Las plantas, ya sean de interior o exterior, no solo embellecen los espacios con su presencia, sino que también aportan bienestar: purifican el aire y generan una sensación de calma que transforma cada rincón del hogar. Sin embargo, mantenerlas saludables no es tan simple como parece, ya que requiere tiempo, atención y cuidados específicos. En esta oportunidad, se da a conocer una especie poco conocida que sorprende por su resistencia y longevidad: puede vivir más de 100 años con un mantenimiento mínimo. Por ende, si buscás una opción decorativa, simbólica y prácticamente eterna, es importante conocer sobre esta planta extraordinaria que está comenzando a ganar popularidad.
Se trata del marimo, una curiosa y encantadora alga de agua dulce que, a simple vista, parece una pequeña bola verde, esponjosa y suave. Según dieron a conocer en National Geographic, su forma redondeada se debe a un fenómeno natural: las hebras del alga Aegagropila linnaei se entrelazan gracias al movimiento ondulante del agua en los lagos donde crece. Puede variar en tamaño desde el de un poroto hasta el de una pelota de básquet, lo que la hace aún más llamativa para quienes buscan una pieza decorativa única.
A pesar de ser una alga y no una planta terrestre, el marimo conquistó espacios como acuarios, escritorios y estanterías por su bajo mantenimiento y su carga simbólica. En países como Japón e Islandia —donde se considera un tesoro nacional— se lo asocia con la buena fortuna, el amor eterno y la longevidad. Estas leyendas, sumadas a su resistencia y belleza singular, explican por qué esta especie está ganando popularidad en hogares de todo el mundo.
Los beneficios de tener esta planta en el hogar
Tener un marimo en casa no solo aporta un toque original y decorativo, sino que también ofrece múltiples beneficios prácticos. Estas esferas verdes requieren un mantenimiento mínimo, por lo que resultan perfectas para personas con poco tiempo o quienes recién se inician en el mundo de las plantas acuáticas. Además, actúan como filtros naturales al absorber nitratos y otros contaminantes, mejorando la calidad del agua y atrapando desechos, lo que ayuda a mantener los acuarios más limpios con menor esfuerzo.
Su adaptabilidad a distintas condiciones, como poca luz o temperaturas bajas, las convierte en una opción versátil para tener en casa. A esto se suma su apariencia única y textura aterciopelada, que aporta belleza natural y atractivo visual a cualquier espacio. Con una longevidad notable y un crecimiento pausado pero constante, observarlas puede incluso generar un efecto relajante, ayudando a reducir el estrés y creando un ambiente más sereno en el hogar.
El paso a paso para cuidar el marimo en casa
Más allá de que cuidar a esta planta es sencillo, a continuación se presentan algunos consejos clave:
- Luz: Prefiere luz indirecta o tenue. Es mejor evitar el sol directo, ya que puede dañarla y hacer que pierda su color.
- Temperatura: Prosperan en agua fresca, entre 18 °C y 25 °C. Hay que evitar los cambios bruscos de temperatura para no estresar la planta.
- Humedad: Necesitan ambientes húmedos. Si no están en agua constantemente, podés rociarlas o ubicarlas en lugares con buena humedad ambiental.
- Agua: Se debe cambiar el agua cada una o dos semanas para mantenerla limpia. Una leve salinidad puede ser beneficiosa.
- Cambios de agua: Cambiá entre el 25% y 50% del agua regularmente. Durante ese proceso, también podés enjuagar suavemente las bolas y apretarlas con las manos para mantener su forma esférica.
- Nutrición: No requieren fertilizantes, pero una dosis mínima de fertilizante líquido para acuarios, de forma ocasional, puede estimular su color y crecimiento.
- Propagación: Pueden dividirse naturalmente. Si aparece una cría, podés separarla y colocarla en agua limpia para que crezca por sí sola.