CÓRDOBA.- Sergio “Pelado” Piñeiro pasó casi una década prófugo tras ser condenado a prisión perpetua por el crimen de Gonzalo Acro. Este martes, encontraron al hombre de 50 años en Mina Clavero, en el oeste cordobés, donde vivía con identidad falsa y dirigía un equipo de fútbol femenino. La detención ocurrió a 18 años del asesinato que desató una feroz interna entre barrabravas de River Plate.
La condena a perpetua a Piñeiro fue confirmada en 2017 por la Cámara Federal de Casación Penal. Los jueces ratificaron la sentencia impuesta por el Tribunal Oral 5 en el segundo juicio por el crimen de Acro, que fue en agosto de 2007.
En ese proceso que terminó en 2011 fueron condenados a prisión perpetua, entre otros, los hermanos William y Alan Schlenker, y el supuesto gatillero, Ariel “Colo” Luna.
Piñeiro no compareció en ese primer juicio por problemas psiquiátricos, pero cuando los superó fue sometido a juicio y condenado -al igual que los otros integrantes de una facción de la barra de River denominada “Los Borrachos del Tablón”- como “coautor del homicidio”.
Según el fallo, Piñeiro integró una suerte de célula organizada para el crimen: “el tercer grupo estaba conformado por Pablo ‘Cuca’ Girón y Sergio ‘Pelado’ Piñeiro, quienes habrían actuado en coordinación con los grupos anteriores dando apoyo material y táctico al ejecutor”.
La detención de Piñeiro ocurrió en un operativo coordinado por la Fiscalía de Villa Cura Brochero, con la participación del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N°5 de la Capital Federal.
Con el nombre falso de Leandro Miguel Iglesias, el condenado estaba instalado hace ocho años en Villa Cura Brochero y daba clases de fútbol femenino en el Club Atlético Santa Ana de Mina Clavero. Hace un tiempo armó una familia y tiene un hijo, explicaron las fuentes.
Cuando los investigadores confirmaron que Iglesias era Piñeiro, lo detuvieron. Fue ayer martes, minutos antes de las 17, en plena calle y con la colaboración de la Policía Federal Argentina (PFA). El condenado quedó a disposición de la Fiscalía de Cura Brochero y del magistrado interviniente.
El 7 de agosto de 2007, cuando Acro salía de un gimnasio situado en Bauness y Cullen, en el barrio porteño de Villa Urquiza fue atacado a balazos y recibió dos disparos en la cabeza y uno en la pierna. Fue internado en estado de coma. Dos días después murió en el Hospital Pirovano.
Qué decía el fallo en contra de Pelado
Acro, según el fallo, fue víctima de “un deleznable y traicionero ataque efectuado por al menos cuatro personas contra dos a quienes tomaron desprevenidos y por sorpresa”.
“Ha quedado plasmada la conocida destreza física de la víctima Martín Gonzalo Acro en la pelea cuerpo a cuerpo, de ahí que los atacantes previeron cobardemente usar un arma de fuego, contrariando aún esos dudosos códigos de los que alardean pero ni siquiera respetan”, sostuvo el fallo de Casación.
Piñeiro “fue el encargado no sólo de transportar a Girón hasta el lugar del hecho en su rodado, sino que ambos formaron uno de los grupos homicidas el día del crimen… Ambos observaban desde afuera del gimnasio donde se encontraban las víctimas para dar en el momento más propicio para los delincuentes, aviso -a través del aparato Nextel que tenía Girón- al otro equipo de sicarios ubicado a pocos metros”.
Ese grupo, “integrado al menos por Eduardo ‘Oveja’ Pintos y Ariel Luna” fue el encargado para “la artera ejecución llevada a cabo directamente por este último, como pudo reconocer la víctima sobreviviente Osvaldo Matera”, quien acompañaba a Acro y resultó herido.