años cerca de su amigo Mauricio Macri (autoridad de FIFA) la autorizan para consultarle sobre protocolos y medidas que evidentemente desconoce”.
Bullrich siempre miente.
Nuevamente, en modo campaña, la ministra y CANDIDATA miente.
Conmebol y FIFA determinan desde hace años los partidos con hinchadas visitantes. Desconoce la aplicación de cualquier tipo de reglamento. El concepto de hinchada visitante del que habla tiene…
— Javier Alonso (@JaviAlonsook) August 21, 2025
Antes de que Bullrich publicase su declaración, el ministerio a su cargo fijó posición sobre la violencia en la cancha de Independiente.
“La Policía Bonaerense y la Aprevide condujeron un dispositivo con fallas graves: ingreso violento de la barra visitante, destrozos, proyectiles, deficiencias en las requisas y desoír la recomendación de Conmebol de instalar redes de contención”, calificaron desde la cartera nacional sobre el operativo a cargo de la provincia de Buenos Aires.
Y añadieron: “Además, la Policía recibió la orden de no intervenir desde antes del inicio del partido, lo que prolongó la violencia sin control y dejó una tragedia». Producto de la batalla campal que se pudo ver en las gradas y el campo de juego, hay al menos 23 personas heridas, dos de ellas en grave estado de salud.
“Esta irresponsabilidad se agrava cuando el gobernador Axel Kicillof y el Presidente de la AFA (por Claudio Tapia) deciden, de manera inconsulta, llevar adelante una acción propagandística y electoral anunciando el regreso del público visitante en el fútbol local, con una evidente incapacidad de acción y la falta de planificación y de medidas de prevención necesarias», sigue el comunicado publicado este jueves por la mañana en X.
También se informó desde el Ministerio de Seguridad Nacional que uno de los cabecillas de la barra de Independiente había sido detenido antes del partido. “El programa Tribuna Segura controló a más de 25.000 asistentes en el estadio, aplicando admisiones y capturas; y se impidió el ingreso de Juan ‘El Gordo Juani’ Lenzicki, jefe de la barra de Independiente con restricción vigente».
Más allá de la posición del Ministerio de Seguridad Nacional, fuentes de la investigación informaron a a LA NACION los entretelones del acceso de hinchas chilenos en la cancha de Independiente: “Por determinación del club local, con acuerdo del club visitante y la Conmebol, el público visitante fue ubicado en la popular denominada Sur Alta, con un aforo aproximado de 2600 simpatizantes. Al momento de su ingreso fueron cacheados por personal policial en los accesos de calles Milito y Bochini, constatándose que no ingresaron elementos prohibidos. Promediando las 21.25, antes del inicio del encuentro, se visualizó, desde las cámaras instaladas en el estadio, a un grupo de hinchas de la Universidad de Chile incinerando una butaca plástica, hecho que se extinguió naturalmente a los pocos minutos”.
Y agregaron: “Se observó que estos simpatizantes arrojaban en todo momento diversos objetos hacia la tribuna Sur Baja. Posteriormente, alrededor de las 22.05, habiendo transcurrido 34 minutos del primer tiempo y con el marcador 1-1, simpatizantes de la parcialidad visitante comenzaron a ocasionar destrozos en los baños e instalaciones de la tribuna y a arrojar elementos contundentes desde la bandeja superior hacia los sectores inferiores, ocupados por simpatizantes locales”.
Siempre según la versión oficial: “Integrantes de la parcialidad local [que serían integrantes de una de las dos facciones en la que está divida la barra brava de Independiente] descendieron hacia el portón divisorio, motivando el refuerzo del personal policial en el pulmón que separa los ingresos de ambas parcialidades. Los hinchas locales lograron romper dos cristales del micro de los jugadores de la parcialidad visitante. En simultáneo, hinchas de Independiente, desde la popular Norte, comenzaron a desplazarse hacia la popular Sur por el sector de estacionamiento, razón por la cual se reforzó con la Infantería el portón 17, el pulmón interno y el vallado fenólico de la platea Bochini, con el fin de evitar el cruce directo entre facciones. Pese a estos refuerzos, los simpatizantes visitantes continuaron arrojando objetos hacia los hinchas locales, personal policial y seguridad privada”.
Según fuentes del Ministerio de Seguridad bonaerense, “ante la gravedad de los hechos, se realizó una reunión de urgencia con representantes de Conmbebol, dirigentes de ambos clubes y responsables de seguridad. En dicha reunión, tanto lo representantes policiales como de la Aprevide insistieron en reiteradas oportunidades en la necesidad de suspender inmediatamente el partidos para resguardar la integridad de los presentes. No obstante, los representantes de Conmebol se negaron a adoptar tal medida, solicitando que personal policial ingresara a la tribuna Sur Alta para desalojar a la parcialidad visitante y luego continuar el encuentro, lo cual fue rechazado por esta el jefe del operativo y la Aprevide por entender de que dicho accionar hubiera agravado considerablemente la situación, momentos en que algunos hinchas locales logran ingresar en la tribuna Sur Alta generándose enfrentamientos entre ambas facciones”.