El recién nombrado primer ministro, Ernesto Álvarez, calificó a inicios de 2025 al cardenal Carlos Castillo, arzobispo de Lima y primado del Perú, como un “activista ideológico marxista, neocomunista, gramsciano”, al cuestionar su postura frente a la obra teatral ‘María Maricón’.
La pieza, presentada en un entorno universitario, provocó entonces rechazo entre sectores conservadores, incluyendo autoridades políticas y eclesiásticas, debido a su tratamiento del conflicto entre religión y diversidad. Incluso, el exalcalde de Lima, Rafael López Aliaga, la describió como una “blasfemia”.
Castillo sostuvo que el cartel promocional constituye una “desfiguración” de la Virgen, aunque aclaró que “nadie ha querido destruir su imagen”. No obstante, Álvarez reprochó la demora del religioso para pronunciarse y actuar ante lo que considera una ofensa.
“Si cree realmente en la Virgen —porque ahora ya la verdad que hay que dudar de todo—, debería haber alzado su voz y haber llamado inmediatamente para que se suspenda esto y se suspenda la publicidad”, afirmó en una entrevista concedida a Expreso.
“Es una más que nos hacen en nuestros que están imbuidos en unas modas ideológicas, consideradas modernas, pero que no son otra cosa que el cíclico insulto y la denigración a la Iglesia católica como institución y como creencia (…) Los conminan a olvidarse de sus creencias al momento de resolver sus sentencias”, agregó.
El autor de la obra, el estudiante Gabriel Cárdenas, explicó en sus redes sociales que la intención fue narrar su historia personal. “Uso a las vírgenes y santas de las cuales he sido o soy devoto, y les tengo gran cariño y admiración para que me sostengan escénicamente y poder contar mis vivencias como homosexual en una Lima machista donde me han discriminado varias veces”, señaló.