El Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) representa uno de los mecanismos más relevantes dentro de la política fiscal mexicana para gravar el consumo de productos considerados nocivos para la salud o el medio ambiente, además de ciertos servicios y combustibles. Este tributo recae de manera indirecta sobre los consumidores finales, ya que quien lo reporta y traslada al fisco es la empresa que produce, vende o importa dichos bienes, tal como especifica información del Gobierno de México.
La función del IEPS no sólo obedece a un interés recaudatorio, sino que busca desincentivar prácticas y consumos que generan elevados costos sociales y económicos, como enfermedades crónicas derivadas de la ingesta de azúcares o el consumo de tabaco.
El esquema de aplicación del IEPS cubre una amplia variedad de productos y servicios que, por su naturaleza, resultan prioritarios para la administración tributaria. Este gravamen afecta a mercancías como bebidas alcohólicas, cervezas, tabacos labrados (cigarros y puros), refrescos, comida chatarra (botanas, dulces, chocolates, helados), bebidas energéticas, gasolina y diésel, así como a actividades relacionadas con juegos de apuesta y sorteos.
Empresas o personas físicas que vendan, importen o fabriquen alguno de estos productos o servicios deben cumplir con obligaciones específicas como la contabilidad del IEPS, la expedición de comprobantes fiscales digitales y la declaración periódica ante la autoridad tributaria.
Con el Paquete Económico 2026, entregado en septiembre a la Cámara de Diputados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, se anticipan reformas relevantes que podrían tener un impacto directo en el bolsillo del consumidor mexicano. La propuesta del Ejecutivo plantea un incremento del IEPS, principalmente sobre el consumo de tabaco, bebidas azucaradas y ciertos productos digitales y de entretenimiento.
En el caso de los productos de tabaco, la tasa del IEPS subiría del 160% actual al 200% sobre el precio base, cifra a la que se suma una cuota fija por cigarro adquirido. Para 2026, la cuota por cada rollo ascenderá a 0.8516 pesos, lo que representa un aumento de poco más de 20 centavos comparado con el monto vigente de este año.
Otro aumento relevante recaería en los refrescos y bebidas con azúcares o edulcorantes añadidos, donde la cuota por litro pasaría de 1.6451 a 3.0818 pesos, prácticamente duplicando el impuesto vigente. Esta medida abarcaría tanto productos regulares como light, polvos, jarabes y preparados para diluir, sean de origen industrial o artesanal. La razón detrás de este incremento es captar recursos adicionales para programas de salud pública y prevención de enfermedades asociadas a la mala alimentación.
La reforma propuesta también incluye la extensión del IEPS a la venta de videojuegos que contengan contenidos violentos o para adultos, fijando una tasa del 8% tanto para compras físicas como digitales y para el contenido adicional dentro de estos productos. Al mismo tiempo, el impuesto sobre actividades de apuestas y sorteos se incrementaría del 30% al 50%, abarcando tanto modalidades presenciales como digitales.