El pozole —en Nahuátl ‘Pozolli’ que significa espumoso, por su proceso de cocción— es una sopa de origen prehispánico preparado con granos de maíz, forma parte de las cenas más populares durante las celebraciones patrias en México.
Como todos los platillos, su preparación se adecua conforme a la región, época y gustos personales de los consumidores. Sin embargo, es muy común que este acompañado de verduras como rábanos, lechuga, carne de pollo, res o cerdo.
La mezcla de estos ingredientes hace que esta comida destaque por sus beneficios nutricionales, Radar La Salle menciona que “Es un platillo completo y balanceado, rico en fibra, que ayuda a reducir el colesterol, estabilizar los niveles de azúcar en la sangre, mejorar la salud digestiva y promover la saciedad”.
Entre sus principales aportes nutricionales, resalta el complejo B, vitaminas A, C, E y K, así como minerales como calcio, hierro, yodo, potasio, selenio y magnesio, que son esenciales para el sistema inmunológico, la oxigenación y la salud en general.
Esta es la contraparte del pozole, ¿Por qué no deberías cenarlo?
El pozole presenta aspectos que requieren atención, según información de Healthline, aunque sus componentes ofrecen un aporte nutricional considerable, su contenido de sodio es relevante y puede incrementarse si se acompaña de tostadas.
La Cleveland Clinic advierte que la carne de cerdo, que suele ser la base del pozole tradicional, aporta cantidades elevadas de grasas saturadas y sodio, lo que podría contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
Por estos motivos, no se recomienda consumir pozole en la cena de manera habitual, ya que su aporte de grasas y sodio tiene el potencial de afectar no solo la salud a largo plazo sino también la calidad del descanso nocturno.
El reporte de la nutricionista Isabel Vasquez en el blog especializado Your Latina Nutrionist advierte que el pozole puede contener cantidades elevadas de sodio, particularmente cuando se utiliza sal y mezclas de especias en su preparación.
Un exceso en el consumo de sodio puede elevar el riesgo de hipertensión.
Para mitigar este factor, la dietista sugiere ajustar la cantidad de sal y aprovechar las hierbas y vegetales frescos como fuentes alternativas de sabor.
Existen ciertos grupos de personas que recomiendan moderar su consumo de pozole durante la cena, principalmente por su contenido de sodio y grasas:
- Personas con hipertensión arterial, por el riesgo de aumento en la presión.
- Pacientes con enfermedades cardiovasculares, debido a que las grasas saturadas pueden impactar negativamente en el corazón.
- Personas con diabetes o resistencia a la insulina, porque el consumo nocturno de carbohidratos puede elevar los niveles de glucosa.
- Individuos con trastornos digestivos o reflujo, ya que las cenas con alto contenido graso o proteico pueden generar malestares y dificultar el descanso.
- Personas con sobrepeso u obesidad, quienes podrían tener complicaciones para controlar el peso y la presión arterial debido al exceso de grasas y carbohidratos.