La jornada inaugural del debate del proyecto de ley de presupuesto 2026 en la Cámara de Diputados dejó en evidencia que las desconfianzas y los recelos entre el oficialismo y la oposición siguen al rojo vivo y que la búsqueda de un consenso -aún con el sector dialoguista- hoy aparece lejana.
Las diferencias no son solo por el contenido del proyecto de presupuesto que presentó el presidente Javier Milei. Oficialistas y opositores no se pusieron siquiera de acuerdo en un cronograma de trabajo. De manera unilateral, el presidente de la Comisión de Presupuesto, José Luis Espert, impuso que las reuniones debían realizarse los miércoles, una picardía cuyo fin es boicotear las sesiones especiales de la oposición, que suele convocarlas para ese día. No solo eso: el libertario también anotició a sus pares que el primero en ser convocado, el próximo miércoles, será el secretario de Hacienda, Carlos Guberman.
La actitud intransigente de Espert -que mereció críticas solapadas dentro de su propio bloque- no hizo otra cosa que amalgamar a toda la oposición y abonar sus desconfianzas, sobre todo tras la fallida experiencia con el presupuesto 2025. En efecto, fue el propio Espert quien abortó aquel debate al filo del cierre de las sesiones ordinarias del Congreso; acto seguido, con el argumento de que el Gobierno no estaba dispuesto a negociar el equilibrio fiscal, el presidente Milei prorrogó por segunda vez consecutiva el presupuesto 2023.
La reacción opositora fue automática: reclamó la presencia a la comisión del ministro de Economía, Luis Caputo, y la del presidente del Banco Central, Santiago Bausili. Argumentaron que en el actual contexto económico financiero de nuestro país, que tuvo un giro con el anuncio del gobierno de los Estados Unidos de un posible swap por U$S 20.000 millones con el Banco Central, es imprescindible la presencia de ambos al Congreso.
Los bloques opositores más duros insistieron, además, que el acuerdo con el país del norte debe ser discutido por el Congreso. “Se trata de una cuestión trascendente que no puede ser omitido. Discutir el presupuesto sin conocer el detalle de esos acuerdos sería tomarnos el pelo”, planteó el diputado Carlos Heller (Unión por la Patria).
También el diputado Nicolás Massot (Encuentro Federal) se reclamó la presencia de Caputo tras el salvataje anunciado por el gobierno de Donald Trump.
“No es un capricho. Hay una razón esencial, que es el modelo cambiario en este contexto recesivo de la economía –planteó-. Queremos saber cuál va a ser la estrategia cambiaria y si este salvataje anunciado por los Estados Unidos va a ser utilizado para procrastinar todavía más la salida de un régimen cambiario que está agotado o si, por el contrario, será un punto de inflexión para una autocrítica, un cambio de régimen que conduzca a la flotación real del tipo de cambio y la acumulación de reservas.”
Espert desoyó los reclamos opositores y ratificó la convocatoria a Guberman. En el oficialismo también rechazan de plano que el eventual swap con los Estados Unidos sea materia debatible en el Congreso. “Es un acuerdo con el Banco Central, no con el Tesoro”, argumentan.
Apuro opositor
Por otra parte, los opositores plantearon un cronograma de debate más estricto, con reuniones martes y jueves, para culminar el 20 de noviembre con la aprobación de los dictámenes correspondientes sobre el presupuesto 2026. Su objetivo es que la ley sea sancionada antes del 30 de ese mes, es decir, antes del cierre de las sesiones ordinarias y con la actual composición del Congreso, favorable a la oposición (sobre todo en el Senado).
El oficialismo buscaría, en cambio, postergar la aprobación hasta después del recambio legislativo, el 10 de diciembre, cuando espera engrosar su representación en ambas cámaras.
El jefe del bloque de Unión por la Patria, Germán Martínez, planteó que el debate debe ser exhaustivo. “Creemos que hay que tener un camino exigente todas las semanas, que vengan todos los ministros y funcionarios que hoy están en el debate público, como el interventor de la Agencia Nacional de Discapacidad –dijo-. No habrá un debate real si el ministro de Economía no viene aquí a hablar del presupuesto; se tiene que dejar de esconder. No me importa si tiene fobia o inseguridades personales: debe estar a disposición de uno de los poderes del Estado, en este caso el Congreso.”
Más diplomática, la diputada de Pro Germana Figueroa Casas bregó por no repetir la experiencia fallida del año pasado. “Tener presupuesto define rumbos y se evitan discrecionalidades”, advirtió. “El desafío que tenemos es poder aprobarlo, porque muchas de las discusiones que se han dado este año no se hubieran dado si teníamos un presupuesto”, agregó.
Las miradas apuntaron hacia Espert. “Si no tenemos presupuesto la responsabilidad es suya totalmente”, le advirtió el diputado Eduardo Falcone (MID), a lo que el diputado Juan Manuel López (Coalición Cívica) agregó: “Usted (por Espert) suspendió el debate del presupuesto el año pasado. La responsabilidad institucional es toda suya y genera poca confianza que usted siga presidiendo esta comisión”, enfatizó.