La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias cuando circula por el cuerpo. Esta medición se expresa mediante dos valores: el primero corresponde a la presión sistólica, que es la presión máxima cuando el corazón se contrae y bombea sangre; el segundo es la presión diastólica, que representa la presión mínima cuando el corazón se relaja entre latidos.
Es importante cuidar de la presión arterial para evitar algún tipo de enfermedad, ya que si no se le da un seguimiento adecuado, puede traer complicaciones en la salud. La presión arterial baja puede presentarse por diversos motivos que alteran el equilibrio del organismo.
Uno de los más frecuentes es la deshidratación, que ocurre cuando el cuerpo pierde más líquidos de los que ingiere, lo que reduce el volumen de sangre en circulación. Las hemorragias, tanto internas como externas, también pueden provocar un descenso importante de la presión arterial debido a la pérdida de sangre.
Existen diferentes alimentos que pueden ayudar a recuperar la presión arterial, cuando se detecta los primeros síntomas de presión baja, ingerirlos ayudará a evitar malestares mayores. Aunque los alimentos funcionan en el momento, no deben remplazar algún tratamiento médico, en especial cuando hay otros factores que afecten la salud.
¿Qué alimentos ayudan a subir la presión?
Algunos alimentos pueden contribuir a subir la presión arterial de manera natural debido a su contenido de sodio, grasas, o ciertas sustancias que influyen en el sistema cardiovascular. El consumo de estos alimentos resulta útil en personas que presentan hipotensión o presión arterial baja, aunque es necesario hacer ajustes controlados y supervisados por un profesional de la salud.
Alimentos ricos en sodio, como el queso, las conservas, los embutidos y las comidas procesadas, contienen altos niveles de este mineral, que según Fundación Española de la Nutrición desempeña un papel clave en la regulación del equilibrio de líquidos y la presión arterial.
Además, alimentos como los quesos curados, las carnes procesadas, los caldos comerciales y las sopas instantáneas suelen tener una concentración elevada de sal. Bebidas con cafeína, como el café y el té, presentan compuestos que pueden producir un aumento temporal de la presión arterial, debido al efecto estimulante de la cafeína sobre el sistema nervioso central.
El chocolate negro es uno de los alimentos que más interés genera por su relación con la presión arterial y la salud cardiovascular. Contiene un alto porcentaje de cacao (generalmente superior al 70%) y, en función de su composición, puede aportar cantidades variables de azúcar, grasas y minerales como el sodio y el potasio, según la Fundación Española de la Nutrición.