
La manzana horneada con canela, nuez y yogur natural es una opción de postre saludable, reconfortante y fácil de preparar, ideal para quienes buscan cerrar el día con un toque dulce sin comprometer su bienestar.
Esta receta combina ingredientes naturales y accesibles, con un perfil nutricional equilibrado que aporta fibra, antioxidantes y grasas buenas. Además, su preparación sencilla y rápida la convierte en una alternativa perfecta para incluir en rutinas nocturnas o como parte de una dieta ligera.
Para preparar este postre saludable, se requieren dos manzanas rojas o verdes, una cucharadita de canela en polvo, una cucharada de nuez picada, una cucharadita de miel o jarabe de agave (opcional), yogur natural sin azúcar y unas gotas de jugo de limón.
El primer paso consiste en precalentar el horno a 180 grados Celsius. Luego, se lavan las manzanas, se les retira el corazón y se les hacen cortes superficiales en la piel para facilitar la cocción y permitir que los sabores penetren mejor.

Una vez listas, se colocan en un refractario y se espolvorean con la canela, la nuez picada y unas gotas de limón. Si se desea un toque más dulce, se puede añadir miel o jarabe de agave, aunque no es indispensable.
Las manzanas se hornean durante aproximadamente 20 minutos, hasta que estén suaves, ligeramente caramelizadas y desprendan un aroma cálido y especiado.
Al momento de servir, se recomienda acompañarlas con una cucharada de yogur natural sin azúcar, que aporta cremosidad y equilibra el dulzor de la fruta. Este contraste entre lo tibio y lo fresco, lo crujiente y lo suave, convierte a este postre en una experiencia sensorial completa. Además, el yogur añade probióticos y proteína, lo que lo hace aún más nutritivo.

Esta receta puede adaptarse fácilmente según preferencias o disponibilidad de ingredientes. Por ejemplo, se puede sustituir la manzana por pera, agregar avena para mayor textura o incorporar frutos secos mexicanos como almendra, cacahuate o piñón.
También es posible aromatizar con ralladura de naranja o jengibre para darle un giro más cítrico o especiado. También puede servirse con semillas tostadas, granola casera o compota natural.
Este postre también puede disfrutarse frío, si se refrigera después de hornear, lo que lo convierte en una opción versátil para distintas estaciones. Su textura suave y el contraste de sabores lo hacen ideal para quienes buscan alternativas dulces sin recurrir a harinas, azúcares refinados ni procesos complicados en la cocina diaria.