El Poder Ejecutivo Nacional dictó el decreto 353/25; la ARCA dictó cuatro resoluciones, y un proyecto de ley que consagraría el “principio de inocencia” en materia fiscal fue enviado al Congreso Nacional. Todo esto destinado a que los argentinos saquen los dólares que tienen “en el colchón”, y los depositen en alguna entidad financiera, o los gasten. Como todavía no se han visto avalanchas de connacionales frente a los bancos desesperados por depositar, o colas de varias cuadras para comprar autos, pintura o alguno de mis libros, algunos califican la iniciativa como un fracaso.
Al respecto, consulté al alemán Sigbert Jon Prais (1928-2014), quien nació en el seno de una familia de judíos ortodoxos, la cual en 1934 migró a Inglaterra. “En las discusiones familiares referidas a la empresa paterna, aprendió la diferencia entre la productividad laboral inglesa y alemana, clave en sus estudios posteriores”, acota Matthew Reisz. Estudió en las universidades de Birmingham y Cambridge.
Enseñó en Cambridge y trabajó en la Comisión Cowles, cuando ésta residía en Chicago. Se hizo famoso en 1988, cuando renunció a un comité de 14 miembros, destinado a averiguar por qué los alumnos ingleses tenían dificultades para aprender matemáticas. Según él, la aritmética básica, una de las áreas donde los estudiantes eran más flojos, tenía una importancia fundamental, puntualizando además que las calculadoras con frecuencia eran utilizadas para eludir los problemas.
–Dentro de la profesión se lo conoce por un aporte a la teoría del consumo y otro a la econometría.
–El análisis de la demanda supone la constancia de los gustos y las preferencias. En colaboración con Lester D. Taylor y conmigo, Hendrik Samuel Houthakker introdujo un elemento dinámico en el referido análisis, para captar los cambios en los gustos que se producen a lo largo del tiempo. Análisis de los presupuestos familiares, que en 1955 publicamos Houthakker y yo, fue pionero en los estudios de su tipo. En econometría, junto con Christopher Blake Winsten, diseñé el “estimador Prais–Winsten”, que modificó el “estimador Cochrane–Orcutt”.
–En Argentina 2025, donde nunca hay tiempo para aburrirnos, se ha planteado la cuestión de por qué quienes tienen dólares en el colchón no salieron corriendo a gastarlos, o al menos a depositarlos.
–Hago mío el punto sobre el cual usted viene insistiendo, De Pablo, en el sentido de que “colchón” es un calificativo que no sirve para entender, porque no pertenece a la economía, sino a la geografía. Colchón, caja de seguridad, depósito en Groenlandia; la clave es si los fondos son blancos o negros. Lo que ocurre es que existe una doble dimensión: impositiva y cambiaria.
–Explíquese.
–Un argentino tuvo ingresos en pesos, pagó los impuestos, y con el dinero disponible quiso atesorar dólares, pero como en ese momento había control de cambios, los adquirió en una cueva. Esos dólares son blancos desde el punto de vista impositivo, y negros desde el cambiario. Éste es el caso que las autoridades tienen en la mente, por eso no sirve hablar de blanqueo encubierto. La idea es eliminar las trabas para que las personas que están en esa situación puedan gastar los dólares sin inconvenientes, o depositarlos en alguna entidad financiera.
–Lo cual no está ocurriendo, al menos con la intensidad deseada.
–Los deseos no pertenecen al plano profesional, la pregunta es diferente: ¿qué apuro tiene el argentino que posee dólares en el colchón, y los puede justificar desde el punto de vista impositivo, para salir corriendo y comprar un bien, o depositarlos en alguna entidad financiera? La realidad se entiende mejor desde la perspectiva de los procesos decisorios.
–Comencemos por el caso de los bienes durables.
–¿Qué va a ocurrir con el precio en dólares de autos, inmuebles, cortinas de baño o destornilladores? Nadie lo sabe; pero en Argentina 2025 nadie está esperando subas espectaculares que llevaran a los tenedores de dólares a desprenderse de ellos a gran velocidad. La demencial forma en la cual el presidente Donald Trump sigue llevando adelante la política comercial de Estados Unidos está llevando a algunas personas a vender sus dólares y comprar euros, oro… En la Argentina la producción y venta de autos está aumentando en 2025, porque la vida sigue, que es la clave para explicar el gasto por parte de la población.
–¿Por qué, al menos, no llevan los dólares a una institución financiera, lo cual permitiría conectar a los ahorristas, quienes tienen más dinero que ideas, con los emprendedores, quienes tienen más ideas que dinero?
–Porque es una molestia ir hasta el banco, o la institución financiera, y preguntar si las medidas adoptadas por el Poder Ejecutivo Nacional ya están operativas, o todavía dependen de alguna normativa específica.
–No es tan difícil.
–No lo es, para quien tiene cierto entrenamiento. Pero más allá de esto, la pregunta es: ¿qué le ofrece una institución financiera a quien tiene dólares blancos en el colchón para que se tome la molestia de trasladar sus fondos? La tasa de interés es ínfima… para las distorsionadas expectativas, luego de tantos años de inflación y controles cambiarios.
–Quiere decir que usted no hablaría de fracaso.
–Al menos por el momento. Que los tenedores de dólares se tomen su tiempo es entendible desde el punto de vista decisorio. No es un tema de “desconfianza”, como se escucha. ¿Desconfianza en qué, aquí y ahora? Es un tema de trámites y de incentivos.
–Por aquello de que “en el largo plazo estaremos todos muertos”, John Maynard Keynes recomendaría iniciativas estatales para precipitar las decisiones.
–Lo dijo en 1923, en circunstancias bien diferentes a las que imperan en su país hoy. De hecho, la Argentina está desarmando décadas de intervencionismo estatal, destinado –en los papeles– a solucionar los problemas generados por el accionar privado, proceso que terminó reorientando las iniciativas privadas, de prestarle atención a los consumidores, a ocuparse de las decisiones y las argumentaciones de los funcionarios de turno.
–¿En qué medida la elección de medio período, que tendrá lugar en octubre próximo, puede modificar esta conducta pública?
–En ninguna. La política económica es equilibrio fiscal más Federico Sturzenegger, y no veo cómo se puede modificar por la campaña o los resultados electorales. Obvio que el oficialismo sigue con atención una elección que, en sí misma, se refiere a reemplazar la mitad de los miembros de la Cámara de Diputados, y la tercera parte de la de Senadores. Pero nadie espera que, a raíz de esto, se congelen precios, se prohíban exportaciones o el Indec dibuje sus estimaciones.
–Don Sigbert, muchas gracias.