La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, promulgó una ley que modifica de forma sustancial el esquema de financiamiento de las conexiones de gas natural. La norma traslada el costo total de nuevas conexiones a quienes las soliciten, con el objetivo de reducir gastos para los usuarios actuales y favorecer alternativas energéticas distintas.
Nueva ley en Nueva York cambia quién paga las conexiones de gas
La norma S.8417/A.8888 pone fin a una disposición histórica que obligaba a los clientes existentes de gas a asumir parte del costo de extender las tuberías hacia nuevas viviendas. Ese mecanismo, conocido como la “regla de los 100 pies” o “regla de los 30 metros”, funcionó durante más de cuatro décadas.

“Es simplemente injusto esperar que los actuales usuarios de servicios públicos paguen la factura de la conexión de gas en una casa nueva que no es la suya”, dijo Hochul en un comunicado oficial. “He priorizado la asequibilidad, y eliminar este subsidio de 40 años que dejó de ser útil contribuirá a ello”, agregó.
Bajo el sistema anterior, las empresas cubrían el costo de los primeros 100 pies (30 metros) de una nueva conexión de gas natural. Ese ítem no se trasladaba al gasto total de nuevas conexiones, sino que se distribuía entre todos los usuarios a través de las facturas mensuales. Con el tiempo, este esquema generó un impacto económico significativo para millones de consumidores.
Según datos oficiales, el subsidio implícito representaba un desembolso de cientos de millones de dólares anuales. En tanto, la nueva ley busca eliminar ese costo compartido y modificar la forma en que se financia la expansión de la infraestructura de gas en el estado.

Regla de los 100 pies: qué cambia con la nueva ley de gas
La legislación firmada por Hochul establece que quienes soliciten una nueva conexión de gas natural deberán asumir el costo total de los materiales y de la instalación necesarios para llevar el servicio hasta su propiedad. De esta manera, los usuarios actuales dejan de financiar la expansión del sistema hacia nuevas construcciones.
El cambio no implica la prohibición de nuevas conexiones de gas. Las empresas continúan con la obligación legal de brindar el servicio cuando se solicita. Sin embargo, la diferencia central radica en quién paga la infraestructura necesaria para hacerlo posible.
La norma se aplica exclusivamente a edificios residenciales y entra en vigor de manera inmediata, aunque contará con un plazo de 12 meses para permitir la adaptación de las compañías, los desarrolladores y los propietarios a las nuevas condiciones.
Electricidad en Nueva York: quién paga la conexión según la nueva ley
Además de modificar las reglas para el gas natural, la legislación introduce precisiones en la Ley de Servicio Público respecto a la provisión de electricidad. Las empresas mantienen la obligación de llevar energía eléctrica a edificios que no cuenten con ella.
Sin embargo, la norma contempla que, si una propiedad se encuentra a más de 100 pies de distancia (30 metros) de las líneas de transmisión eléctrica existentes, la autoridad reguladora puede exigir que el solicitante pague o se comprometa por escrito a cubrir parte de los costos de instalación.
En estos casos, el pago se limita a la proporción correspondiente al solicitante, vinculada a los conductos, cables u otras instalaciones necesarias para la conexión eléctrica.

Electricidad en Nueva York: quién paga la conexión según la nueva ley
Aunque la ley no prohíbe el uso del gas, sí modifica los incentivos económicos asociados a su expansión. Al trasladar los costos a los nuevos solicitantes, se equiparan las condiciones frente a opciones como la electricidad o sistemas basados en energías renovables.
La senadora estatal Liz Krueger argumentó que este enfoque facilita la transición hacia fuentes de energía más limpias, al eliminar ventajas económicas históricas del gas frente a otras tecnologías. “Esta es una gran victoria para los clientes de gas de Nueva York, así como para un aire limpio y un clima habitable”, dijo.
Cómo la nueva ley de gas impacta en la transición energética
La eliminación de la regla de los 100 pies se inscribe en un conjunto más amplio de políticas orientadas a reducir la carga económica sobre las familias de Nueva York. El gobierno estatal ha impulsado programas de asistencia energética, alivio fiscal y apoyos directos a distintos sectores.
Entre estas medidas se incluyen descuentos en facturas, créditos impositivos, cheques de reembolso y programas de asistencia para calefacción y refrigeración, especialmente dirigidos a hogares de bajos ingresos y personas mayores.
Desde el Ejecutivo se plantea que la reforma del sistema de conexiones de gas complementa estas políticas al atacar costos estructurales que impactan de forma sostenida en las facturas.
