La decisión del Congreso de la República de negar la convocatoria a una consulta popular que pretendía desconocer la voluntad del propio Legislativo constituye un reconocimiento para los colombianos. Las mayorías del Senado interpretaron de manera adecuada el sentir ciudadano al rechazar una iniciativa innecesaria y claramente amañada. Así lo manifestó el presidente de la Federación Nacional de Comerciantes Empresarios (Fenalco), Jaime Cabal, al destacar que se impuso la sensatez y el respeto.
“En un momento de máxima polarización en el país es valioso que el Congreso reafirme su autonomía. Este es un mensaje contundente frente a cualquier intento de imponer reformas sin el debido debate técnico, social y económico”, añadió.
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Asimismo, el dirigente ponderó el hecho de que el Senado tuviera en cuenta los altos costos que implicaría para el país llevar a cabo esta consulta, que pretendía convertirse en un escenario de campaña política. Advirtió además que las preguntas formuladas eran tendenciosas y buscaban confundir a los colombianos, en lugar de promover un debate transparente y democrático sobre el futuro del mercado laboral.
Sin embargo , el vocero de los comerciantes lamentó que no se haya negado también la apelación que devuelve el debate del proyecto de reforma laboral al escenario natural del Congreso. “Fue como otorgarle al Gobierno un premio de consolación, a pesar de que su iniciativa ya había sido archivada”, señaló.
La reforma laboral que el país necesita
“Desde Fenalco reiteramos que el país necesita una reforma laboral, pero una que responda a la realidad del mercado colombiano, que incentive la generación de empleo formal y que proteja tanto a los trabajadores como a las empresas, que hoy luchan por mantenerse a flote en medio de un contexto económico y político desafiante”, insistió.
Según él, el proyecto de reforma que impulsa el Gobierno prioriza narrativas políticas por encima del análisis técnico. Enfatizó en que es una propuesta que ignora a los desempleados, a los millones más que viven del rebusque, y al universo de micro, pequeñas y medianas empresas que serían las más golpeadas por los sobrecostos.
De igual forma, el presidente de Fenalco afirmó que el gremio continuará siendo una voz activa, firme y propositiva en este debate, por lo que advertirá con argumentos sustentados sobre los impactos negativos de propuestas mal diseñadas, al tiempo que seguirán promoviendo soluciones viables que respondan a las necesidades reales de empleadores y trabajadores.
“Debatiremos sobre la base del diálogo amplio, el respeto institucional y el rigor técnico”, concluyó Jaime Cabal.
Divisiones del poder
Por su parte, el presidente del Consejo Gremial, Camilo Sánchez, que también es presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos y Comunicaciones (Andesco), dijo que con esto se muestra que en Colombia existe divisiones del poder y que pueden trabajar de manera armónica, pero de manera independiente.
Según él, “aquí no valió la pena todos esos insultos y esos agravios. Aquí lo que interesa es que la democracia se hizo sentir”.
Manifestó que es en el Congreso donde se votan las reformas y donde se debe legislar. Por eso, invitó al Gobierno a que, sin atropellos, sin insultos, se siente en la mesa a buscar la mejor alternativa para los empresarios, los empleados y el país en general, porque eso es lo que espera Colombia, no más gastos inoficiosos y, lo más importante, trabajo en equipo, sin odios de clases, sino trabajando en beneficio del país.
Consulta no beneficia al ‘pueblo’
Por su parte, el expresidente de Colpensiones Mauricio Olivera hizo una pregunta que dejó entrever que la consulta popular no beneficia a los trabajadores.
“¿Si más de la mitad de los trabajadores son informales, si más de la mitad de los trabajadores gana por debajo de salario mínimo, y la consulta popular no los beneficia y, al revés, los puede afectar (sin contar a los desempleados), quién representa al “pueblo”?“, escribió.