Por qué y cómo ayudar a la fauna silvestre que busca refugio y alimento en nuestros jardines

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Cuando baja la temperatura, la ciudad se enfría, pero también se silencia. Muchas especies silvestres que conviven con nosotros –aunque no siempre las notemos– entran en modo supervivencia.

Disponen de menos alimento, menos refugio y menos flores. Sin embargo, desde una terraza, un balcón o un jardín doméstico, podemos hacer una diferencia real.

Con pequeños cambios, podemos generar microhábitats en espacios urbanos

“Con pequeños gestos, les damos una mano enorme. Un poco de agua, algo de comida, algunas plantas bien elegidas… y ya estamos generando microhábitats donde antes no había nada”, explica Agustina Anguita, paisajista y experta en ecología urbana.

Nada de químicos, por favor

El primer paso es dejar de lado los insecticidas. Suena simple, pero es revolucionario.

“Cuando fumigás, no sólo eliminás plagas, también matás abejas, mariposas, vaquitas de San Antonio… todos los aliados naturales del ecosistema”, dice Anguita.

El jardín silvestre ofrece ofrece un hábitat natural y sostenible, donde flora y fauna vuelven a encontrarse

En invierno, donde cada insecto cuenta, el impacto es aún mayor

Rincón salvaje

¿Tenés un patio, un borde sin uso, un cantero sin flores? Apilá allí algunas ramas secas, hojas, piedras o troncos huecos. Son refugios ideales para anfibios, insectos y pequeñas aves.

Generar refugios para anfibios, insectos y pequeñas aves en el jardín es una manera de proteger la fauna urbana en los meses fríos

En la naturaleza, la hojarasca es hogar. En la ciudad, suele barrerse

Floración invernal

Aunque el invierno parezca un páramo, hay especies nativas que florecen o fructifican en esta época.

Anguita recomienda varias que pueden atraer fauna polinizadora como mariposas, abejas nativas o picaflores: Sambucus australis (saúco criollo), Inga marginata, Buddleja stachyoides, Lantana montevidensis, Salvia guaranitica o Pseudogynoxys benthamii, una trepadora de flores de color naranja intenso que da néctar incluso con frío.

Pseudogynoxys benthamii y Lantana montevidensis, dos nativas amigas de la fauna local

“También podés sumar plantas exóticas pero ecosistémicas, como la lavanda o la caléndula”, sugiere.

Fauna aliada

“Muchas veces los murciélagos o las comadrejas generan miedo, pero en realidad estas especies son grandes aliadas del control biológico: comen cientos de insectos por noche”, afirma Anguita.

“Si los vemos, hay que dejar que sigan su curso. Si están en riesgo o fuera de lugar, hay que contactar centros de rescate especializados, nunca actuar por cuenta propia”, concluye Anguita.

Salvia guaranitica y Sambucus australis, poderosas para atraer pequeños insectos y polinizadores

Buffet de invierno

Una de las maneras más directas de ayudar es colocar comederos para aves.

En balcones, ventanas o jardines, podés dejar semillas como alpiste, mijo o girasol, o bien frutas como manzana, banana o cítricos.

Una de las maneras más directas de ayudar es colocar comederos para aves

También podés instalar pequeñas casitas o refugios elevados: no sólo brindan cobijo, sino que invitan a la observación de fauna silvestre, incluso en plena ciudad.

Un trato mutuo

“Si en tu espacio hay siempre agua, algo de alimento y refugio, ellos vienen solos”, asegura Anguita. “Y cumplen su parte: polinizan las flores, dispersan semillas, controlan insectos… Son más que bienvenidos, son necesarios.”

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El mensaje es claro: ayudar a la fauna silvestre urbana no requiere un parque ni un gran presupuesto. Sólo voluntad, sensibilidad y algo de información.

Si encontrás fauna en riesgo podés comunicarte con el Centro de Rescate de Fauna Silvestre (Costanera Sur – CABA): +54 9 11 2866-2368 o con Defensa Civil (línea 113).

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