MENDOZA.- Aún cuesta saber qué motivó a una adolescente de 14 años a entrar armada a una escuela mendocina, disparar al aire y atrincherarse por horas. El caso que conmocionó al país sigue siendo una incógnita, ya que las hipótesis iniciales comenzaron a desvanecerse con el correr de los días. Tal como adelantó LA NACION, el bullying o los conflictos intrafamiliares perdieron fuerza entre las causas, mientras se investiga la pista de que haya sido víctima de grooming o acoso virtual.
Lo único que se conoce hasta ahora es que la menor, quien se encuentra bajo tratamiento psicológico, fue dada de alta en el hospital Humberto Notti, principal efector pediátrico de la provincia cuyana, adonde fue trasladada desde el centro regional que la atendió en las primeras horas. En tanto, la Justicia aguarda el momento en que ella se sienta en condiciones de hablar, con el objetivo de detectar si sufrió algún delito.
“Toda la información es confidencial, para resguardar su integridad. Solo podemos confirmar que ya salió del hospital», indicaron a este diario desde el centro sanitario, por lo que se estima que volvió al hogar familiar, en medio de la preocupación de sus padres, quienes contaron a LA NACION desconocer algún padecimiento que tuviera su hija dentro o fuera de la escuela Marcelino Blanco. “No entendemos bien qué le pasó», expresó su padre, comisario de San Luis y dueño de la pistola calibre 9 milímetros que usó la chica en el establecimiento. Por esta situación, el efectivo policial está siendo investigado por la Dirección de Asuntos Internos de la fuerza puntana, por lo que podría recibir una sanción.
Así las cosas, la Justicia mendocina poco y nada ha podido avanzar para intentar dilucidar qué hay detrás del hecho que alteró la calma matinal el 10 de septiembre en el pueblo de La Paz, a más de 140 kilómetros de la capital provincial.
De acuerdo con fuentes judiciales consultadas por este diario, hasta ahora no se ha podido tener contacto directo con la menor para realizar la Cámara Gesell, una instancia judicial no invasiva que permite tomar testimonios de menores que sean víctimas o testigos de delitos, para evitar la revictimización y que declaren una sola vez.
“Nunca pudimos hacer la Cámara Gesell porque, de acuerdo con el informe preliminar, no se permitía. La chica no estaba en condiciones de pasar por esa instancia. Se intentó realizar cuando estuvo internada en el Notti” explicó a LA NACION una fuente de la Justicia provincial que sigue de cerca el caso.
En tanto, la pesquisa no se detiene y se abren otros indicios de qué pudo haberle pasado a la menor. De acuerdo con los investigadores, se está tras la pista de posibles episodios de acoso a través de internet que venía padeciendo la chica, que podrían o no estar relacionados con el entorno escolar. Esta hipótesis tomó fuerza a raíz de lo que comentaron algunos compañeros del colegio, que se habrían enterado del malestar de la menor por situaciones vividas en entornos virtuales. Además, trascendió que un par de docentes del establecimiento todavía no se reincorporaron a las aulas por el nivel de estrés que vivieron durante esa jornada. Una de las afectadas y con licencia por tiempo indeterminado es la profesora de Matemáticas, que había sido señalada por la adolescente durante el tenso episodio y a quien le exigía que se acercara al aula para entregar el arma.