Puente en llamas: acción entre buenos y malos, en modo “reciclaje total”

admin

Puente en llamas (Aftermath, Estados Unidos/2024). Dirección: Patrick Lussier. Guion: Nathan Graham Davis. Fotografía: Shelly Johnson. Música: Michael Wandmacher. Edición: Tommy Aagaard. Elenco: Dylan Sprouse, Mason Gooding, Megan Stott, Dichen Lachman, Derek K. Moore, Jason Armani Martinez, Mark Dancewicz, Daniel Rios Jr. Duración: 97 minutos. Calificación: solo apta para mayores de 13 años con reservas. Distribuidora: BF Paris. Nuestra opinión: regular.

Puede que ya no se le deba pedir originalidad al cine de acción. O que, de tanto ver una y otra vez lo mismo, uno haya desarrollado una suerte de “capa poliuretánica”, impermeable a ciertas propuestas. También, y probablemente sea la razón más veraz y sencilla, se trate de que el reciclaje en Hollywood es cada vez más evidente y descarado. Y uno se cansa.

Un ejemplo de todo lo anterior es Puente en llamas, engendro dirigido por Patrick Lussier (Infierno al volante, Drácula 2001) y protagonizado por Dylan Sprouse (Zack y Cody: Gemelos en acción) que toma la fórmula de Duro de matar (que se estrenó hace 37 años) para contar nuevamente la misma historia, pero sin ganas, sin gracia, y con un nivel de absurdo preocupante.

La película comienza con la presentación de otro grupo de terroristas con ganas de hacerle saber al mundo que allí están, aunque ahora lo que secuestran no es un edificio sino… un puente. Y los rehenes son aquellos conductores que tuvieron la mala suerte de pasar por ahí. El lugar tan extraño, elegido para que transcurra toda la acción, se explica (es un decir) porque por ahí pasaba un convoy policial que trasladaba a la prisionera Samantha “Doc” Brown (Dichen Lachman), próxima a testificar en contra de un grupo de militares amparados por la célula terrorista.

Eric (Dylan Sprouse) y su hermana Maddie (Megan Stott) van en su camioneta rumbo al cine cuando se convierten en víctimas del predicamento descrito. La buena noticia es que él es un exmilitar con traumas de guerra que, en pos de una redención, se calzará la ametralladora al hombro para eliminar uno a uno, a los asesinos que se han atrevido a evitar que llegue a tiempo para ver los tráilers de los próximos estrenos.

Para completar los roles principales solo falta mencionar a Jimmy “Romeo” Roken (Mason Gooding), el jefe del operativo, también militar, y completamente desquiciado. El guion se apura a mencionar que su apodo es “Capitán Caos”, por si hiciera falta subrayar sus virtudes para el crimen.

De ahí en más, nada que no se pueda esperar. Eric mejorando su armamento con cada baja, el Capitán Caos poniéndose cada vez más nervioso, y un montón de ignotos secundarios que se ubicarán a favor o en contra del héroe, conforme sirva a la trama.

Aunque es cierto que todo en el cine está inventado, hay formas y formas de referenciar (o copiar) a títulos referentes del género de acción. Más allá de su brillante estructura, Duro de matar funcionaba porque tenía a dos personajes principales -héroe y villano- que tenían peso propio, que eran creíbles en sus conductas y motivaciones. Nada de eso sucede acá.

Dylan Sprouse con su cara de “chico Disney” no convence, ni cuando se tortura con recuerdos de su pasado en el frente, ni disparando a diestra y siniestra con puntería perfecta. No tiene imagen de “duro”, sino más bien de un adolescente tardío, de los que se angustian si les sacan el celular.

Mason Gooding tampoco funciona como villano: es exagerado, imprevisible, poco pensante. Habría sido mejor como asistente (a la manera de Alexander Godunov en Die Hard), que como líder. Siendo esta la dupla que comanda la propuesta, es de esperarse que quienes vienen a continuación estén todavía más abajo en la escala evolutiva del film. Y es así.

Puente en llamas es una propuesta unidimensional, cuyo guion no se preocupa en darle a sus personajes una carnadura mínima que vaya más allá del esquema: “Yo soy bueno, ellos son malos”. Por lo tanto, la acción avanza pero poco importa. Habrá quien diga que para hacer una película de este tenor, todo lo anterior no hace falta, y la respuesta más políticamente correcta será: vuelvan a ver Duro de matar.

Deja un comentario

Next Post

Errejón aporta un mensaje con Mouliaá en la que ella le comparte un concierto una semana después de los hechos

La defensa del exdiputado de Sumar Íñigo Errejón ha presentado ante el juez de instrucción que investiga si agredió sexualmente a la actriz Elisa Mouliaá un acta notarial y un peritaje informático con todas las conversaciones que mantuvieron por distintas aplicaciones de mensajería y en las que se incluye un […]
Errejón aporta un mensaje con Mouliaá en la que ella le comparte un concierto una semana después de los hechos

NOTICIAS RELACIONADAS

error: Content is protected !!