La imposibilidad de iniciar una nueva relación sentimental, incluso cuando se presenta alguien que parece reunir todas las cualidades deseadas, suele estar vinculada más al estado emocional personal que a la idoneidad de la otra persona. Adrián Chico, psicólogo especializado en sexología y terapia de parejas, sostiene que el momento vital de cada individuo puede ser determinante para que una relación prospere, independientemente de las virtudes del potencial compañero.
En un capítulo de su pódcast, Noche Para Dos, Chico explica que existen situaciones en las que una persona excepcional aparece en la vida de alguien que, a pesar de reconocer sus cualidades y sentir admiración, no logra experimentar el vínculo emocional esperado. Y, pese a la creencia popular, la situación no se debe necesariamente a que la persona no sea la adecuada, sino a que el estado emocional propio le impide abrirse a una nueva experiencia afectiva.
“A veces, por mucho que nos duela, aparece una persona maravillosa en nuestras vidas y que ojalá pudiéramos estar con ella, porque nos encantaría, porque la vemos y decimos: ‘Es mucho mejor que mi ex o es mucho mejor que otras personas con las que he estado’. Es que le veo objetivamente y digo: ‘Es que no tengo nada malo que decir, pero yo no siento lo que tengo que sentir’. Y no porque no sea la persona”, sostiene Chico, que divulga sobre relaciones de pareja a través de su cuenta de Instagram (@itsadrianchico).
El proceso de “digestión emocional”
El psicólogo rechaza creencia de que el verdadero amor podría superar cualquier circunstancia personal y recurre a una metáfora para ilustrar su postura. El psicólogo compara el estado emocional tras una ruptura con la sensación de saciedad después de una comida copiosa: “No puedes comer una gota más de comida, un trocito más, porque es que vas a vomitar. O sea, es que estás llenísimo. Y si en ese momento cogen y te ponen tu comida favorita, yo diría: ‘Es que es maravillosa’. La veo, huele genial, sabe genial. Pero solo acercarme y pensar en probarla… Me revuelvo todo y me molesta, porque si pudiera quitarme la comida que he comido antes y poder volver a comer, preferiría comer esto. Pero hasta mañana que haga la digestión en ocho horas, no voy a poder comer porque no he hecho la digestión”.
Para el psicólogo, tras una ruptura significativa, el proceso de “digestión emocional” es imprescindible antes de poder iniciar una nueva relación. Incluso si aparece una persona que resulta más atractiva, cariñosa o compatible que la anterior pareja, el individuo puede sentirse incapaz de experimentar el mismo nivel de enamoramiento o pasión. “Y es porque no he hecho la digestión emocional, porque si mi corazón está lleno, yo no tengo hueco para que otra persona entre a llenarlo. Y eso no significa que la persona, en otro momento vital que yo estuviera vacío, en el corazón quiero decir, listo para recibirte, yo me hubiera enamorado de ti, pero es que ahora mismo estoy demasiado dolido. No he hecho la digestión”, concluye.