El cierre de la histórica expedición científica argentina en el cañón submarino Mar del Plata reunió este lunes a 11 de los integrantes del equipo principal en una conferencia de prensa, realizada en el Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia (MACN).
Los científicos detallaron el impacto sin precedentes que tuvo la campaña, en la que participó el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), y respondieron consultas acerca de los resultados, el alcance que tuvo la transmisión en vivo y los próximos pasos de investigación.
En el evento, al que asistió Infobae, se reunieron especialistas del MACN y colegas de organismos como el Centro Nacional Patagónico (CENPAT), el Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC), la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), la Universidad de Buenos Aires (UBA) y la Universidad de Córdoba. El director del museo, Luis Cappozzo, abrió la conferencia con palabras de bienvenida y puso en valor el trabajo conjunto desarrollado por el equipo liderado por el doctor Daniel Lauretta, jefe científico de la expedición.
El encuentro funcionó como cierre oficial de una misión que, a lo largo de tres semanas, atrajo a una audiencia récord de casi 18 millones de personas a través de plataformas de streaming y permitió identificar más de 40 nuevas especies en los fondos oceánicos de Argentina.
Un hito científico y tecnológico para Argentina
El jefe científico de la expedición, Daniel Lauretta, destacó ante los presentes que la misión “fue un éxito desde el punto de vista científico”, porque “abrió las puertas para investigar de forma más profunda un área del Atlántico sur casi desconocida”. La utilización por primera vez en el país del vehículo operado remotamente (ROV) SuBastian del Schmidt Ocean Institute resultó clave: este instrumento permitió obtener imágenes en ultra alta definición del fondo marino a casi 4.000 metros y recolectar muestras sin alterar el entorno.
Cabe aclarar que el equipo accedió al uso del buque y del robot submarino a través de un convenio con el Schmidt Ocean Institute, una institución internacional que financia proyectos de exploración marina. Los investigadores armaron desde 2023 una propuesta competitiva para presentar al instituto que finalmente respaldó su trabajo. En ese sentido, Lauretta subrayó que el tiempo en este tipo de barco “es sumamente costoso”, por lo que ser seleccionados entre las propuestas presentadas en un proceso muy competitivo representó una oportunidad única para la ciencia argentina.
Para él, la posibilidad de “ver el fondo marino en directo fue inédita”, especialmente para una campaña argentina. “La calidad de las imágenes captadas por el ROV SuBastian fue excepcional y nos ayudó a comprender mejor la complejidad de este hábitat y la extraordinaria biodiversidad que alberga”, afirmó.
El salto tecnológico respecto de campañas previas fue central en la adhesión masiva del público, según informaron los organizadores. Las transmisiones en vivo superaron los 500.000 espectadores promedio por inmersión, muy por encima de los 4.000 habituales que suelen tener experimentos similares en otras partes del mundo, de acuerdo con datos del Schmidt Ocean Institute.
Descubrimientos clave y el hallazgo de una biodiversidad inédita
El equipo científico estimó que la misión permitió identificar al menos 40 nuevas especies de fauna de aguas profundas, entre ellas corales, caracoles, erizos, anémonas y gusanos planos. Los investigadores localizaron arrecifes de coral a más de 1.000 metros de profundidad y campos de corales blandos nunca antes descritos en la zona del cañón Mar del Plata.
“Las muestras recolectadas fueron trasladadas al MACN-CONICET. Estamos reconociendo las especies nuevas y describiendo lo que vimos, revisando géneros, familias y literatura para hacer comparaciones”, precisó Lauretta ante los medios. El proceso de análisis y descripción llevará meses o incluso años. “Hay casos en los que necesitamos viajar por el mundo para comparar nuestros hallazgos con ejemplares de referencia y lograr una clasificación precisa. Eso puede llevar hasta una década de trabajo”, sostuvo.
Entre los hallazgos, los científicos destacaron la observación en vivo de organismos previamente solo recolectados con redes, como caracoles y determinadas especies de moluscos. Se documentaron ejemplares como la “esponja carnívora, que parecía una lámpara de xenón”, relató Lauretta, y una especie de pulpo telescopio a casi 900 metros de profundidad.
El lado B de la campaña: impacto educativo, social y cultural
La repercusión de la expedición trascendió el plano académico y alcanzó a una audiencia diversa. Tres cuartas partes de quienes siguieron el streaming correspondieron a espectadores argentinos, según los organizadores de la campaña. Las interacciones generadas incluyeron cientos de dibujos que espontáneamente niños llevaron al museo ubicado en el Parque Centenario de Buenos Aires, mensajes y videos enviados a las redes sociales del equipo, procedentes de familias y docentes de todo el país.
“Recibimos un montón de dibujos de niños y niñas sobre la fauna de aguas profundas, sobre el ROV, sobre la gente trabajando. Nos emocionó ver el grado de entusiasmo que despertamos”, recordó Lauretta. El investigador resaltó dos momentos que los emocionaron durante la misión que duró 21 días: el video de un niño que simulaba operar un ROV en una habitación oscura y el mensaje de un adolescente preguntando qué debía estudiar para dedicarse a esa clase de investigación.
El impacto de la experiencia llevó a que muchos estudiantes les hicieran saber “que ahora sueñan con convertirse en biólogos marinos, un efecto que va mucho más allá de la ciencia y crea sentido de asombro y curiosidad que puede durar toda la vida”, según explicó Martín Brogger, miembro del equipo.
El equipo detrás de la expedición
Participaron más de 30 especialistas del CONICET, el MACN, el Instituto de Biología de Organismos Marinos, el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras, entre otros centros y universidades nacionales. El armado del equipo, según describió Capozzo, director del MACN, permitió juntar a “cuatro generaciones de científicos para estudiar el océano profundo en nuestro mar argentino”.
