Un accidente de tránsito es una situación inesperada que puede generar nerviosismo y desorientación. La reacción inmediata de los conductores y testigos resulta fundamental, no solo para proteger la propia seguridad y la de terceros involucrados, sino también para evitar que el siniestro se agrave o produzca más víctimas. Las autoridades recomiendan seguir una serie de pasos claros que permiten actuar con calma y de manera responsable frente a estas emergencias, según figura en la página del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Lo primero que se debe hacer es detenerse inmediatamente y permanecer en el lugar del hecho. Respirar profundamente ayuda a mantener la calma, condición indispensable para poder actuar de forma correcta. Si se estaba conduciendo un vehículo, es clave señalizar la zona para evitar nuevos incidentes.
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Esto implica encender las balizas de emergencia y colocar balizas portátiles a la distancia adecuada, que varía según el tipo de vía: por ejemplo, en una avenida deben ubicarse hasta 60 metros detrás del auto (equivalente a la velocidad máxima permitida), mientras que en rutas se recomienda colocar una baliza adelante y otra atrás a unos 90 metros. En autopistas o vías rápidas, lo más seguro es no mover el vehículo, encender las balizas, usar un chaleco reflectante al descender y ponerse a resguardo.
En caso de que el vehículo quede detenido en un carril central o izquierdo, el consejo es permanecer dentro con el cinturón abrochado, las balizas encendidas y llamar al servicio de emergencia de la autopista, ya que descender podría aumentar el riesgo de atropello.
Pedir ayuda y asistir a los heridos
El siguiente paso es dar aviso inmediato a la autoridad competente llamando al 911. La comunicación debe ser precisa: indicar con claridad el lugar del hecho, el tipo de siniestro y el estado de las víctimas. No se debe cortar la llamada hasta que el operador lo autorice.
Mientras se espera la llegada del servicio de emergencias, es posible brindar ayuda básica, siempre con precaución. Si la persona está consciente, conviene hacerle preguntas simples para tranquilizarla y mantenerla despierta. No debe moverse a la víctima, ya que podría tener lesiones ocultas. Nunca se debe retirar un objeto clavado ni quitar un casco, para evitar hemorragias o empeorar una lesión. En caso de inconsciencia, si se poseen conocimientos de reanimación, es el momento de aplicarlos.
Recolección de datos
Superada la primera instancia de asistencia, llega el momento de recolectar información relevante. Entre los datos imprescindibles están la patente, marca, modelo y color de los vehículos, así como la compañía de seguros, número de póliza y titular del auto. De los conductores se deben anotar nombre, DNI, domicilio, teléfono y licencia de conducir. También resulta fundamental tomar contacto con los testigos, registrando sus datos personales, ya que podrán ser clave en un proceso judicial posterior.
Además, se recomienda documentar el siniestro con fotografías: tanto panorámicas del lugar como imágenes de los daños y marcas de frenado. Todos estos elementos ayudarán en la reconstrucción del hecho. En caso de fuga de algún vehículo, el testimonio de terceros puede resultar decisivo.
Si se produce un choque contra un auto estacionado sin poder ubicar al dueño, corresponde dejar los propios datos de contacto, licencia y seguro, bien visibles en el vehículo afectado. Finalmente, dentro de las 72 horas posteriores al hecho, es obligatorio notificar a la compañía de seguros sobre lo ocurrido. Ese paso formaliza el inicio del proceso administrativo y garantiza la cobertura correspondiente.