Colgar una hoja o un pequeño ramo de laurel en la puerta es una práctica que, aunque sencilla, encierra una combinación de simbolismo antiguo y significado moderno. En muchos hogares, esta costumbre tiene dos lecturas principales: por un lado, se interpreta como una forma de protección simbólica y, por otro, como un recordatorio práctico de calma y orden en el espacio personal.
El laurel tiene una larga tradición cultural asociada con la victoria, el respeto y la superación. Según explica The Smart Times, las coronas vegetales y los ramos verdes colocados en los accesos cumplían antiguamente la función de marcar el paso entre el exterior y el interior, representando la victoria sobre el caos y la protección del ámbito doméstico.
En la actualidad, este gesto adquirió también una lectura emocional. Colocar elementos naturales como ramas secas, flores o hierbas en la entrada del hogar puede ayudar a generar una sensación de transición y alivio: “entro y suelto”. Este pequeño ritual busca reducir la carga del estrés cotidiano antes de ingresar al espacio íntimo.

Además del componente simbólico, el laurel cumple una función estética. Su color verde oscuro o dorado, según el grado de secado, aporta un toque natural y discreto a la entrada, recordando la intención de mantener un ambiente de calma y respeto dentro del hogar.
Significados más comunes del laurel en la puerta
- Protección simbólica: se usa como barrera frente a las malas energías o conflictos, más como declaración emocional que como acto mágico.
- Buena fortuna y estabilidad: el laurel se asocia con éxito y progreso; colgarlo se interpreta como una forma de conservar la armonía y atraer oportunidades.
- Paz doméstica: funciona como un recordatorio visual para evitar tensiones y mantener una convivencia tranquila.
- Elemento natural: incluso en su forma seca, comunica conexión con la naturaleza y suaviza la sensación de entrada fría o impersonal.
- Recordatorio de orden: al colocar algo intencional en la puerta, se promueve la atención a ese espacio, símbolo del orden mental y físico.
- Identidad energética: algunas personas adornan el laurel con cintas o combinan otras hierbas como eucalipto o romero, definiendo una “firma” energética del hogar.
- Renovación simbólica: cambiar el ramo tras una etapa difícil o una discusión representa cierre y reinicio emocional.
- Rutina consciente: cuidar o renovar el laurel se integra a las prácticas cotidianas de mantenimiento del hogar.
Colgar una hoja de laurel, en definitiva, combina lo ritual con lo práctico. Más que superstición o decoración, se ha convertido para muchos en un gesto de frontera emocional:delimita lo que entra al hogar, reafirma su función como refugio y transforma la puerta en un espacio de intención y bienestar.
El significado del laurel en el Feng Shui
La revista Architectural Digest México y Latinoamérica explica en su sitio web que dentro del Feng Shui, el laurel ocupa un lugar especial por su capacidad de equilibrar la energía de los ambientes.
Cada elemento natural posee, según esta práctica, una vibración energética particular que influye en el bienestar del entorno. El laurel, por su aroma y su simbolismo ancestral, se asocia con la protección, la limpieza energética y la atracción de buenas vibraciones.
Su presencia en una vivienda o espacio de trabajo se interpreta como una ayuda para elevar la frecuencia vibratoria del lugar, promoviendo la serenidad y el equilibrio. Colocar hojas o ramos de laurel en puntos estratégicos, como puertas o ventanas, tiene el propósito de reforzar el flujo de energía positiva y bloquear influencias consideradas negativas.
Por otro lado, el sitio web revela que el significado simbólico del laurel se remonta a la antigüedad. En Grecia y Roma, las coronas de laurel se otorgaban a los vencedores y sabios, como representación del triunfo, el honor y la superación personal. En el Feng Shui, este simbolismo se amplía: el laurel actúa como un canalizador de la energía yang, vinculada con la acción, la motivación y la claridad mental.
Por: Tania Alejandra Hernández Torres.