La ejecución del proyecto dependió también de apoyos internacionales y de la articulación de instituciones como la Cancillería, la Secretaría de Ambiente y la Fundación ASARA. “Todos los que colaboraron en la logística, el financiamiento y la gestión institucional jugaron un rol esencial para hacer posible esta misión”, remarcó Lauretta.
De qué manera lo hallado va a impactar en el conocimiento de las especies y su conservación
Uno de los grandes aportes de la expedición reside en la obtención de datos y filmaciones en alta definición para caracterizar ambientes y especies.
El investigador aclaró que la mayor parte de los resultados taxonómicos se obtendrán durante el próximo año, aunque algunas especies demandarán más tiempo porque requieren comparaciones globales y análisis moleculares complejos.
Consultado por Infobae sobre con qué criterio decidirán qué investigar -en relación con todo el material recolectado-, Lauretta sostuvo que “la decisión sobre qué investigar parte, en primer lugar, de la relevancia científica y del potencial de impacto que puede tener el trabajo”, explicó. El investigador detalló que se priorizan los ecosistemas clave donde, a partir del análisis de las imágenes y muestras obtenidas, pueden generarse datos cuantitativos sobre abundancia y distribución de especies.
“Estos datos nos permiten determinar qué ambientes cumplen con criterios internacionales para ser considerados ecosistemas marinos vulnerables. Así podremos fundamentar propuestas para áreas protegidas y aportar información esencial para los estudios de impacto ambiental vinculados a actividades humanas. El objetivo es disponer de líneas de base sólidas sobre la biodiversidad, porque cuanto más conozcamos sobre las comunidades presentes en el Mar Argentino, mejores serán las herramientas para su conservación y manejo a futuro”, concluyó Lauretta.
Claves para la elección del cañón Mar del Plata y los temas de estudio
El cañón Mar del Plata fue seleccionado por el equipo para maximizar las chances de encontrar biodiversidad, debido a su complejidad estructural y su historia de campañas previas, según explicó Lauretta. “Se sabe que los cañones submarinos son zonas de alta biodiversidad y muy heterogéneas. Resulta estratégico ir a los lugares donde se espera la mayor diversidad posible”, señaló el jefe científico durante la rueda de preguntas.
Asimismo, campañas previas realizadas en 2012 y 2013 permitieron conformar el Grupo de Estudio del Mar Profundo Argentino y ofrecieron los primeros datos para planificar una expedición con tecnología avanzada. Los criterios actuales combinan la relevancia científica y la viabilidad de obtener publicaciones exitosas en lapsos razonables, priorizando los temas que pueden generar resultados más rápidamente.
“La decisión de ir al cañón Mar del Plata respondió tanto a la experiencia acumulada en campañas anteriores como a razones estratégicas”, amplió Lauretta. “La plataforma continental argentina es muy extensa y los cañones submarinos, por su variedad de hábitats y relieves, ofrecen mayores probabilidades de hallar nuevas especies y comunidades únicas. Además, son zonas particularmente interesantes para estudiar por la complejidad de sus ambientes y por el desconocimiento general que existe sobre su biodiversidad. Aprovechar el tiempo de barco y de tecnología avanzada en ese sitio nos ofreció la mejor oportunidad para profundizar el conocimiento del océano profundo argentino”.
Investigación sobre microplásticos y contaminación
Uno de los temas de estudio que surgirán de la campaña es el análisis de la presencia de microplásticos y carbono azul en el agua y sedimentos. Los investigadores compararán lo recolectado con muestras tomadas en campañas anteriores.
Valeria Teso, integrante del equipo, detalló que ya detectaron microplásticos en organismos recolectados y que “las comparaciones entre las campañas de 2012, 2013 y 2025 pueden hacerse, midiendo densidad y tipo de contaminante presente”.
Sobre cuándo podrían tener algunos resultados preliminares sobre este tema, la investigadora señaló que no cree que este año sea posible, pero estiman en 2026 poder contar con datos precisos. “Trataremos de hacerlo lo más rápido posible. Todos los estudios llevan mucho tiempo y requieren mucho financiamiento también”, explicó.
Lo más raro y valioso: relatos desde la expedición
Sobre el final de la conferencia, el equipo describió la sorpresa que generó encontrar organismos únicos, como gusanos planos sin registro para esas profundidades, especies de pistones únicas en el Atlántico sur y la esponja carnívora mencionada por Lauretta.
Asimismo, destacaron que muchos de los hallazgos más valiosos no necesariamente corresponden a especies llamativas, sino a aquellas que aportan información clave para la comunidad científica. “Son organismos que para nosotros tienen mucho valor y no suelen ser los más vistosos, pero nutren nuestras investigaciones”, opinó una investigadora durante la conferencia.
“Campañas como la que acabamos de terminar son fundamentales, porque esas zonas no son posibles de visualizar desde el aire con imágenes satelitales o drones -reflexionó Lauretta-. Sí o sí requerimos el uso de barcos e instrumentos como el ROV, que nos permitió ver la fauna viva in situ y su distribución. El océano profundo es un lugar inmenso”.
Y concluyó: “Tenemos un plan a futuro para seguir estudiando los cañones, que son muy buenos lugares para evaluar la biodiversidad en general. Cuanto más sepamos sobre ellos, vamos a poder tener un conocimiento global de la fauna en aguas profundas para tomar decisiones sobre las actividades humanas que se puedan realizar en esas zonas a futuro. Y lo más probable, también, es que cuanto más investiguemos más especies nuevas vamos a hallar”.